Jump to content
-- Donaciones y sistema VIP -- ×
OPOSICIONES PARA STAFF: MAS INFO AQUÍ ×

Misslunaz

  • Contenido

    11
  • Ingreso

  • Última visita

4 Seguidores

Información personal

  • Nombre del personaje
    Vitani Mambwe

Visitantes recientes al perfil

942 visitas al perfil
  1. Nombre ingame: Vitani Anderson. Edad real: 23 años. Experiencia previa en roleplay: ninguna. Historia: Procede de Colorado, de una ciudad llamada Lakewood del condado de Jefferson. Vitani es una chica tímida y reservada, lo que influía a la hora de hacer amigos en el colegio. Hasta sus 8 añitos de edad no consiguió un pequeño grupo de amigas con las que estar agusto, poder jugar en el recreo y a veces reunirse después de clase, que los padres de las chicas y los suyos fueran a la misma iglesia y fueran grandes amigos influyó en la creación de aquel grupito. Los días favoritos de Vitani eran los domingo porque, aunque ir a la iglesia se le hacía tremendamente aburrido, todos se reunían en la casa de Scott, el hermano del reverendo y podía ver a sus amigas. Uno de aquellos domingos las chicas querían escaparse para comprar un helado, Vitani se negó en rotundo a aquella descabellada idea por no enfurecer a sus padres. Hubo un gran revuelo cuando se dieron cuenta de la falta de las niñas, excepto de Vitani, ella estaba sentada en el porche del jardín trasero donde se hacían las reuniones. Cuando los adultos descubrieron que las pequeñas se habían escapado para comprar helados se enfadaron, excepto los padres de Vitani, los cuales presumían de su maravillosa y responsable hija a pesar de ser tan pequeña. Scott adulaba constantemente a sus padres sobre lo buena niña que era y sobre el buen trabajo que habían hecho educándola. A Vitani el señor Scott le resultaba extraño. En aquella misma reunión el señor Scott dirigió a la pequeña a la cocina a por un zumo para el camino a casa. -Cuando seas mayor serás una mujer preciosa y seguramente una esposa maravillosa- comentó el señor Scott cuando le acercó un pequeño brick de zumo a la pequeña. A Vitani le recorrió un escalofrío por su pequeño cuerpo, se sentía incómoda pero no sabía exactamente por qué. El tiempo pasaba lento ya que en ese barrio los pequeños poco tenían para hacer, se les instaba a estudiar mucho y quizá jugar con sus padres en los jardines, no estaba bien visto que los jóvenes se reunieran para controlar que no pecaran de ninguna forma y no hubiera un adulto para corregirles. Pasados un par de años comenzó a notar que su cuerpo sufría cambios, le había llegado la adolescencia. Fue corriendo a contárselo a su madre, un poco asustada ya que ella desconocía que ciertas cosas pasaban cuando una chica crecía. Su madre se tensó y en su rostro se reflejó algo de preocupación. -Yo confío en ti, eres buena hija, pero hay algo que debes prometerme, ningún chico se puede acercar a ti- impuso tajante su madre al procesar que su pequeña se hacía mujer. A sus 12 añitos tenía unas calificaciones envidiables y una responsabilidad que difería con su edad. En casa se comportaba como la hija perfecta o casi perfecta, nunca reprochaba y siempre obedecía pero era torpe y a veces tenía pequeños accidentes domésticos, como la caída y posterior rotura de algún elemento de la vajilla, “eres una inútil, somos lo único que tienes y cuando faltemos te arrepentirás” le recordaban con cierta rabia cuando se equivocaba. Esa actitud agresiva verbalmente se había ido agravando con los años, su madre estaba tremendamente susceptible y a la defensiva, pero Vitani lo achacaba al estrés de cuidar de ella y de la casa. Al contrario que ella, sus amigas comenzaban a mostrar ciertos comportamientos un poco extraños, hablaban de saltarse clases, comentaban el atractivo de sus compañeros de clase y de los profesores. Las calificaciones de ellas comenzaron a variar incluso algunas caían estrepitosamente. Vitani estaba preocupada, si se lo contaba a su madre no le permitiría volver a hablarles porque las consideraría “malas influencias”. Llegó a la conclusión de que como excusa para verse fuera del instituto podrían quedar para estudiar todas juntas y así mantener la fachada del grupo. Consiguió convencer a sus padres y a los padres de sus amigas y