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    Juan Buenafuente Mancilla

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  1. - Nombre y Apellido que vayas a usar ingame (ej: Javier Perez): Juan Buenafuente Mancilla - Edad y fecha de nacimiento (REAL): 19/abril/2001. - Experiencia previa en roleplay: Un par de años roleando en GTA V, sobre todo de civil y un poco de miembro de Mafia, y algo de Pop Life (Arma 3). - Historia completa de tu personaje (como lo interpretaras, de donde viene, que pretende ser, sus aspiraciones y sus miedos etc...): Juan Buenafuente Mancilla, nacido en Albaicín, Granada (Andalucía, España) el 19 de Enero de 1993. Su nacimiento fue normal, sin complicaciones ni sufrimientos exagerados por parte de la madre ni del niño. Es miembro de una familia humilde formada por él, dos hermanos menores (Mario y Pedro) con los que tenía una relación muy cercana y de gran amor fraternal pero Juan se sentía más inteligente que ellos por lo que siempre había tenido un aire de superioridad ante ambos. A día de ambos están muertos. Su padre con su mismo nombre, Juan, actualmente con 56 años, dueño de un restaurante sencillo pero muy visitado en el barrio por lo que conocía prácticamente a todos allí, incluidos los Aranda. Juan se parecía mucho a su padre en pensamiento e inteligencia, quería pasar el máximo tiempo posible con él desde pequeño y le tenía un gran aprecio, amor y admiración, era su ejemplo a seguir exceptuando el trabajo, Juan aspiraba a ser un buen mecánico. Y su madre María del Carmen Mancilla ama de casa y limpiadora de otros hogares, aunque no por gusto, de forma forzada ya que el dinero del bar no era suficiente para la familia. Juan no veía mucho a su madre ya que esta estaba el día entero fuera limpiando hogares y Juan pasaba mucho tiempo en la calle, aunque sí veía mucho al padre porque iba a su bar repetidas veces en el día. En cierto sentido a Juan siempre le faltó esa figura materna en su vida y es por lo que siempre tuvo a su padre más presente que a ella. Ella lo sabía y le reconcomía cada vez que lo pensaba, lloraba todas las noches en silencio y eso que solo tenía 4 horas diarias para dormir. La vida de Juan, hasta los 12 años, era una vida normal de niño de barrio, desde siempre fue una persona muy inteligente, por lo que no necesitaba dedicarse mucho a los estudios para sacar buenas calificaciones, lo que hacía que le cayese mal a varios niños debido a la envidia que esto generaba. Tenía bastantes (para ser un barrio mediano) amigos y poco a poco se fue convirtiendo en alguien conocido y popular dentro del barrio. Esto a Juan le gustaba, le encantaba sentirse importante, conocido, en parte poderoso... eran sentimientos que nunca había sentido debido a la humildad de su familia, pero a él le encantaba y cada vez quería más. A la edad de 12 años, cuando prácticamente todo el pueblo ya lo conocía, una familia famosa entre los delincuentes, los Aranda, se fijaron en Juan y poco a poco fueron persuadiéndolo para que se juntase con ellos, adoptar sus costumbres más barrio bajeras, consumir y mover drogas, y hasta el nivel de, a los 16 años, empezar a traficar con armas dentro y fuera del barrio, en determinadas zonas de Granada. Esto hace años nunca se le hubiese pasado por la cabeza a Juan pero el nivel de persuasión de los Aranda, sobre todo con dinero al ser un barrio tan sencillo y suponer una gran dificultad ganarlo, y el sentimiento de poder del que hablamos anteriormente había cegado a Juan por completo aunque él no se daba cuenta. Juan se seguía sintiendo feliz como desde niño, incluso más ya que estaba descubriendo sentimientos nuevos que le llamaban mucho la atención, se sentía importante y querido, incluso ese vacío de una figura materna se estaba llenando por otro lado con el calor que le ofrecían los Aranda. A los 17 años Juan tuvo su primera pareja Carla Bianchi, preciosa Italiana de 19 años, alta, rubia con rizos perfectos, muy blanca de piel con rasgos faciales bellísimos. Juan, tanto con Carla como con todas las parejas que ha tenido hasta día de hoy, no adopta una actitud de macho alfa en la relación, es una persona calmada, con un humor bastante marcado, cualidad que para él es indispensable en una persona (un buen sentido del humor) y que Carla tenía, la hacía mucho de reír. Él no quería adoptar una postura protectora sobre Carla, quería que se sintiesen de igual a igual, pero Carla lo conocía muy bien ya que Juan se lo contaba todo. Sabía quién era, lo que hacía y con quienes se juntaba lo cual le hacía sentirse protegida. Se amaban mucho ya que ambos lo dan todo cuando se enamoran y entran en una relación, cada uno a su manera pero lo