Jump to content
-- Donaciones y sistema VIP -- ×
OPOSICIONES PARA STAFF: MAS INFO AQUÍ ×

Artai Treze

Miembro con invitación
  • Contenido

    7
  • Ingreso

  • Última visita

Información personal

  • Nombre del personaje
    Artai Treze

Visitantes recientes al perfil

1.027 visitas al perfil
  1. Lo que haga falta, solo tenéis que decirlo, mi comunidad es extremadamente pequeña por el momento pero sin duda podéis contar conmigo.
  2. Mi Id: 14581 Me gustaría entregar mi invitación a un buen amigo y compañero de batallas en el mundo gaming desde hace unos años. Me consta que está muy metido en el tema roleplay de Gta. Es una persona seria y muy involucrada en todo lo que hace, por lo que creo que puede ser una integración muy positiva a la familia de Despistaos. Su perfil es: https://despistaos.es/profile/26064-wolf_blood/ Muchas Gracias!
  3. Nombre y Apellidos ingame: Artai Treze Edad y fecha de nacimiento (Real): 32 años 03/02/1987 Experiencia previa en roleplay: Pertenezco y formo parte activa de la administración en una Crew de Ps4 en la que realizamos algunos eventos de roleplay teniendo en cuenta las carencias con las que nos encontrábamos, por lo demás no he tenido la oportunidad de participar en servidores de roleplay ya que no había encontrado en ninguna otra comunidad de este genero el aliciente para realizar la inversión en un buen pc gaming, hasta que conocí Despistaos. Historia completa de tu personaje: Artai Treze nació un día de verano de 1983 en la única comunidad rastafari de toda Galicia, situada entre las montañas de la Ribera Sacra Lucense. Sus padres Anxo y Sara le enseñaron desde muy pequeño el valor de la honestidad y la coherencia y a su vez, como era costumbre, toda la comunidad ponía su granito de arena en la educación de Artai. El viejo Emilio, por ejemplo, siempre le decía: “Deus é bo e o Demo non é malo” (Dios es bueno pero el Diablo no es tan malo)… Artai siempre fue alguien muy despierto y apenas comenzó a hablar, se pasaba los días y parte de las noches haciendo preguntas a sus padres: ¿Por qué llueve? ¿Qué hace que el cielo sea azul? ¿Se podrán contar todas las estrellas? ¿Qué pasa cuando te mueres?... Puede que pareciera excesivamente joven para preocuparse por ese tipo de cuestiones y mucho mas joven para, quizás, tratar de responderlas pero lo cierto es que con un IQ de 137 Artai no podía conciliar el sueño sin tratar una y otra vez de hacerse preguntas mas complicadas y buscar respuestas mas exactas. Cuando contaba con 8 años de edad, Artai ya estaba muy por encima de lo que se podía esperar de cualquier niño de su edad y ya no le resultaban suficientes las respuestas obtenidas por parte de los adultos a las 100 preguntas que se planteaba diariamente. Sara, como cualquier madre, se dio cuenta enseguida de que aquel grupo de casas en medio del Cañón de Sil no sería suficiente para que su hijo desarrollara todo su potencial por lo que a base de trabajo duro le proporcionó la mejor educación posible que se podía recibir sin ir a una escuela oficial y cuando esa educación dejo de ser suficiente, siempre se encargaba, junto con Anxo de proveerlo con cantidades ingentes de libros que intercambiaba por sus labores artesanales y que en ocasiones excepcionales compraba con unos pocos ahorros que suponían una fortuna. Pero no podía ser de otra manera, Artai los devoraba, era raro que un libro le durase mas de dos días sin haberlo absorbido como una esponja… y así pasaban sus días bebiendo de dos grandes fuentes, la ciencia de sus preciados libros y la humildad de su familia, pero Artai no era humilde, al menos no falsamente humilde, nunca le gustó humillar a nadie y siempre trataba de mostrar interés en lo que le explicaban aun a sabiendas de que muchas de esas explicaciones eran burdas, pero comprendía que hacían lo posible, era consciente del gran esfuerzo que suponía a su familia aportarle los conocimientos que el demandaba y esa realidad se tornó excesivamente dura cuando, un día de septiembre, el 2 de septiembre de 1996 para ser exactos, a la edad de 13 años un hombre mayor y con ropa de diplomático llamó a la puerta de su casa, no se escuchó el ruido del coche por que era literalmente imposible llegar a su casa en coche, así que ese señor había caminado al menos 1km con su ropa cara para, por algún motivo presentarse a su puerta. Artai no lo entendió, al menos no inmediatamente, no entendió por que su madre le daba un beso en la frente llorando a la vez que su padre le susurraba que aquello era lo mejor para el, no entendió