KylarGamer

Me encantaría poder aportar mi granito si me dejáis. Todo lo que sea por ayudar sería la leche.

¡Buenas! Soy KylarGamer ID: 13627 quería invitar @Cyritax porque va a revolucionar el patio, es una grandísima rolera con mucho tiempo de experiencia, gran amiga y persona super maja. Sé que aquí encajará y dará una vida muy interesante a la ciudad de Los Santos.

Nombre y Apellido que vayas a usar ingame (Ej: Javier Pérez): Matthew Shelden Edad y fecha de nacimiento (REAL): 26 / 18 - 03 - 1993 Experiencia previa en roleplay: Llevo roleando desde hace varios años, páginas de rol escrito, desde los 14 años. También he roleado en juegos de mesa como D&D, Ánima y Fate. Y he estado en tres servidores de rol con diferentes personajes desde hace tres meses. Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, procedencia, qué pretende ser, aspiraciones, miedos etc...): -¿Tienes algún plan de futuro Matty? - Le preguntó el chico con chaqueta de cuero y super peinado hacia atrás, totalmente engominado. Su aspecto parecía de las típicas bandas macarras de los años cincuenta de las películas de John Travolta, pero era toda una realidad. El otro joven de pelo corto, le miró serio, pues no le gustaba que le hablaran del futuro, eso le hacía que perdiera la perspectiva del ahora. Creía que tener los pies en la tierra hacía que cuando te cortaran las alas no te la dieras contra el suelo. -Yo que sé Mike, ni puñetera idea ¿Cómo quieres que piense en algo como el futuro si no sabemos qué pasará mañana?- El joven Matt Shelden sonrió sacándose un cigarro de la chaqueta y encendiéndoselo. Había que reconocer que el mundo no había sido bueno con el pobre muchacho. Había vivido siempre en Detroit, una ciudad que si preguntaras hace varios años habría merecido la pena, pero hoy en día es de las peores que puedes vivir, atestado de vagabundos y yonkis. Su vida comenzó bien, era hijo de una enfermera y un policía, los dos se querían con locura, incluso tenía y tiene una hermana que quiere y protege. Pero en cierto momento, cuando los dos eran niños, la pequeña con tres años y él con siete, la maldita vida les abofeteó en la cara, produciendo un cáncer terrible a su madre. Esta luchó y luchó, pero no hubo suerte, la vida se la llevó sin poder darles tiempo ni a asumirlo. Aquello no logró que el joven muchacho se derrumbara, más bien le hizo madurar muy pronto para hacer feliz a su hermana pequeña, Elizabeth. No quería que aquel duro golpe le quitara una de las mejores cosas que él sí había podido vivir, su niñez, quería que siguiera como hasta ahora, o al menos lo máximo posible. Aquella horrible situación solo les hizo unirse mucho más, y cuidarse el uno al otro. Su padre en cambio tuvo un golpe que no pudo asumir, el tener que cuidar a dos niños solos, cuando en su mente solamente había lugar para su carrera profesional, no fue nada fácil. Conforme iban creciendo recibían cada vez menos atención paternal, menos amor, menos de las cosas que necesitaba unos niños. Pero no era problema, Matt se ocupaba de ejercer como buen hermano mayor, siempre atento a su hermanita, siempre preocupado, sin que le faltara nada a ninguno de los dos mientras su padre estaba trabajando. Además la ayuda de una vecina, amiga de su madre del trabajo, también logró que los dos jóvenes salieran adelante. Pero por desgracia todo fue demasiado para Markus, el padre de los chicos no consiguió el ascenso que tanto deseaba, aquello le hizo hundirse mucho más, hasta que finalmente se marchó de casa, dejando a los dos chicos completamente solos, aún así no fue sorpresa para los jóvenes. Una única nota era las palabras que les cedió el hombre, una nota donde se excusaba de su marcha, donde reflejaba lo dolorido que estaba y el peso que cargaba. Se limpiaba las manos, no podía más, o se iba o aquello le acabaría aplastando. Poco más que mereciera la pena ponía en la sucia nota de huída. Y de nuevo, aún así, no se achantaron ante tal problema. Matt