hacen. Juan por ejemplo, a la vez que es muy cariñoso, trata de dar espacio para que la otra persona no se agobie; lo cuenta todo a quienes les tiene confianza y pone toda su alma sobre quienes ama, lo cual puede suponer un error dependiendo de cómo acabe la relación y él lo sabía. Fueron pasando los años y Juan ya era prácticamente parte de los Aranda. Aunque en ningún momento dejó de lado a la familia, su pareja, los amigos ni los estudios; fue adoptando cada vez una actitud más fría, agresiva y de apariencia peligrosa. Incluso él mismo se sentía mal, no se sentía el mismo de antes, se sentía corrompido, cambiado por las drogas y la gente con la que se juntaba. Aunque esta sensación de incomodidad a lo largo de los años fuese desapareciendo en momentos puntuales como su graduación al terminar el bachillerato o el ciclo superior de mecánica, él seguía sintiéndose infeliz, no se sentía bien consigo mismo debido a cómo se veía, cómo le miraba el resto sabiendo o sin saber quién era simplemente porque desde lejos se le veía con agresividad. Esto no dejó de reconcomer a Juan y le causó incluso insomnio durante largos periodos de tiempo. Repercutió totalmente en su forma de ser, miraba a los ojos del resto con agresividad, no hablaba bien, si podía solo decía monosílabos, no quería ver prácticamente a nadie... estaba perdido en el barrio. Carla notaba esto y se sentía muy incómoda hasta el límite que decidió darse un tiempo con Juan (él sabía como suelen acabar esos tiempos y más a esas edades tempranas) lo cual acabo destrozándole por completo, ella suponía un pilar imprescindible en su vida, necesitaba echar su peso sobre alguien, desahogarse de alguna forma a la vez que sentirse querido y amado. Y, de repente, todo eso desapareció. No lo podía creer, cada vez estaba peor, estaba cayendo en una depresión. Como era de esperar, pasado un tiempo no muy largo, un par de meses de que sí que no, Carla acabó terminando la relación definitivamente con Juan. Esto a él no le afectó demasiado ya que la daba por perdida. Además, llegados a ese punto, Juan no sentía nada, simplemente vivía lo que le tocaba sin sentir ni pensar nada. Estaba muerto en vida. Pasados estos años de sufrimiento, llegó el punto de inflexión que hizo a Juan explotar. El barrio no era solo de los Aranda, existían otras familias con muchas ambiciones y necesidades similares a ellos, y ambas familias se encontraron. A la edad de 22 años, en una entrega de armas, en vez de aparecer el cliente aparecieron 4 personas armadas hasta los dientes con el cliente de los Aranda muerto en su maletero. Al principio todo parecía ir tranquilo, pero resultó ser un rollo pasivo-agresivo. Ordenaron a Juan decirle a los Aranda que dejasen el negocio o irían a por cada uno de ellos y a por sus familias y posteriormente se fueron de forma veloz. Juan tenía tantas cosas en la cabeza que prácticamente pasó de ellos pero por si acaso avisó a sus superiores de lo ocurrido. Lamentablemente se tomaron a risa la amenaza y siguieron con todos los negocios sin ningún tipo de cambio. Esto a Juan le pareció normal ya que él ya prácticamente no tenía criterio, no sentía nada excepto tristeza y desconcierto. Una semana después, cuando Juan volvía a casa tras una entrega de cocaína, al abrir la puerta se encontró a sus dos hermanos, inocentes y totalmente ajenos a esa vida, en el suelo degollados y una nota con sangre que tenía escrito "Te lo advertimos" y una cara sonriente ":D". Esto le sentó a Juan como una patada en los huevos que no le ha dejado de doler a día de hoy, se olvidó de sí mismo, todos los problemas que tenía y volvió a despertar momentáneamente de su depresión, solo pensó en sus hermanos aunque no mostró ni una mueca de tristeza por ellos. Tras lo sucedido Juan fue corriendo, sin pensarlo, dolorido a más no poder, a contárselo a sus superiores. Estos, que estaban contando billetes mientras bebían whisky en la mesa del gran salón de la casa, de una forma totalmente insensible le dijeron "Son gajes del oficio Juanito, ya deberías de haberlo tenido en cuenta". Estas palabras y esa situación las recordará Juan toda su vida, volvió a su mundo interno depresivo, no confiar en nadie, odiar a quienes le habían metido en ese mundo sumándole todo lo que ya sufría simplemente por ser como era, y empezó a organizar un plan para vengarse no de los que habían matado a sus hermanos sino de los Aranda por haberle hecho estar en el punto en el que estaba, si ellos no hubiesen reclutado a Juan a una edad tan temprana, tan vulnerable como es un niño, él no estaría en ese punto de pensar incluso en suicidarse. Además todo esto le hizo reflexionar sobre su vida y el barrio, como el dinero