por que aquel hombre saco de su bolsillo un montón de hojas manuscritas, algunas con ecuaciones matemáticas, otras con tanto texto que estaban escritas hasta por los márgenes… No entendió, por encima de todo, por que reconocía esa letra como suya y por primera vez desde que Artai tenía conciencia no le sirvió de nada su inteligencia, aquello no se lo esperaba, pero lo cierto era que aquello estaba sucediendo, en aquel preciso instante, absurdamente tarde, Artai se percató de que sus padres lo estaban alejando de ellos y así sin poder siquiera decidir, casi sin poder volverse para despedirse, todo se desvaneció, la comunidad, su familia, sus padres… en medio de aquella tormenta, de nubes y shock, Artai aun recuerda por momentos los sollozos de su madre. Si lo hubiera sabido, si se hubiera parado a entender que querían lo mejor para el, si hubiera entendido que sus padres habían movido cielo y tierra para que el tuviera una oportunidad real… seguramente, si eso hubiera pasado Artai no se habría escapado de aquel coche en el mismo instante en que paró en el aparcamiento de la estación de tren, no se habría metido en el primer vagón que vio moverse cerrando sus puertas y no habría dejado atrás, con odio, toda su vida y todas sus opciones de , por una vez, estudiar en un lugar adecuado a sus necesidades, con gente que pensaba con su misma complejidad… pero Artai no lo sabía, al menos no en aquel momento. Fueron tiempos duros, con 13 años Artai hacía lo que podía para sobrevivir, aquel tren viajaba dirección Madrid pero por desgracia… o por suerte, el revisor lo echó a patadas en la parada de Valladolid, allí sin tener a donde ir ni con que sobrevivir de un modo mínimamente digno, pasaba los días perdido por las calles, con las duras cicatrices en corazón y mente que solamente deja la decepción mas profunda. Conoció gente, conoció mucha gente, unos lo engañaron, otros lo apalearon sin mas motivo que la diversión de pegar a un mendigo que no podía ni ir a urgencias por miedo a que los servicios sociales se lo llevaran. Así pasó sus primeros 2 años en la ciudad, aprendió a hacer malabares, a lavar parabrisas de gente que no quiere se los laven en los semáforos, a hacer de gorrilla por unas pocas monedas y lo cierto es que después de esos dos años casi había olvidado su interés por aprender… casi. Un día de verano de 1998 con 15 años y apariencia de 19 conoció a Daniel, un hombre curioso, si, curioso es la mejor forma de describirlo. Daniel tenía entre 56 y 65 años, se que puede resultar extraño pero quien vive en y de la calle seguro que lo entenderá a la perfección, Daniel era un hombre solitario, por las mañanas se lo podía encontrar en Parque Grande jugando con jubilados al ajedrez, aun que si en lugar de decir jugando dijera humillando no estaría falto de verdad ya que Artai no vio ni un solo día perder a aquel hombre. Por las tardes se dedicaba al “noble” arte del trileo allá donde hubiera gente que aún no conociera sus mañas. Para Artai este fue, sin duda, un momento excepcionalmente importante en su vida, repito verano de 1998… Artai estaba como cualquier otro día buscándose la vida a duras penas a la vez que veía a aquel hombre, Daniel, echando una de sus partidas matutinas. Por alguna extraña razón Daniel fijó su vista en el y con un gesto le indicó que se acercara a la mesa, ahora necesitada de mas carnaza a la que vencer… Artai se lo pensó, es curioso como muchas veces, la gente solitaria se entiende con una sola mirada e igualmente curioso es como aquel joven de 15 años se dirigió a la mesa y se sentó frente a Daniel… dio comienzo la “partida”, una “partida” que duró ni mas ni menos que 5 años. Que qué sucedió en ese tiempo? Artai creció, aprendió todo lo que aquel viejo solitario pudo enseñarle y un par de cosas mas… sobra decir que las partidas de ajedrez se tornaron aburridas después de la primera semana, no era posible ganar a Artai, por mucho que el bueno de Daniel lo intentara era como si hubiera prendido una llama en la cabeza de aquel joven y por algún motivo siguiera alimentándose sola y creciendo… y creciendo. Daniel le enseño a Artai a trabajar como trilero, pero primero le enseño a interpretar a las personas, sus matices, sus gestos, cualquier interacción que pudiera denotar en alguien una posible presa de sus engaños era detectada al momento por Daniel y pocos meses después por Artai, sí meses, las personas no son como el ajedrez y si conocer a alguien bien es un arte, saber interpretarlo es poesía. El caso es que Artai acababa de aprender una de las