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Id del padrino: 15822
Usuario apadrinado: HypeKLK
Motivo: Conozco a HypeKLK de mi andadura en Plan Maestro, en el cual empezó su andadura como streamer. Actualmente, roleando en otros servers llega a aglutinar entre 100 y 300 seguidores de media. Su carácter desenfadado y su alto carisma hacen que lo considere una pieza clave que aportaría vitalidad y frescura al rol de Despìstaos. Ya se va mereciendo rolear en el mejor server de habla hispana.
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Nombre y Apellido IG: Jhon Jayden
Edad y fecha de nacimiento (REAL): 22 años 06/05/1997
Experiencia previa en roleplay: Llevo unos años jugando roleplay en servidores como Plan Maestro, Kilates, Leyendas Urbanas, etc. pero en el servidor que más he estado ha sido SpainRP. En Plan Maestro formé parte del staff durante un tiempo.

Historia del personaje:

Jhon Jayden nació el 23 de junio de 1993. Hijo de Santiago Jayden, narcotraficante conocido en tierras latinoamericanas y de Valentina Maldonado una mujer que toda la vida se dedicó a su casa y su familia. Jhon, nació en el sureste de Florida, concretamente en uno de los barrios más conflictivos de Miami, Little Habana.
El 13 de diciembre de 1972, en Río Quito, Chocó, Colombia,  nace Santiago Jayden, padre de Jhon Jayden. Proveniente de uno de los barrios más pobres de Colombia, la familia de Jayden, a pesar de su pobreza, era una familia muy humilde que intentó sacar por todos los medios a la familia adelante. A pesar de no tener todos los medios necesarios y el dinero adecuado los abuelos de Jhon siempre les dieron a sus hijos la mejor educación posible ya que lo que pretendían era que el día de mañana Santiago Jayden pudiera labrarse un futuro mejor que el de sus padres. Santiago no tuvo mucha suerte en los estudios y es por ello, que con 16 años, su padre decidió meterlo en el mundo laboral. El trabajo como zapatero le duró poco ya que a Santiago no le apasionaba la labor que hacía en el local que regentaba su padre, éste decía que se trabajaba mucho para ganar muy poco y que él quería tener una vida mejor que la que llevaban sus padres. Gracias a las amistades que había hecho en su barrio y en el colegio, Santiago empezó a tener una relación más cercana con Juan José, hijo de un sicario, que poco a poco, lo iría adentrando en ese problemático mundo. Fue pasando el tiempo y lo que comenzó como un juego de niños acabó con Santiago realizando ese tipo de trabajo a cambio de dinero. 
En 1990, cuando Santiago había cumplido la mayoría de edad, ya era conocido como uno de los sicarios más jóvenes y mejor pagados de toda Colombia, así que decidió emplear parte de su tiempo también en el mundo de las drogas. Empezó como mula, trasladando sustancias toxicológicas de un lado para otro, llegando a ir a otros lugares de Latinoamérica sin que lo pillaran en ningún lado. En uno de sus viajes llegó a la isla de Cuba, a las pocas horas, Santiago estaba enamorado del lugar, de sus calles y de su gente y, es por ello, que decidió prolongar su viaje. Una noche, mientras observaba como pescan un señor y quien debiera ser su hijo en El Malecón de La Habana, comenzó a escuchar música a lo lejos. Se percató de que había un grupo de jóvenes tocando y bailando al son de la salsa cubana y decidió ir hacia donde estaba el bullicio. Cuando llegó se encontró con los ojos de una chica, Valentina Maldonado, con cabello negro rizado, sonrisa perfecta, labios rojos y sus ojos color azabache, enamoraron a Santiago al instante. Valentina, nacida en La Habana, Cuba, el 13 de agosto de 1975, era hija de un conocido militar compañero del Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba. Una niña adinerada, hija única, consentida, que dedicaba su vida a estudiar ya que su ilusión era ser la mejor bailarina de danza de toda Cuba y parte del mundo.
El viaje de Santiago se prolongó más de la cuenta, pasó dos años en La Habana viendo a escondidas a Valentina, ya que los padres de ella no aceptaban la relación que había entre ambos, no tenía el estatus social que ellos querían para su hija. En septiembre de 1992, Valentina le comunicó a su pareja que estaba embarazada, es por ello, que entre ambos decidieron contárselo a la madre de ella. La reacción de la señora fue la de una madre preocupada por una pareja tan joven, sin importarle todo lo que pensaba anteriormente sobre Santiago. Los días fueron pasando y el padre de Valentina se enteró de la noticia, llegando al extremo de obligarla a perder el bebé que tenía en su vientre. Santiago y Valentina, preocupados por la situación y no aceptando la decisión que quería tomar el padre de ella, decidieron escaparse a un lugar donde no los encontraran jamás. Viajaron de un lado para otro, pasaron por Río Quito, el lugar donde nació Santiago y en el que trabajaba pero, con miedo a ser encontrados, decidieron volar a Estados Unidos, concretamente, a Miami, allí les esperaría, en Little Habana, la tía de Valentina, quien los protegería y ayudaría a salir adelante. A lo largo de estos años, y a pesar de que estaba fuera de Colombia, las personas para las que trabaja Santiago según encargándole trabajo y una vez llegados a Miami contactaron con él para que se encargara de las drogas de esa zona ya que Santiago les había demostrado ser leal y que se merecía ascender a algo más que mula.
