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honney

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    ashley léaud

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  1. Nombre y Apellido ingame: Lilith (Lily) Green Edad y fecha de nacimiento (REAL): 22 años (04/06/1997) Experiencia previa en roleplay: Llevo muchos años roleando por escrito en foros de roleplay, a la vez que participo habitualmente en partidas de rol de D&D. Respecto al roleplay en GTA V, he roleado en varios servers sin whitelist, además de seguir varios directos en Twitch de jugadores del server. Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, procedencia, qué pretende ser, aspiraciones, miedos etc...): Lilith, o Lily, para abreviar, nace en Gales, el 11 de Noviembre de 1998, estableciéndose como la hija pequeña de la familia Green. No tuvo el tiempo suficiente para arraigar en las costumbres del lugar, ya que a los pocos años de haber estado viviendo allí, sus padres decidieron que Irlanda era un lugar de oportunidades en el que buscar un cambio que podría beneficiar a todos, al mismo tiempo que ella aprendía todavía a formar sus primeras frases. Por supuesto, Lilith entonces era muy pequeña para plantearse qué tipo de motivos podrían ocultarse detrás de un hecho que puede llegar a marcar tanto en la vida de alguien, y como cualquier niña de temprana edad simplemente se conformó con tener a su hermana y padres junto a ella, sin importar lo que pudiera depararle el futuro. No tardaron mucho en trasladar todo lo necesario, y a las pocas semanas ya se encontraban habitando en un tercer piso de un barrio obrero irlandés, integrándose a la perfección con el resto del vecindario. Aunque hacer amigos le resultó un poco difícil al principio, pronto descubrió que realmente lo poco que se esperaba de ella era que fuera capaz de superar el aprendizaje de los conocimientos básicos que se ofrecían en el colegio sin causar demasiado revuelo, y por lo tanto acudir a la escuela se convirtió en una rutina más, mientras sus padres pasaban fuera de casa gran parte del tiempo, en lo que entonces afirmaban que eran "viajes de negocios". Junto con la compañía de su hermana mayor, y ocasionalmente la de alguna que otra niñera encargada de supervisar a ambas (las cuales por motivos desconocidos duraban muy poco tiempo en la casa antes de que le siguiera la siguiente niñera nueva), Lilith y Eva aprendieron a apoyarse la una en la otra, puesto que mientras tenían unas comodidades mínimas, y una relación afectiva estable con sus padres, no encontraban motivos para quejarse. Quizás no vivían con los mayores lujos del mundo, pero el tiempo que sus padres pasaban fuera de casa, más tarde se traducía en la posibilidad de realizar algún que otro viaje de vuelta a Gales de vez en cuando, y eso, en aquel momento, le parecía suficiente. Pero una de las tardes en la que Lilith salía del colegio, junto con su hermana Eva, lo que ninguna de las dos esperaba, era que fuera la policía la que estuviera esperando a las dos, y no sus padres, que acostumbraban a encontrar un hueco en su trabajo para pasar algo de tiempo con ellas. En ese momento Lilith no entendía lo que pasaba, pero cuando su hermana Eva fue primero a hablar con la policía para después explicarle que sus padres habían tenido que realizar un viaje de emergencia para el que todavía no tenían fecha de vuelta, Lilith se dio cuenta de que no necesitaba memorizar nuevos contenidos en la escuela, para comprender que eso se traducía en que no iban a volver a verlos nunca más. A partir de entonces, las hermanas Green iniciaron una vida en la que las dos pasaban a ser un par de niñas más bajo la tutela del estado, convirtiéndose en huéspedes temporales de casas de acogida que no siempre podían permitirse mantenerlas juntas bajo el mismo techo. Pronto, llegaron al punto en el que por diferencia de edad, Lilith era la chica indicada para cierto tipo de hogares, mientras que Eva era la chica indicada para otros. Esto las obligaba a perder el contacto entre ellas durante ciertos periodos de tiempo, y aunque algunos de los padres de acogida trataban de realizar un gran esfuerzo por establecer un vínculo afectivo con Lilith, siempre acababa perdiendo todo el interés en el concepto de una posible familia duradera, y únicamente pensaba en el momento en el que pudiera encontrar la oportunidad perfecta de escapar de casa para poder reunirse con Eva. Muchas de las veces que se escapaba, al ser una cría de instituto, las autoridades alertaban a la familia, y contra su voluntad, terminaba encerrada en alguna habitación de la casa a modo de castigo. Esto, causó que pasaran a ser las horas de instituto las preferidas para reunirse con su hermana, y que por lo tanto empezase a faltar a clase con una constancia que evidentemente se encontraba fuera de lo permitido. Por suerte, sus compañeros de clase comenzaban a tener una buena relación