cogió las riendas de la casa, con casi veintiún años se dispuso a compaginar los estudios con trabajos, viendo que era difícil pues los abandonó casi al final. Pero los servicios sociales se enteraron y querían llevarse a la joven Eli, pero él no se los permitió, les pidió que les dieran un poco más de tiempo, casi había cumplido la mayoría de edad y él se encargaría de la tutela de la chica. Los asuntos sociales lo permitieron, era una muestra de lo mal que estaba la ciudad de Detroit, atestado de niños huérfanos y en la calle, de una ciudad en decadencia que iba cuesta abajo y sin frenos, no querían una boca más que alimentar. Así que al llegar a la mayoría de edad, Matthew se convirtió en el tutor legar de su hermanita. Todo parecía que iba bien... Bueno, casi, pues con los trabajos que tenía el chico no conseguía suficiente dinero para que Elizabeth siguiera estudiando y poder vivir los dos. Claramente no quería que ella dejara de estudiar, no quería que trabajara, iba a tener una vida normal como él no había podido tenerla, pese a que ella le pedía que le dejara cooperar, pero no había manera. Así que Matt decidió juntarse con amigos suyos del instituto que hacía cosas poco "legales" y junto a ellos comenzaron a ganarse la vida poco a poco. En cambio Eli insistía más y más en ayudar, él se negaba, y así mientras pasaban los años, ella se convertía en toda una señorita cada vez más independiente, y él en todo un hermano mayor, casi como un padre para ella. Tanto que de vez en cuando discutían, como el momento en que ella se marchó de la ciudad para ganar la independencia que quería y no lograba conseguir. No era raro que de vez en cuando la joven se marchara de casa, pero Matt tardó una semana en descubrir que se había marchado bien lejos. Unos días después de la marcha, Matt encontró a un amigo de ella por la calle, y con el bate en la mano le hizo parar, metiéndole en un callejón a solas. -¿Ves el bate? Está deseando hacerse amigo tuyo, así que sino quieres que suelte todo su amor ya me estás contando dónde está mi hermana- El chico no tardó ni dos segundos en contárselo todo, pues sabía que no se andaba con tonterías. Le contó que había ido a Los Santos porque estaba hasta las narices de que no le dejara hacer nada, quería buscarse la vida por su propia cuenta. Aquello le hizo enojarse mucho más con su hermana. Dejando al chico ahí llamó a un amigo suyo Mike, para que le llevara a la ciudad de Los Santos, donde encontraría a Elizabeth y la llevaría de vuelta a casa a rastras si fuera necesario. -Oye Mike- Matt giró un poco la cabeza, mirando de reojo a su amigo. Ambos iban en un mustang del sesenta y siete, a toda velocidad dirección a la nueva ciudad -Dile a Zuko... Que si quiere otra mano de obra se busque a otro pringado, yo no sé cuánto tardaré en volver, y no pienso volver sin mi hermana ¿queda claro?- El chico de chupa de cuero con el tupé engominado asintió -Totalmente compañero, pero yo que tú tendría cuidado, si crees que Detroit es jodida eso es que no has escuchado hablar de esta ciudad- Mike iba fijo totalmente en la carretera, pero Matt le sonrió de forma emocionada sabiendo que aun sin verle notaría su actitud -¿Cuándo me ha importado eso, amigo mío? Ya veremos cómo de peligrosa es esta... Los Santos- Matt tiró el cigarro por la ventanilla y se echó para atrás a dormir un poco hasta su llegada a la nueva ciudad. Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): -Odia mucho cuando le llaman en diminutivo como Matty o por su nombre completo, Matthew, solamente le deja diminutivos a sus amigos del instituto por los años de amistad, y como mucho a su hermana. -Es muy sobreprotector con su hermana, tanto que hombre que se acerca a ella, hombre que le amenaza con partirle las piernas. -Intenta siempre aparentar ser un hombre fuerte y protector, totalmente serio, especialmente delante de Eli, pero en realidad tiene varios secretos sobre eso que no le ha contado a nadie.