El 23 de junio de 1992 Valentina da a luz, en su casa y bajo unas condiciones extremas, a su hijo barón al que le pondrían por nombre Jhon Jayden Maldonado. Ese niño sería la alegría de la casa y por la que, tanto Valentina como Santiago, serían capaz de hacer cualquier cosa para protegerlo. 
El tiempo fue transcurriendo y gracias al dinero que fue ganando Santiago en su trabajo, él y su familia pudieron trasladarse a una pequeña casa donde vivir los tres juntos, sin molestar a ningún familiar. Valentina se dedicaba al cuidado del hogar y de su hijo y Santiago se iría dando a conocer como uno de los mejores narcotraficantes del país. Jhon fue cumpliendo años y llegaba el momento de que acudiera a la escuela pública de la localidad, pero, con el tiempo, demostraría que los estudios no eran su fuerte, al igual que le pasó a su padre. Jhon era un niño bastante alegre, le gustaba jugar en la calle con los demás niños de la localidad, ayudaba a su madre en todas las tareas del hogar, pero no tenía ni idea de donde se encontraba su padre muchas veces o de qué trabajaba, eso hacía que Jhon lo echara y de que, poco a poco, el apego hacia su padre se fuera perdiendo llegando incluso a menospreciarlo, haciendo que el cariño y el respeto hacia su padre fuera siendo cada vez más nulo, ya que no comprendía la ausencia de éste en muchas ocasiones.
Una tarde de junio de 2004, Jhon y sus amigos, mientras se encontraban jugando a baloncesto en la calle, decidieron ir a comprar a una pequeña unos helados para combatir el calor de aquella tarde. Cuando llegaron al local, los amigos de Jhon fueron directamente al congelador donde se encontraban los helados que iban a adquirir, mientras que el pequeño daba una vuelta por la tienda. Allí tenían cosas que él quería, un coche teledirigido, revistas de baloncesto, paquetes de cromos para coleccionar y un largo etc. la tienda era una maravilla ante los ojos del pequeño. Jhon cogió su helado, le pagó al tendero y se fue con el resto de amigos a pasar la tarde. Cuando llegó a su casa, ayudó a su madre, prepararon entre los dos la cena e hicieron lo pertinente de todas las noches, sentarse en el sofá, delante de la televisión, viendo el programa favorito de su madre, para luego marcharse a su habitación. Cuando se postró en la cama Jhon no paraba de darle vueltas a la cabeza de todo lo que había visto en aquella tienda, su mente le jugó una mala pasada haciéndole ver que necesitaba todo lo que allí se encontraba, es por ello, que ideó un plan para que, poco a poco, todos los juguetes, cromos y revistas, fueran rellenando las estanterías de su habitación. Con la edad de 11 años, Jhon cometió varios robos en la tienda, robando todo aquello que le gustaba y que hacía que se sintiera poderoso frente a sus amigos, ya que él tendría lo que todos querían pero que por falta de dinero, pocos podrían tener. Los robos fueron siendo cada vez más grande, llegando a robar tres veces seguidas, en un mismo día, en varias tiendas de La Pequeña Habana.
Con 12 años, Jhon era un audaz ladronzuelo de calle, poseía todo lo que deseaba y sus padres, aunque sospechaban de que algo pasaba con el muchacho, nunca le llegaron a preguntar ni a decir nada acerca de que su habitación cada vez estuviera más llena de juguetes que ellos no les habían comprado. 
A los 14 años, el pequeño Jhon les dijo a sus padres que no quería continuar en el instituto ya que los estudios no eran su fuerte, y quería dedicarse a sus pequeños asuntos, cosa que a su madre le daba bastante miedo, pero que su padre, con orgullo, le permitió. Lo que comenzó como un juego se fue convirtiendo en un trabajo diario llegando a robarles a las personas de la calle, sin que ellos se dieran cuenta, o entrando a las casas para llevarse de ellas todo lo que creía necesario. 