llegaron al acuerdo de que todos los días se reunirían un ratito, cada día en casa de una. Su plan funcionó, sus amigas se centraron y poco y volvieron a sacar buenas notas. Cuando todas llegaron a la mayoría de edad una de ellas comenzó a presumir de que se había sacado el carnet de coche con el permiso de sus padres y que le dejarían conducir el carísimo y flamante coche de su padre cuando fuera necesario, Vitani sintió un poco de envidia y pensó que podría sacárselo ella también. Sentía que con el carnet podría ayudar a sus padres en sus quehaceres. Cuando decidió pedir permiso su madre se opuso activamente, demostrando su descontento con gritos y cierto tono de desesperación, su padre se mantuvo en silencio con el semblante serio, apoyando a su querida esposa en todo lo que ella decía. Vitani tuvo tiempo para pensar, manifestar esa idea tuvo consecuencias, sus padres decidieron que debía ayunar para aprender el valor de lo que tenía y el precio por haberles desafiado al pensar esa barbaridad de tener libertad para conducir. En el colegio sus amigas repartieron su comida en el recreo para que ninguna pasara hambre y apoyaron a Vitani en su decisión, estaban de acuerdo en que ella era mayor y si quería podía sacarse el carnet. Llegó a la conclusión de que se sacaría el carnet aunque fuera a escondidas y así fue. Después de unos meses consiguió acudir a la autoescuela faltando a algunas clases extraescolares y a los estudios en grupo, esos días ninguna fue a casa de otra, todas fingían salir para encubrirla y se reunían donde nadie pudiera verlas para mantener la farsa y no levantar sospechas. Vitani se lo agradecía enormemente, se estaban jugando una gran bronca y un gran castigo por ella y eso la hacía muy feliz. Sus amigas al enterarse de que había aprobado y ya tenía el carnet le pedían a Vitani constantemente quedar fuera de horario escolar, ella no accedía por miedo a las represalias de sus progenitores, había mantenido la farsa mucho tiempo y le daba miedo que más pronto que tarde le estallara en la cara toda la mentira. Un chico de unos cursos superiores a ellas escuchó la conversación y se autoinvitó al plan, dejando a Vitani sin palabras, era increíble que un chico mayor quisiera quedar con ellas así que accedió por la emoción que suponía. Se saltaron la última clase, al final todas las chicas se arrepintieron y se fueron a casa para fingir que habían acudido a todas las clases, menos él, mantuvo el plan y ofreció su coche para comprobar las habilidades de conducción de su compañera. Dieron vueltas durante un buen rato por las afueras del barrio para que nadie se enterara. El problema llegó cuando su querido compañero la acercó a casa con su coche y cuando ya estaban aparcados en la puerta intentó besarla. Como se había retrasado de su horario habitual su madre estaba en la ventana observando con preocupación y contempló el pequeño beso que los jóvenes se habían dado torpemente. Su madre entró en cólera y sacó a rastras a la joven del coche, sin darle tiempo si quiera a despedirse. Fue la primera vez que su madre la golpeó y nunca lo olvidaría, era tal su rabia que cogió un cinturón del armario de su padre y se ensañó con su espalda mientras ella lloraba y pedía perdón sin saber qué había hecho mal. -Me niego a que mi hija se convierta en la golfa del barrio- dijo su madre tras desahogarse con los golpes. El tiempo transcurrió con normalidad fingiendo que el suceso de aquel desafortunado beso no había ocurrido. Vitani no volvió a saltarse clases, no volvió a hablar con su amor platónico secreto. En el fondo tenía miedo, no alcanzaba a comprender qué había hecho mal pero se limitaba a ir de clase a casa y viceversa. Sus padres hablaron con los padres de sus amigas para contarles lo sucedido y que vigilaran bien a sus hijas. Por aquel suceso no pudieron reunirse de nuevo, solo podían hablar en clase. El día de su 21 cumpleaños caía en sábado por lo que no tuvo que ir a clase. Era un día de relax en el que podría estudiar con sus propios horarios y comer en casa con su familia. Bajó a desayunar algo y encontró a su madre preparando tortitas. Cuando se sentó a desayunar sonó el timbre. Era el señor Scott que pasaba a felicitarle el cumpleaños. Todos