con ella, y muchas de las veces ayudaron a cubrirle las espaldas. De esta forma, Lilith y Eva recorrían las calles de la ciudad, en busca de algún tipo de entretenimiento que les ayudara a escaparse de la realidad en la que se encontraban atrapadas ambas. Como al principio ninguna de las dos tenía dinero con el que comprar el más mínimo objeto de diversión, muchas de las horas las pasaron simplemente hablando sobre su día a día, y en ocasiones contadas, sobre su pasado. Y aunque Eva no mencionara nunca la muerte de sus padres, Lilith sabía que la causa probablemente tenía detrás algo peligroso, pero que por algún motivo no había llegado a ponerlas en peligro a ellas también tras el final que habían tenido sus padres. En ocasiones le invadía la duda, y se planteaba interrogar a su hermana, preguntar cómo habían muerto, si quizás sus padres en realidad habían sido ladrones sorprendidos en mitad de un robo y más tarde abatidos, si existía la posibilidad de que simplemente habían sido víctimas de la obra macabra de un asesino... pero finalmente pensaba en la cara de su hermana el día que la policía fue a recoger a ambas, y prefería evitar causarle el dolor del recuerdo. Los años seguían, y las casas de acogida iban cambiando con mayor frecuencia, puesto que Lilith tenía ahora un grupo establecido de amigos de su edad, con el que en más de alguna ocasión se metía en problemas, y que a la vez avivaban sus ganas de escapar del instituto en horario de clase. Puesto que su hermana ahora tenía la edad mínima requerida para trabajar, las dos coincidían menos, pero eso no impedía que se reunieran un par de veces a la semana para soñar con la posibilidad de permitirse económicamente algún tipo de alojamiento para las dos, y así terminar el bucle de casas de acogida en el que llevaban demasiado tiempo metidas. En un principio, ayudada por sus amigos, Lilith tuvo la iniciativa de realizar algún que otro robo de objetos de valor en vecindarios lejanos al suyo, que más tarde revendía, pero al repartir los gatos entre todos, al final el dinero nunca resultaba suficiente, y eso llevó a que abandonara los robos durante un tiempo. Eva siempre insistía en que Lilith no tenía nada de lo que preocuparse, porque había encontrado un trabajo en el que le pagaban muy bien, y pronto iban a poder conseguir eso con lo que tanto soñaban. Pero a pesar de todo, eso no pudo detener a Lilith, y preocupada por el hecho de que su hermana estuviera dejándose la piel por un futuro mejor, y consciente al mismo tiempo de que no cumplía con la edad legal requerida para ser aceptada en un establecimiento normal, se interesó por explicar la situación actual a sus amigos, en un intento de obtener alguna solución al problema que suponía el dinero en ese momento. De entre todos sus amigos, Brendan, fue el primero en encontrar una posible solución para Lilith: su hermano mayor, era el encargado de uno de los locales nocturnos dedicados a la fiesta más importantes de la ciudad, y últimamente había estado buscando a alguien que encajara con el perfil de una mujer joven, que pudiera ayudar con diversos requerimientos de sus clientes. Sin más detalles del trabajo que se esperaba de ella, acudió con la cara cargada de maquillaje, y la esperanza de parecer una chica más mayor de lo que en realidad era, a la casa del hermano mayor de Brendan, Edward, donde fue recibida rápidamente. No hicieron falta intercambiar muchas palabras; Lilith era la candidata perfecta. Aunque fuera menor de edad, y se encontrara fuera de los límites de la edad mínima requerida para trabajar, por algún motivo que desconocía, en el puesto de trabajo esto era algo que jugaba a su favor. Iba a ser la cara del negocio en todas las fiestas que se organizaran, y tendría que ser ella la que establecería contacto con los clientes más selectos del local. Es decir, tanto dentro como fuera de las fiestas, si el cliente solicitara algún servicio, ella sería la encargada de marcar los números de teléfono correctos para hacerles llegar cualquier tipo de demanda, sin hacer preguntas. Así es cómo Lilith se introduce en el mundo laboral. Por las mañanas, entre semana, si sus amigos no tenían intención de salir del instituto, asistía a las clases a estudiar con normalidad, y por las noches se dirigía al local, para reunirse con Edward, quien le indicaba lo que los clientes habituales habían solicitado para las próximas fiestas. Drogas de cualquier tipo, bailarinas exóticas que tenían que cumplir con descripciones particulares según el cliente, alcohol de dudosa procedencia… no importaba el qué, ella se limitaba a hacer lo posible por mantener satisfechos a todos los inversores en el negocio, y una vez llegaba el fin de semana y se ponían en marcha las fiestas, era entonces la encargada en hacer que cada cosa llegara a su destino, al mismo tiempo que atendía al resto de asistentes a las fiestas con una sonrisa. De esta forma, consiguió