corrompe a las personas y acaba con los sentimientos y la felicidad. Durante un tiempo fue buscando a gente muy necesitada y robando armas a sus jefes para preparar la venganza, todo este tiempo no pensó en él ni en cómo le vieran los demás, le daba todo igual, solo quería vengarse y saciar su sed de sangre. Finalmente llegó el día, 14 de Septiembre de 2018, el día en el que Juan cogió a esos hombres y las armas robadas, organizó la emboscada y, cuando estaban todos los Aranda reunidos, abrió las puertas de la casa, les hizo una mueca sonriente a los Aranda y empezó el tiroteo que ese barrio nunca olvidará. Murieron todos los Aranda y todos los contratados por Juan menos uno, su primo mayor Víctor Mancilla, que murió días más tardes debido a las heridas causadas en el tiroteo. Antes de morir le susurró a Juan al oído "Juan, siempre fuiste el primo más inteligente y feliz, no eches a perder tu vida por el barrio y por gente que no entiende ni podría llegar a sentir lo mismo que tú, reinvéntate y no dejes que la muerte de tus hermanos y todos estos gilipollas marque un destino en tu vida. Por favor, vuelve a ser el mismo Juan de antes, feliz y con ambiciones, no lo que eres ahora que tu familia te mira a la cara con miedo y no te reconoce". Justo tras el tiroteo, Juan se escondió en una vivienda que tenía preparada para emergencias y desde entonces no volvería a ver a sus padres nunca más lo que le llenaría el resto de su vida de una tristeza que siempre trataría de camuflar ante todo. Por otra parte, todo el tiempo que estuvo en esa casa lo usó para reflexionar consigo mismo, asentar la cabeza y trazar un camino para intentar volver a sentirse feliz y no en ese pozo de mierda. Pensó en dedicarse a la mecánica como siempre había querido, de una forma sencilla, sin lujos, puede que un par de caprichitos de vez en cuando pero nada más, el dinero suficiente para vivir y ser feliz, no cometería otra vez el mismo error. Pasadas 2 semanas, había conseguido contactos para organizar su huida, un cambio de vida, con un cambio de identidad manteniendo su nombre ya que se iba a ir del país. Ahora pasaría a ser nacido en Málaga, no muy lejos por si alguien de Albaicín lo reconocía, y sus padres habrían muerto cuando él era pequeño en un accidente marítimo durante un paseo en velero. Haber tenido que pensar en sus padres para crear su nueva historia le hizo reflexionar mucho, no los volvería a ver. Casi decide cancelarlo todo por ello pero finalmente se dijo a si mismo "Nunca he sido una persona egoísta, siempre he pensado en los demás pero... ahora me toca pensar en mí y en mi felicidad, en reconstruir mi vida y salir adelante. Lo siento papá, lo siento mamá pero ahora me toca volver a ser feliz". Los nuevos planes de Juan eran simples, vivir como un don nadie, si fuese posible de la mecánica, pero sin meterse en ningún lío, podría empezar una vida normal, en una ciudad totalmente distinta a lo que él conocía. Intentaría volver a ser el chico feliz que era antes aunque le costará muchísimo sobre todo por la desconfianza sobre todo el mundo que sentía desde que los Aranda pasaron de él, y no olvidaría nada de lo aprendido y lo sufrido, es más, esa experiencia le servirá mucho en su vida posteriormente, o eso piensa él. Juan es un chico muy inteligente y también emocionalmente por lo que se le da bien camuflar sentimientos y expresiones. En resumen está en búsqueda de una nueva vida, sencilla y de, con esta, encontrar la felicidad; pero no será tan sencillo ya que, por muy bien que sepa ocultar los sentimientos, sigue teniendo esos sentimientos de tristeza, desolación, rabia, desconfianza, vergüenza a cómo le mire el resto debido a la agresividad y sentimiento de peligrosidad que él cree que desprende... pero hará todo lo posible porque esto cambie, ya tiene un camino trazado y una inmensa esperanza en la nueva ciudad a la que se dirige. - Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): Juan: Actualmente 1.85m de altura, muy musculoso debido a la gran cantidad de deporte que realiza, pelo moreno, largo y rizado, ojos azules y labios carnosos. Es de etnia blanca pero bastante moreno, tendría un color de piel parecido al de los obreros o los musulmanes. Debido a que su pasión desde bastante pequeño eran los coches y, en menor medida, las motos, Juan intentará dedicarse a la mecánica en su nueva vida en la medida de lo posible.