los domingos seguían visitando su casa tras pasar por la iglesia, era una tradición, pero Vitani llevaba muchos años evitándole, cada semana que pasaba ese tío le daba menos confianza. El señor Scott se sentó en la mesa a desayunar con ellos y puso una pequeña cajita sobre la mesa, era una cajita negra de terciopelo con un lazo. Miró a Vitani a los ojos y empujó despacio la cajita sobre la mesa, acercándola a ella. Dudosa la cogió y lentamente le quitó el lazo y la abrió. Se le heló la sangre al contemplar un anillo. -Queremos que formes una familia con él- soltó su padre. Su madre insistía en que debía aceptar porque debía casarse con un hombre de bien que la mantuviera y le diera muchos hijos. Vitani se asustó ante la idea de contraer matrimonio con un hombre 30 años mayor que ella, era una diferencia de edad desmesurada. Corrió a su cuarto para encerrarse y aclarar su mente, estaba perdida y confusa. Sus padres aporreaban la puerta con desesperación al darse cuenta que su hija había atrancado la puerta con una silla para poder tener un poco de intimidad en sus pensamientos. Tras unas horas de reflexión y al escuchar que el señor Scott había salido de la casa, salió de su cuarto en busca de sus padres para exponerles su postura, no quería contraer matrimonio tan joven y con un señor que no amaba. Al entrar en el cuarto de ellos tropezó, sin llegar a caerse, con una tabla del parqué que estaba un poco levantada en el suelo. Se agachó y la miró de cerca, la intentó levantar y cedió fácilmente, no estaba bien sujeta sólo encajada. Descubrió una pequeña carpeta morada, por mera curiosidad la cogió y echó un ojo. Le destrozó el contenido: un documento de defunción de un bebé recién nacido con la fecha de su nacimiento. Documento en mano buscó a sus padres hasta dar con ellos en la cocina para pedir explicaciones, ¿habían nacido más bebés a parte de ella? Nunca la habían hablado de la posibilidad de un hermano. Sus padres se pusieron nerviosos reprochándole el haber entrado en el cuarto sin permiso, sabía que eso estaba prohibido y ahora sabía porqué. Hubo silencio, ninguno de sus padres se atrevía a contestar. Después de un rato de insistencia le contaron la historia de cómo la rescataron de los brazos de una mujer que dio a luz sola en el hospital por lo que pensaron que era soltera y que no merecía una bendición así. Le explicaron que habían hablado con los médicos y que le habían dicho que era una mujer de bajos recursos y acordaron que por un módico precio le darían el bebé para salvarle de la miseria. -Así que soy un bebé robado- Vitani asintió lentamente mientras pronunciaba las palabras intentando procesar la información. En el documento de fallecimiento estaban los nombres de su madre biológica y el que hubiera llevado de haber crecido con ella “Elisabeth”. Sus padres le explicaron que le cambiaron el nombre a Vitani para nunca olvidar que había nacido fruto del pecado, al parecer “vita” significa guerra en swahili y “vida” en latín, era la mezcla perfecta para el nombre de una niña a la que le querían dar una nueva y decente vida. Vitani al saber todo esto por un impulso recogió todas sus cosas y los ahorros secretos que había estado guardando para conseguir su propio coche. Caminó sin rumbo fijo hasta que se le ocurrió buscar a su madre en internet, quizá habría alguna página que le pudiera dar una pista. Encontró una noticia de un accidente de coche donde una pareja, la mujer tenía el mismo nombre que sus madre biológica. No decía si habían sobrevivido pero le dio pista que le serviría de ayuda el lugar de residencia de los accidentados: Los Santos. Compró el primer vuelo que encontró y se dispuso a buscar respuestas sobre su verdadero origen. Aspiraciones: -Libertad total -Encontrar a quién llamar familia. Miedos: -A la soledad -A no encajar -Tiene un poco de vértigo a las alturas. Descripción: Vitani es una joven de 21 años de tez clara, pelo color negro y ojos verdes. Habilidades: es una chica que no ha explorado el mundo real por lo que es muy inocente, tiene unos valores firmes y es muy educada. Detesta que le falten el respeto pero intenta no perder los papeles cuando eso sucede. También es muy alegre y risueña.
×
×
  • Crear nuevo...