herramientas que mas utilizaría en el futuro, Artai sabía interpretar mentes y eso reportaba dinero, he de decir que suficiente dinero para tener una pequeña estancia alquilada , comida y ropa limpia pero aun así lo mas importante para Artai no era el dinero, no, lo mas importante era el conocimiento, el camino del aprendizaje, en las personas había comprendido por fin que era el mejor lugar gratuito del que aprender y cada día aprendía algo nuevo y cada día probaba algo nuevo. Contaba ya con 20 años, la calle se había encargado de su tono de piel, casi, permanentemente moreno, era atlético, atractivo y tenía los ojos verdes y rastras hasta la altura de las orejas… Es cierto que de algún modo Artai había renunciado a su familia, igual de cierto que en sueños seguía oyendo a su madre sollozar, pero no era menos cierto que su alma seguía siendo rasta y que parecía, de algún modo, que conservando su cultura conservaba sus raíces y por ende esa familia, por la que se sintió rechazado pero que una vez lo había sido todo para el. 2003, invierno, de nuevo invierno… Artai se encontraba conversando de todo y de nada con su viejo amigo y salvador Daniel y tenían es conversación aparentemente intrascendente que ocultaba una decisión importante… Artai había despertado completamente, por fin, atrás quedaban los años de hambre, frío, inseguridad, abandono… y allí sentados en su mesa de ajedrez de siempre le dio a Daniel las gracias, un abrazo y partió con su mochila y mas dinero en el bolsillo del que cabía esperar para alguien que vive de lo que le da la calle. Para el lector puede sonar extraño, lo sé, 5 años de relación cuasi familiar, 5 años juntos sobreviviendo y todo termina en una fugaz despedida tras una conversación insulsa y un abrazo… Bien, he de puntualizar que para Artai un abrazo era el mayor gesto de aprecio que se permitía mostrar, cabe destacar que con el paso de los años y de una manera directamente proporcional a que su conocimiento sobre las personas crecía, crecía también su ansiedad social y su necesidad de soledad, no era fácil que Artai confiara, pero si lo hacia te convertías en su familia directamente. Daniel era su familia y, por supuesto, a Artai le dolía irse, pero quería seguir creciendo y marchar era tan inevitable como el propio paso del tiempo. Artai se fue, no miró atrás y sus pasos lo llevaron, una vez mas, a la estación de tren… no lo pensó, compro el billete y vio en el horizonte su próximo destino, Barcelona… Cuando llegó, un día después, era de noche y el invierno apremiaba, por un momento pensó en gastar algo del dinero que tenía ahorrado en dormir caliente pero, a fin de cuentas venía de la calle, había vivido varios años en la calle y de algún modo, la idea de un banco en un parque le hacía reconciliarse consigo mismo. Así lo hizo, ensimismado en sus pensamientos, los cuales bullían de nuevo como en su infancia, llego al parque de la Ciudadella y se recostó en un banco… en ese momento, de manera inconsciente observó el cielo, lo observó con sus nuevos y mejorados ojos… por un momento pensó en aquella pregunta: ¿se pueden contar todas las estrellas del cielo? Sonrió y tapándose con algo de ropa que llevaba en su mochila se quedó dormido, solo… en paz. Tres años, pasaron 3 años en Barcelona en los que sin quererlo se hizo un nombre y no precisamente como trilero, es cierto que su primer año lo dedicó a timar inocentes para estabilizar su economía pero enseguida y a la vez, casi sin percatarse, se vio rodeado de gente escuchando sus historias en medio y medio de Las Ramblas, de día Artai contaba historias a niños y niñas que los padres tenían a bien dejar a su cargo por unas monedas y lo hacía entre gritos de admiración y aplausos debido a los estudiados giros que daba la trama. Por la noche, al menos las noches que deseaba compañía… contaba otro tipo de historias a mujeres que tenían la necesidad de sentirse admiradas… Pero en esta etapa algo se rompió, Artai se dio cuenta de la capacidad que tenía de convencer y del poder de la palabra, contaba con 23 años y ya había vivido como si tuviera 50, su habilidad social seguía creciendo pero su hastío crecía a la par, nada le ataba… nada hasta que la conoció a ella… María, universitaria, pero no era la típica universitaria. María estaba terminando la carrera de bellas artes y por aquel tiempo Artai podía permitirse un pequeño apartamento en la Judería que pagaba sin demasiados problemas con su narrativa pero en ningún caso estaba preparado para María… ella entró en su vida como una tormenta, entró