  2. - Nombre y Apellido que vayas a usar ingame (ej: Javier Perez): Juan Buenafuente Mancilla - Edad y fecha de nacimiento (REAL): 19/abril/2001. - Experiencia previa en roleplay: Un par de años roleando en GTA V, sobre todo de civil y un poco de miembro de Mafia, y algo de Pop Life (Arma 3). - Historia completa de tu personaje (como lo interpretaras, de donde viene, que pretende ser, sus aspiraciones y sus miedos etc...): Juan Buenafuente Mancilla, nacido en Albaicín, Granada (Andalucía, España) el 19 de Enero de 1993. Es miembro de una familia humilde formada por él, dos hermanos menores (Mario y Pedro) con los que tenía una relación muy cercana y con un gran amor fraternal pero Juan se sentía más inteligente que ellos por lo que siempre había tenido un aire de superioridad ante ambos. A día de hoy los dos hermanos de Juan están muertos. Su padre con su mismo nombre, Juan, actualmente con 56 años, dueño de un restaurante sencillo pero muy visitado en el barrio por lo que conocía prácticamente a todos allí, incluidos los Aranda. Juan se parecía mucho a su padre en pensamiento e inteligencia, quería pasar el máximo tiempo posible con él desde pequeño y le tenía un gran aprecio, amor y admiración, era su ejemplo a seguir excepto por lo del trabajo, Juan aspiraba a ser un buen mecánico. Y su madre María del Carmen Mancilla ama de casa y limpiadora de otros hogares, aunque no por gusto, de forma forzada ya que el dinero del bar no es suficiente para la familia. Juan no veía mucho a su madre ya que esta estaba el día entero fuera limpiando hogares y Juan pasaba mucho tiempo en la calle, aunque sí veía mucho al padre porque iba a su bar repetidas veces en el día. En cierto sentido a Juan siempre le faltó esa figura materna en su vida y es por lo que siempre tuvo a su padre más presente que a ella. Ella lo sabía y le reconcomía cada vez que lo pensaba, lloraba todas las noches en silencio y eso que solo tenía 4 horas diarias para dormir. La vida de Juan, hasta los 12 años, era una vida normal de niño de barrio, desde siempre fue una persona muy inteligente, por lo que no necesitaba dedicarse mucho a los estudios para sacar buenas calificaciones, lo que hacía que le cayese mal a varios niños debido a la envidia que esto generaba. Tenía bastantes (para ser un barrio mediano) amigos y poco a poco se fue convirtiendo en alguien conocido y popular dentro del barrio. Esto a Juan le gustaba, le encantaba sentirse importante, conocido, en parte poderoso... eran sentimientos que nunca había sentido debido a la humildad de su familia, pero a él le encantaba y cada vez quería más. A la edad de 12 años, cuando prácticamente todo el pueblo ya lo conocía, una familia famosa entre los delincuentes, los Aranda, se fijaron en Juan y poco a poco fueron persuadiéndolo para que se juntase con ellos, adoptar sus costumbres más barrio bajeras, consumir y mover drogas, y hasta el nivel de, a los 16 años, empezar a traficar con armas dentro y fuera del barrio, en determinadas zonas de Granada. Esto hace años nunca se le hubiese pasado por la cabeza a Juan pero el nivel de persuasión de los Aranda, sobre todo con dinero al ser un barrio tan sencillo y suponer una gran dificultad ganarlo, y el sentimiento de poder del que hablamos anteriormente había cegado a Juan por completo aunque él no se daba cuenta. Juan se seguía sintiendo feliz como desde niño, incluso más ya que estaba descubriendo sentimientos nuevos que le llamaban mucho la atención, se sentía importante y querido, incluso ese vacío de una figura materna se estaba llenando por otro lado con el calor que le ofrecían los Aranda. Fueron pasando los años y Juan ya era prácticamente parte de los Aranda. Aunque en ningún momento dejó de lado a la familia, a los amigos ni a los estudios, Juan fue adoptando cada vez una actitud más fría, agresiva y de apariencia peligrosa. Incluso él mismo se sentía mal, no se sentía el mismo de antes, se sentía corrompido, cambiado por las drogas y la gente con la que se juntaba. Aunque esta sensación de incomodidad a lo largo de los años fuese desapareciendo en momentos puntuales como su graduación al terminar el bachillerato o el ciclo superior de mecánica, él seguía sintiéndose infeliz, no se sentía bien consigo mismo debido a cómo se veía, cómo le miraba el resto sabiendo o sin saber quién era simplemente porque desde lejos se le veía con agresividad. Esto no dejó de reconcomer a Juan y le causó incluso insomnio durante largos periodos de tiempo. Repercutió totalmente en su forma de ser, miraba a los ojos del resto con agresividad, no hablaba bien, si podía solo decía monosílabos, no quería ver prácticamente a nadie... estaba perdido en el barrio. Pasados estos años de sufrimiento, llegó el punto de inflexión que hizo a Juan explotar. El barrio no era solo de los Aranda, existían otras familias con muchas ambiciones y necesidades similares a ellos, y ambas familias se encontraron. A la edad de 22 años, en una entrega de armas, en vez de