establecer un pequeño colchón de ingresos, que iban destinados a una cuenta de ahorros gestionada por su jefe, el cual le hacía el favor de guardar el dinero para que sus padres de acogida en ese momento no tuvieran forma de rastrear el origen del los ingresos con los que ella se permitía algún que otro capricho. El resto del dinero, iba destinado para su hermana Eva, que al ser ya mayor de edad, se podía permitir por fin vivir por su cuenta fuera de cualquier tipo de tutela. Aunque Eva llevaba ya bastante tiempo trabajando, antes siquiera de que Lilith pudiera plantearse trabajar, nunca hizo ninguna pregunta sobre el tipo de trabajo que estaba realizando, y por lo tanto su hermana tampoco lo hizo con ella; respeto mutuo respecto a la privacidad de cada una fue lo que ayudó a que el vínculo entre ambas se estrechara más que nunca. De esta forma, durante un par de años más, fueron añadiendo dinero en común a la cuenta del banco, con la misma intención de siempre de poder poner un nuevo inicio a sus vidas lejos de cualquier casa de acogida inicial, siendo su hermana mayor la primera en permitirse viajar al extranjero, donde iba a tantear el terreno primero, para determinar si sería un buen lugar para encontrar el deseado cambio de aires. Lilith continúa con su rutina de trabajo en el local, habiendo alcanzado ya la mayoría de edad, y estableciendo una reputación por si misma en los ambientes de club nocturno, libre de cualquier sospecha que la pueda relacionar con las actividades ilegales que tienen lugar en todas y cada una de las fiestas de las que se encarga, a la espera de recibir nuevas noticias de su hermana, que ahora se encuentra trabajando en otra ciudad lejana. Estas noticias llegan en forma de visita sorpresa a Dublín por parte de Eva, quien nada más abrazarla por primera vez en meses, le asegura que Los Santos es el lugar perfecto para que ambas puedan empezar una vida de cero. Frente a unas novedades tan importantes, no duda en acudir a contarle las noticias a su jefe, ya que con tanto tiempo trabajando para él, habían llegado incluso a considerarse amigos entre ellos. Edward, conociendo la situación en la que Lilith se encontraba cuando empezó a trabajar para él, no duda en animarla a que pruebe suerte en Estados Unidos, ofreciéndose incluso a prestarle algo de dinero si fuera necesario. Por suerte, el dinero ingresado en la cuenta que se había ido acumulando con el tiempo resultaba más que suficiente, por lo que mientras Eva vuelve primero a Estados Unidos, ella aprovecha para cerrar los últimos negocios pendientes que quedaban en el local, en señal de agradecimiento por todo el tiempo de trabajo que le había sido ofrecido, y una vez se ha despedido de todos sus amigos, y habiendo visitado por fuera una última vez la casa en la que vivieron con sus padres, se dirige al aeropuerto con un par de maletas tras ella, a tomar el primer vuelo dirección Los Santos. Interpretación: Siempre intenta mostrarse bastante tranquila y confiada en ella misma. Puede que no se de cuenta, pero por el tipo de trabajo que tenía que realizar en el club nocturno, suele tratar de averiguar detalles sobre las vidas de otras personas que le puedan resultar útiles para beneficio propio, así que es observadora la gran parte del tiempo. Por supuesto, su hermana es la única familia que le queda, y ambas han vivido infancias muy duras, así que con ella es especialmente atenta, y si algo le pasara, su comportamiento calmado cambiaría completamente a uno protector e incluso si se diera la necesidad, agresivo. En su trabajo ha vivido ciertas situaciones que le ayudan a ser fría y calculadora cuando es necesario. Objetivos: Intentar establecerse en Los Santos como ciudad en la que vivir a largo plazo. Ver cómo es la forma de vida allí, conocerla, hacer amigos… Al mismo tiempo que intenta hacer su vida, quiere que su hermana tenga las mismas oportunidades también. Uno de sus intereses principales es comprobar si es viable obtener un puesto en alguna ocupación como el que ha mantenido en Irlanda trabajando para su jefe, en un ambiente clandestino pero a la vez tratando con un público que no sospeche de ella como persona potencialmente peligrosa. Miedos: Le aterroriza la idea de que le pueda pasar algo a Eva, siempre teniendo en cuenta el cómo desaparecieron sus padres de su vida. También siente cierto respeto hacia la policía, por la posibilidad de que en algún momento obtengan información sobre el tipo de actividades que se llevaban acabo en su trabajo. Gustos: Las discotecas, bares, pubs… cualquier tipo de local relacionado con la música, las fiestas y la actividad nocturna, y por supuesto delictiva. Además le atrae todo producto que tenga un precio alto, como pueden ser los vehículos de lujo o la ropa, puesto que cuando era más joven no tenía la posibilidad de acceder a ellos si no era robando.
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