con la agitación de un temporal y los frescura de la brisa en una tarde de verano… Artai no podía hacer nada, no hubiera podido hacer nada ni aun habiendo querido, se dejo llevar, por primera vez desde los 13 años, cuando 10 años atrás sus padres lo abandonaron, Artai se dejo llevar y como el mismo se esperaría si hubiera estado alerta, se cayó y la caída fue dura y como sucede normalmente, sin previo aviso. Artai se encontró a María con un “compañero” de la facultad, en actitud excesivamente “amistosa” sobra decir lo que sucedió después… Artai vio toda su ira ante el, vio toda su vida ante el y si no lo mató en aquel mismo instante solamente fue por que los sollozos de María le resultaron dolorosamente conocidos. 2006 fue el año en que se despidió de Barcelona y se preparó para un nuevo viaje y después otro y otro… Normalmente su vida transcurría del mismo modo, llegaba a una ciudad se asentaba, aprendía y cuando ese lugar no tenía nada que ofrecerle recogía sus cosas y a la siguiente, así transcurrieron los siguientes 6 años… Cada vez mas dinero, cada vez mas inteligente y cada vez mas solitario. Artai tenía 29 años cuando la vida lo llevó, por extraño que parezca, a Alemania, para ser completamente sincero Alemania no era su destino final, o al menos eso creía, pero lo que allí sucedió fue otro punto de inflexión en su vida. Por una vez llegó a algún lugar en verano y la verdad es que echando la vista atrás, menos mal que llegó en verano, por que allí las noches en la calle, como solía hacer en todas las ciudades a las que llegaba, no eran para nada agradables. Artai tendría que agradecer al duro golpe recibido por María el hecho de volverse aún mas insensible al resto del mundo y después de tantos años buscándose la vida decidió que era el momento de buscar una oportunidad de negocio mas ambiciosa… Como siempre, se buscó un lugar en el que dormir caliente y de inmediato se instaló como trilero en las calles mas concurridas sin pasar mas de una o dos semanas en la misma manzana. Un año después de llegar, exactamente en agosto de 2013 Artei se percató de que estuviera en la calle que estuviera, hacía días que alguien lo vigilaba, no era solo una sensación, eran en torno a 5 personas que, al parecer se turnaban para vigilarlo… sería posible que alguien se hubiera fijado en sus habilidades “especiales”, sería la policía? En cualquier caso, no sería el primer contacto de Artei con la ley y seguramente no sería el único pero no, no era eso, quien lo vigilaba quería verlo trabajar y Artei trabajaba como solo el sabía mientras esperaba los conclusión a rodó aquello. No tardó, pocos días después de camino a su casa, una furgoneta negra se cruzó en su camino y tres hombres encapuchados que salieron de ella lo metieron a la fuerza, Artai pensó, pensó rápido, no tenía deudas, no tenía amigos, no quería amigos y tampoco tenía enemigos, pero lo cierto es que estaba en una furgoneta de camino a un lugar indeterminado. Cuando el vehículo aminoró su marcha y se detuvo algo mas adelante en un camino de tierra, Artai se vio empujado fuera. De pie frente a el se encontró con un hombre compacto de estatura media y pelo cano que, en cualquier caso, indicaba que una vez había sido rubio. El hombre cano, se presentó con unos modales excesivamente correctos teniendo en cuenta las circunstancias… Se llamaba Alder, Alder Niet y quería ofrecerle a Artai una oportunidad de negocio… Artai quería progresar, quería mas dinero del que sacaba en la calle pero sobre todo seguía queriendo aprender y obviando los tres hombres armados que estaba a su espalda y que lo habían traído a la fuerza, decidió escucharlo. El negocio era sencillo Artai aprovechaba sus conocimientos de las calles y de la gente para distribuir desde cocaína a cannabis usando su “trabajo” de trilero como tapadera y por su parte el señor Niet le daba, de una vez por todas, el empujón económico que necesitaba. Resultó extrañamente sencillo, los primeros meses se hizo su propio listado de contactos , después del primer año tenía mas dinero del que podía contar y trabajaba mano a mano con Alder Niet haciendo crecer el negocio, en su segundo año empezó a ser consciente de que, una vez mas no le quedaba nada por aprender, para Artai solo era un negocio mas en una ciudad mas que estaba dejando de llamar su atención… Era la hora de partir, o no. Alder Niet no era Marina, no era Daniel y mucho menos era sus padres Anxo y Sara, no, Alder era de esas personas que creen que todo les pertenece, Artai lo sabía desde hacía tiempo, en