aparecer el cliente aparecieron 4 personas armadas hasta los dientes con el cliente de Juan muerto en su maletero. Al principio todo parecía ir tranquilo, pero resultó ser un rollo pasivo-agresivo. Ordenaron a Juan decirle a los Aranda que dejasen el negocio o irían a por cada uno de ellos y a por sus familias y posteriormente se fueron de forma veloz. Juan tenía tantas cosas en la cabeza que prácticamente pasó de ellos pero por si acaso avisó a sus superiores de lo ocurrido. Lamentablemente se tomaron a risa la amenaza y siguieron con todos los negocios sin ningún tipo de cambio. Esto a Juan le pareció normal ya que él ya prácticamente no tenía criterio, no sentía nada excepto tristeza y desconcierto. Una semana después, cuando Juan volvía a casa tras una entrega de cocaína, al abrir la puerta se encontró a sus dos hermanos, inocentes y totalmente ajenos a esa vida, en el suelo degollados y una nota con sangre que tenía escrito "Te lo advertimos" y una cara sonriente ":D". Esto le sentó a Juan como una patada en los huevos que no le ha dejado de doler a día de hoy, se olvidó de sí mismo, todos los problemas que tenía y volví a despertar momentáneamente de su depresión, solo pensó en sus hermanos. Tras lo sucedido Juan fue corriendo, sin pensarlo, dolorido a más no poder, a contárselo a sus superiores. Estos, de una forma totalmente insensible le dijeron "Son gajes del oficio Juanito, ya deberías de haberlo tenido en cuenta". Estas palabras las recordará Juan toda su vida, volvió a su mundo interno depresivo, no confiar en nadie, odiar a quienes le habían metido en ese mundo sumándole todo lo que ya sufría simplemente por ser como era, y empezó a organizar un plan para vengarse no de los que habían matado a sus hermanos sino de los Aranda por haberle hecho estar en el punto en el que estaba, si ellos no hubiesen reclutado a Juan a una edad tan temprana, tan vulnerable como es un niño, él no estaría en ese punto de pensar incluso en suicidarse. Durante un tiempo fue buscando a gente muy necesitada de dinero y robando armas a sus jefes para preparar la venganza, todo este tiempo no pensó en él ni en cómo le vieran los demás, le daba todo igual, solo quería vengarse y saciar su sed de sangre. Finalmente llegó el día, 14 de Septiembre de 2018, el día en el que Juan cogió a sus hombres y armas robadas, organizó la emboscada y, cuando estaban todos los Aranda reunidos, abrió las puertas de la casa, les hizo una mueca sonriente a los Aranda y empezó el tiroteo que ese barrio nunca olvidará. Murieron todos los Aranda y todos los contratados por Juan menos uno, su primo mayor Víctor Mancilla, que murió días más tardes debido a las heridas causadas en el tiroteo. Antes de morir le susurró a Juan al oído "Juan, siempre fuiste el primo más inteligente y feliz, no eches a perder tu vida por el barrio y por gente que no entiende ni podría llegar a sentir lo mismo que tú, reinvéntate y no dejes que la muerte de tus hermanos y todos estos gilipollas marque un destino en tu vida. Por favor, vuelve a ser el mismo Juan de antes, feliz y con ambiciones, no lo que eres ahora que tu familia te mira a la cara con miedo y no te reconoce". Justo tras el tiroteo, Juan se escondió en una vivienda que tenía preparada para emergencias y desde entonces no volvería a ver a sus padres nunca más lo que le llenaría el resto de su vida de una tristeza que siempre trataría de camuflar ante todo. Por otra parte, todo el tiempo que estuvo en esa casa lo usó para reflexionar consigo mismo, asentar la cabeza y trazar un camino para intentar volver a sentirse feliz y no en ese pozo de mierda. Pasadas 2 semanas, había conseguido contactos para organizar su huida, un cambio de vida, con un cambio de identidad manteniendo su nombre ya que se iba a ir del país. Ahora pasaría a ser nacido en Málaga, no muy lejos por si alguien de Albaicín lo reconocía, y sus padres habrían muerto cuando él era pequeño en un accidente marítimo durante un paseo en velero. Los nuevos planes de Juan eran simples, vivir como un don nadie, si fuese posible de la mecánica, pero sin meterse en ningún lío, podría empezar una vida normal, en una ciudad totalmente distinta a lo que él conocía. Intentaría volver a ser el chico feliz que era antes aunque le costará muchísimo sobre todo por la desconfianza sobre todo el mundo que sentía desde que los Aranda pasaron de él, y no olvidaría nada de lo aprendido y lo sufrido, es más, esa experiencia le servirá mucho en su vida posteriormente, o eso piensa él. Juan es un chico muy inteligente y también emocionalmente por lo que se le da bien camuflar sentimientos y expresiones. En resumen está en búsqueda de una nueva vida, sencilla y de, con esta, encontrar la felicidad; pero no será tan sencillo ya que, por muy bien que sepa ocultar los sentimientos, sigue teniendo esos sentimientos de tristeza, desolación, rabia, desconfianza, vergüenza a cómo le mire el resto debido a la agresividad y sentimiento de peligrosidad que él cree que desprende... pero hará todo lo posible porque esto cambie, ya tiene un camino trazado y una inmensa esperanza en la nueva ciudad a la que se dirige. - Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): Juan: Actualmente 1.85m de altura, muy musculoso debido a la gran cantidad de deporte que realiza, pelo moreno, largo y rizado, ojos azules y labios carnosos. Es de etnia blanca pero bastante moreno, tendría un color de piel parecido al de los obreros o los musulmanes. Debido a que su pasión desde bastante pequeño eran los coches y, en menor medida, las motos, Juan intentará dedicarse a la mecánica en su nueva vida en la medida de lo posible.
  3. - Nombre y Apellido que vayas a usar ingame (ej: Javier Perez): Juan Buenafuente Mancilla - Edad y fecha de nacimiento (REAL): 19/abril/2001. - Experiencia previa en roleplay: Un par de años roleando en GTA V, sobre todo de civil y un poco de miembro de Mafia, y algo de Pop Life (Arma 3). - Historia completa de tu personaje (como lo interpretaras, de donde viene, que pretende ser, sus aspiraciones y sus miedos etc...): Juan Buenafuente Mancilla, nacido en Albaicín, Granada (Andalucía, España) el 19 de Enero de 1993, actualmente 1.85m de altura, muy musculoso, debido a la gran cantidad de deporte que realiza, pelo moreno, largo y castaño, ojos azules y labios carnosos. Es miembro de una familia humilde formada por él, dos hermanos menores (Mario y Pedro) con los que tenía una relación muy cercana y con un gran amor fraternal, ambos fallecidos a día de hoy, su padre con su mismo nombre, Juan, actualmente con 56 años, dueño de un restaurante sencillo pero muy visitado en el barrio por lo que conocía prácticamente a todos allí, incluidos los Aranda, y su madre María del Carmen Mancilla ama de casa y limpiadora de otros hogares, aunque no por gusto, de forma forzada ya que el dinero del bar no es suficiente para la familia. La vida de Juan, hasta los 12 años, era una vida normal de niño de barrio, desde siempre fue una persona muy inteligente, por lo que no necesitaba dedicarse mucho a los estudios para sacar buenas calificaciones, tenía bastantes (para ser un barrio mediano) amigos y poco a poco se fue convirtiendo en alguien conocido y popular. A la edad de 12 años una familia famosa entre los delincuentes, los Aranda, se fijaron en Juan y poco a poco fueron persuadiéndolo para juntarse con ellos, adoptar sus costumbres más barrio bajeras, consumir y mover drogas, y hasta el nivel de, a los 16 años, empezar a traficar con armas dentro y fuera del barrio, en determinadas zonas de Granada. Esto nunca se hubiese pasado por la cabeza de Juan pero el nivel de persuasión de los Aranda, sobre todo con dinero al ser un barrio tan sencillo y suponer una gran dificultad ganarlo. Fueron pasando los años y Juan ya era prácticamente parte de los Aranda. Aunque en ningún momento dejó de lado a la familia, a los amigos ni a los estudios, Juan fue adoptando cada vez una actitud más fría, agresiva y de apariencia peligrosa. Incluso él mismo se sentía mal, no se sentía el mismo de antes, se sentía corrompido, cambiado por las drogas y la gente con la que se juntaba. Aunque esta sensación de incomodidad a lo largo de los años fuese desapareciendo en momentos puntuales como su graduación al terminar el bachillerato o el ciclo superior de mecánica, él seguía sintiéndose infeliz, no se sentía bien consigo mismo debido a cómo se veía, cómo le miraba el resto sabiendo o sin saber quién era simplemente porque desde lejos se le veía con agresividad. Esto no dejó de reconcomer a Juan y le causó incluso insomnio durante largos periodos de tiempo. Pasados estos años de sufrimiento, llegó el punto de inflexión que hizo a Juan explotar. El barrio no era solo de los Aranda, existían otras familias con muchas ambiciones y necesidades similares a ellos, y Juan se topó con ellos. A la edad de 22 años, en una entrega de armas, en vez de aparecer el cliente aparecieron 4 personas armadas hasta los dientes con el cliente muerto en su maletero. Al principio todo parecía ir tranquilo, pero resultó ser un rollo pasivo-agresivo. Ordenaron a Juan decirle a los Aranda que dejasen el negocio o irían a por cada uno de ellos y a por sus familias y posteriormente se fueron de forma veloz. Juan tenía tantas cosas en la cabeza que no se lo creyó pero por si acaso avisó a sus superiores de lo ocurrido. Lamentablemente