contadas ocasiones había visto como Alder trataba a su mujer, había visto como trataba a su propio hijo y Artai sabía que le esperaría si decía a Alder que su “contrato” comercial había terminado… no es que a Artai le importaran especialmente las amenazas hacia su persona y tampoco tenía ningún problema en desaparecer e irse una vez mas a donde sus pasos lo llevaran, a demás, esta vez tenía mas dinero del que habría imaginado nunca aquel niño de 13 años al que echaron una vez del tren. Pero se quedó, se quedó por que a pesar de todo, a pesar de Alder, a pesar del trafico de drogas y a pesar de venir de dos mundos completamente opuestos, Artai conoció al hijo de Alder, Robert Niet… Y digo a pesar, por que su hijo era la antítesis del padre… Robert era inteligente, al menos mas inteligente que la gran mayoría de personas con las que Artai se había encontrado en su vida, Roberto tenía planes mas allá del “negocio” de su padre y la necesidad de saber, crecer y aprender de Artai y Robert trascendió por encima de los “trabajos” a los que en aquel momento se encontraba inmerso Artai. Corría el año 2018 Artai contaba ya con 35 años, continuaba trabajando para Alder y a su vez tenía una relación con Robert, que era lo mas parecido a un hermano, compartían cierta forma de ver el mundo con perspectiva y los años les habían enseñado a mantener al margen el único mundo en el que no coincidían, el narcotráfico, mientras hacían planes de montar su propio negocio y empezar a ver el mundo desde arriba. Como suele pasar en estos caso, sobre todo cuando se juega con fuego algo falló, algo fallo enormemente… 2019, Enero, no podría ser de otra manera… En uno de su viajes de negocios en los que se encontraba con Alder, Artai notó algo extraño y se detuvo en el mismo camino de tierra en que hacía años lo habían obligado a tener una “reunión”. Sirenas, como ya he dicho Artai estaba familiarizado con la policía, pero no allí, no en aquel lugar apartado que aparentemente pasaba desapercibido… Como es lógico Artai no se acercó, volvió a casa y comenzó a hacer preguntas a las personas adecuadas. Alder no estaba, literalmente se había esfumado, su mujer había fallecido de un modo un tanto extraño y Robert… Robert estaba en otra ciudad, una ciudad en constante crecimiento situada en una isla… como se llamaba? Ah sí… Los Santos… Octubre de 2019 Artai tiene ya 36 años sigue siendo atlético, su piel es morena pero ahora no se puede decir que sea por la vida en la calle que antaño había sufrido, tiene los ojos verdes y nunca, nuca en todos estos años se ha ni planteado cortarse las rastas... Ha gastado la practica totalidad de sus ahorros, que no eran pocos en investigar que sucedió y todo parece llevarle al mismo sitio… Los Santos, sin duda tendrá que invertir lo que le queda en pagar un billete, esta vez dejará el tren, toca coger un vuelo… Cualquier cosa que quieras añadir: Espero y deseo que la personalidad de Artai haya quedado bien definida a lo largo de la historia de su vida, es una personalidad con mucho matices, complicada y compleja pero honestamente me daba algo de miedo excederme demasiado en la historia con objeto de dejar claros todos esos matices que finalmente componen a mi personaje. Muchas gracias de antemano por dedicar vuestro tiempo en conocer un poco mejor a Artai, espero, al menos, que no resulte aburrido.
  4. Buenos días Me llamo Pablo soy gallego, tengo 32años y quien me conoce me llama Pola o Treze, cada uno tiene su historia jejeje... Tengo titulación de Mecánico Naval pero por circunstancias de la vida estoy trabajando de administrativo-comercial, he dedicado la practica totalidad de mi tiempo libre desde que tengo uso de razón al deporte (baloncesto) y los videojuegos pero con el paso de los años me dedico mas a lo segundo que a lo primero. Es un verdadero honor tener una mínima posibilidad de formar parte de pleno derecho de esta familia ya que a much@s de vosotr@s os sigo desde hace tiempo y estoy literalmente enamorado del ambiente que se respira tanto in game como en el propio foro. Tengo que agradecer, sin duda, a mi hermano de otra madre @Robert Niet la confianza puesta en mí para apadrinarme e invitarme a esta comunidad ya que estoy seguro que de otro modo yo no estaría escribiendo ahora estas lineas. Esta misma tarde, viendo que por suerte a sido aceptada mi invitación, presentaré a mi alter ego Artai Treze con intención de continuar en este proceso y dar el 100% en esta oportunidad que se me ha presentado. Muchas gracias y un saludo a tod@s
×
×
  • Crear nuevo...