se tomaron a risa la amenaza y siguieron con todos los negocios sin ningún tipo de cambio. Una semana después, cuando Juan volvía a casa tras una entrega de cocaína, al abrir la puerta se encontró a sus dos hermanos, inocentes y totalmente ajenos a esa vida, en el suelo degollados y una nota con sangre que tenía escrito "Te lo advertimos" y una cara sonriente. Esto le sentó a Juan como una patada en los huevos que no le ha dejado de doler a día de hoy, se olvidó de sí mismo y todos los problemas que tenía y solo pensó en sus hermanos. Tras lo sucedido Juan fue corriendo, sin pensarlo, dolorido a más no poder, a contárselo a sus superiores. Estos, de una forma totalmente insensible le dijeron "Son gajes del oficio Juanito, ya deberías de haberlo tenido en cuenta". Estas palabras las recordará Juan toda su vida, paso a estar destrozado, no confiar en nadie, odiar a quienes le habían metido en ese mundo sumándole todo lo que ya sufría simplemente por ser como era, y empezó a organizar un plan para vengarse no de los que habían matado a sus hermanos sino de los Aranda. Durante un tiempo fue buscando a gente muy necesitada de dinero y robando armas a sus jefes para preparar la venganza, todo este tiempo no pensó en él ni en cómo le vieran los demás, le daba todo igual, solo quería vengarse y saciar su sed de sangre. Finalmente llegó el día, 14 de Septiembre de 2018, el día en el que Juan cogió a sus hombres y armas robadas, organizó la emboscada y, cuando estaban todos los Aranda reunidos, abrió las puertas de la casa y empezó el tiroteo que ese barrio nunca olvidará. Murieron todos los Aranda y todos los contratados por Juan menos uno, su primo mayor Víctor Mancilla, que murió días más tardes debido a las heridas causadas en el tiroteo, pero antes de morir le susurró a Juan al oído "Juan, siempre fuiste el primo más inteligente y feliz, no eches a perder tu vida por el barrio y por gentes que no entienden ni podrían llegar a sentir lo mismo que tú, reinventate y no dejes que la muerte de tus hermanos y todos estos gilipollas marque un destino en tu vida. Por favor, vuelve a ser el mismo Juan de antes, feliz y con ambiciones". Justo tras el tiroteo, Juan se escondió en una vivienda que tenía preparada para emergencias y desde entonces no volvería a ver a sus padres nunca más lo que le llenaría el resto de su vida de una tristeza que siempre trataría de camuflar ante todo. Pasadas 2 semanas, había conseguido contactos para organizar su huida, un cambio de vida, con un cambio de identidad manteniendo su nombre ya que se iba a ir del país. Ahora pasaría a ser nacido en Málaga, no muy lejos por si alguien de Albaicín lo reconocía, y sus padres habrían muerto cuando él era pequeño. Los nuevos planes de Juan eran simples, vivir como un don nadie, si fuese posible de la mecánica, pero sin meterse en ningún lío, podría empezar una vida normal, en una ciudad totalmente distinta a lo que él conocía. Intentaría volver a ser el chico feliz que era antes aunque le costará muchísimo sobre todo por la desconfianza sobre todo el mundo que sentía desde que los Aranda pasaron de él, y no olvidaría nada de lo aprendido y lo sufrido. Juan es un chico muy inteligente y también emocionalmente por lo que se le da bien camuflar sentimientos y expresiones. En resumen está en búsqueda de una nueva vida, sencilla y de con esta encontrar la felicidad; pero no será tan sencillo ya que, por muy bien que sepa ocultar los sentimientos, sigue teniendo esos sentimientos de tristeza, desolación, rabia, desconfianza, vergüenza a cómo le mire el resto debido a la agresividad y sentimiento de peligrosidad que él cree que desprende... pero hará todo lo posible porque esto cambie ya que tiene una inmensa esperanza en la nueva ciudad a la que se dirige. - Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): Debido a que su pasión desde bastante pequeño eran los coches y, en menor medida, las motos, Juan intentará dedicarse a la mecánica en su nueva vida en la medida de lo posible.
  4. - Nombre y Apellido que vayas a usar ingame (ej: Javier Perez): Juan Buenafuente Mancilla - Edad y fecha de nacimiento (REAL): 19/abril/2001. - Experiencia previa en roleplay: Un par de años roleando en GTA V, sobre todo de civil y un poco de miembro de Mafia, y algo de Pop Life (Arma 3). - Historia completa de tu personaje (como lo interpretaras, de donde viene, que pretende ser, sus aspiraciones y sus miedos etc...): Juan Buenafuente Mancilla, nacido en Albaicín, Granada (Andalucía, España) el 19 de Enero de 1993, 1.85m de altura, muy musculoso, debido a la gran cantidad de deporte que realiza, pelo moreno, largo y castaño, ojos azules y labios carnosos. Es miembro de una familia humilde formada por él, dos hermanos menores (Mario y Pedro) ambos fallecidos a día de hoy, su padre con su mismo nombre, Juan, actualmente con 56 años, dueño de un restaurante sencillo pero muy visitado en el barrio por lo que conocía prácticamente a todos allí, y su madre María del Carmen Mancilla ama de casa y limpiadora de otros hogares, aunque no por gusto, de forma forzada ya que el dinero del bar no es suficiente para la familia. La vida de Juan, hasta los 12 años, era una vida normal de niño de barrio, desde siempre fue una persona muy inteligente por lo que no necesitaba dedicarse mucho a los estudios para sacar buenas calificaciones, tenía bastantes (para ser un barrio mediano) amigos y poco a poco se fue convirtiendo en alguien conocido y popular. A la edad de 12 años una familia famosa entre los delincuentes, los Aranda, se fijaron en Juan y poco a poco fueron persuadiéndolo para juntarse con ellos, adoptar sus costumbres más barrio bajeras, consumir y mover drogas, y hasta el nivel de, a los 16 años, empezar a traficar con armas dentro y fuera del barrio, en determinadas zonas de Granada. Fueron pasando los años y Juan ya era prácticamente parte de los Aranda aunque en ningún momento dejó de lado a la familia, a los amigos ni a los estudios. Todo era "muy bonito" pero, en este tipo de comunidades, siempre acaba llegando algún momento malo y en este caso fue la competencia. El barrio no era solo de los Aranda, existían otras familias con muchas ambiciones y necesidades similares a ellos, y Juan se topó con ellos. A la edad de 22 años, en una entrega de armas, en vez de aparecer el cliente aparecieron 4 personas armadas hasta los dientes con el cliente muerto en su maletero. Al principio todo parecía ir tranquilo, pero resultó ser un rollo pasivo-agresivo, le ordenaron a Juan decirle a la familia que dejasen el negocio o irían a por cada uno de ellos y a por sus familias y posteriormente se fueron velozmente. Juan no se lo creyó pero por si acaso aviso a sus superiores de lo ocurrido. Lamentablemente se tomaron a risa la amenaza y siguieron con todos los negocios sin ningún tipo de cambio. Una semana después, cuando Juan volvía a casa tras una entrega de cocaína, se encontró a sus dos hermanos, inocentes y totalmente ajenos a esa vida, en el suelo degollados y una nota con sangre que tenía escrito "Te lo advertimos" y una cara triste. Tras lo sucedido Juan fue corriendo, sin pensarlo, dolorido a más no poder, a contárselo a sus superiores. Estos, de una forma totalmente insensible le dijeron "Son gajes del oficio Juanito, ya deberías de haberlo tenido en cuenta". Estas palabras las recordará Juan toda su vida, pasó de ser una persona con ambiciones, enamorada del motor, bastante feliz… a estar destrozado, no confiar en nadie, odiar a quienes le habían metido en ese mundo y empezó a organizar un plan para vengarse, no de los que habían matado a sus hermanos, sino de los Aranda. Durante un tiempo fue buscando a gente muy necesitada de dinero y robando armas a sus jefes para preparar la venganza. Finalmente llegó el día, 14 de Septiembre de 2018, el día en el que Juan cogió a sus hombres y armas robadas, organizó la emboscada y, cuando estaban todos los Aranda reunidos, abrió las puertas de la casa y empezó el tiroteo que ese barrio nunca olvidará. Murieron todos los Aranda y todos los contratados por Juan menos uno, su primo Víctor Mancilla, que murió días más tardes debido a las heridas causadas en el tiroteo. Justo tras el tiroteo, Juan se escondió en una vivienda que tenía preparada para emergencias y desde entonces no volvería a ver a sus padres nunca más. Pasadas 2 semanas, había conseguido contactos para organizar su huida, un cambio de vida, con un cambio de identidad manteniendo su nombre ya que se iba a ir del país. Ahora pasaría a ser nacido en Málaga, no muy lejos por si alguien de Albaicín lo reconocía, y sus padres habrían muerto cuando él era pequeño. Los nuevos planes de Juan eran simples, vivir como un don nadie, si fuese posible de la mecánica, pero sin meterse en ningún lío, podría empezar una vida normal, en una ciudad totalmente distinta a lo que él conocía. Intentaría volver a ser el chico feliz que era antes aunque le costará muchísimo sobre todo por la desconfianza sobre todo el mundo que sentía desde que los Aranda pasaron de él. Y no olvidaría nada de lo aprendido y lo sufrido. - Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): Debido a que su pasión desde bastante pequeño eran los coches y, en menor medida, las motos, Juan intentará dedicarse a la mecánica en su nueva vida en la medida de lo posible.
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