En 2009, con 16 años, mientras jugaba con uno de sus mejores amigos en la pequeña habitación que su padre utilizaba como despacho, en uno de los cajones del escritorio, los jóvenes encontraron una Glock, una pistola semiautomática, con el cargador de caja vacío. Jugaron con ella, Jhon se creía un pistolero de barrio, el sonido que hacía la glock cada vez que apretaba el gatillo haría que el estómago de Jhon sintiera un pequeño nerviosismo pero a su vez unas ansias de saber que se sentiría si la utilizara de verdad. Santiago llegó a la habitación y se encontró a los niños jugando con la pistola, la guardó de inmediato y le dijo a su hijo que más tarde tendrían una charla para explicarle porque no puede entrar a su despacho. Llegada la noche, y después de cenar, Santiago y Jhon salieron a las escaleras situadas en la entrada de la casa familiar, allí Santiago le explicó a su hijo que estaba prohibido entrar al despacho ya que habría cosas, a parte de la pistola, que no son para niños y que no podría tocar. Jhon intentó comprender a su padre pero le dijo que dejara de tratarlo como un niño, que ya era mayor, y que por favor le contara el porqué de sus ausencias diarias a lo largo de los años. Santiago, mirando a los ojos de su hijo, y viendo la necesidad que éste tenía de que le contaran la verdad y de poder comprender cosas de su infancia y juventud, le contó toda la verdad, de donde venía, como comenzó a trabajar como sicario, como mula, hasta donde había llegado y como se convirtió en uno de los mayores narcotraficantes de todo Estados Unidos y Latinoamérica. Pasadas unas semanas, y después de la charla con su padre, el muchacho quería adentrarse en el mundo de éste y ayudarlo en todo lo que hiciera falta. Valentina se veía reacia ante esta tesitura pero Santiago, orgulloso de su hijo, le dijo que lo llevaría unos días con él para que entendiera un poco el negocio que tenía. Llegar a la nave donde trabajaba su padre, alejado de la civilización, ver fardos y fardos de dólares, fardos de droga y armas ilegales despertaron en Jhon un instinto que ni su propio padre tenía. Su pensamiento era trabajar en aquel lugar fuese como fuese, sin importarle la opinión de los demás. Él también quería sentirse poderoso e importante, y a su vez, ser el orgullo de hijo ante los ojos de su padre Santiago y, sobre todo, de su querida madre Valentina.
Comenzó poco a poco en el mundillo de las drogas. Su padre le fue asignando encargos en la nave que a Jhon se le iba quedando pequeño, sus ganas de trabajar eran superiores a todos los pequeños trabajos que Santiago le asignaba, así que éste decidió darle un encargo importante para demostrar la valía que tenía su hijo. Santiago le preparó a Jhon una cantidad considerable de droga y armas que transportaría, junto con otros trabajadores, hasta Colombia. Era un encargo bastante complicado no solo por el valor de la mercancía sino por la cantidad, tendrían que ser cautelosos para llegar al lugar indicado donde se realizaría la entrega, en la fecha indicada y en la hora acordada. Valentina sentía miedo y así se lo hizo saber a Santiago pero cegado por el poder éste no se dio cuenta de lo que podría ocurrirle a su hijo en el caso de que lo pillaran. El 23 de diciembre de 2009, un día antes de Nochebuena, Jhon, junto a un grupo de 10 chicos y chicas, se dispusieron a salir del país con todo el cargamento que deberían transportar. Los días en coche y en alta mar se hacían eternos, la cautela era su mejor aliado, el nerviosismo se apoderaba de ellos poco a poco, pero, finalmente, llegaron a Colombia, al lugar acordado con los narcotraficantes, amigos de Santiago, a los que tendrían que darles la mercancía. Con el paso de los días, y adentrados en 2010, cuando Jhon iba a volver a Little Habana, en casa de su abuela, escuchó en la televisión, la peor noticia de su vida, a Santiago Jayde, el mayor narcotraficante del país, lo habían detenido y juzgado a las pocas horas, ya que la policía llevaba años investigándolo hasta pillarlo en el momento adecuado. En las noticias también informaron que Valentina Maldonado también fue juzgada como cómplice de todos los delitos de su marido. En la redada la policía había incautado toda la droga, las armas ilegales y todo lo que en la nave y en la casa familiar se encontraba. Jhon no soportó tal dolor, tenía que empezar de cero en un nuevo lugar, salir del país y volver a Miami era una locura ya que podrían juzgarlo a él también como cómplice de sus padres,  así que decidió llamar a los amigos de sus padres para reunirse con ellos y ver que podría hacer. En esa reunión, todos apoyaron a Jhon y les dijeron que estarían a su servicio en todo lo que éste necesitara. 
Poco a poco, y con el paso de los años, Jhon se fue haciendo un hueco en el mundo de su padre. Siguió trabajando para otras personas hasta que al final se dio cuenta de que necesitaba aspirar a más, ser él su propio jefe. Tenía los medios necesarios, los contactos adecuados, el lugar y los amigos que había ido forjando en la profesión para hacerse él como jefe de todo. Jhon quería el mundo a sus pies, y así fue, en 2019, y con 26 años, Jhon se encargaría de toda la red de drogas y armas ilegales del país. 
Una mañana de febrero del 2020, cuando Jhon Jayden se encontraba descansando en su casa, recibe una llamada alarmante en el que le dicen que tiene que huir del país porque la policía está haciéndole preguntas a la gente de si lo conocen. Jhon no duda ni un segundo en levantarse, preparar una mochila con algo de ropa y buscar la forma de poder salir del país sin ser descubierto. Llama a varios trabajadores para pedirles ayuda y éstos, sin dudarlo, se prestan a todo lo que necesite su jefe. Jhon Jayden huye de Colombia para llegar a la ciudad de Los Santos, Estados Unidos, donde comenzará una nueva vida, por segunda vez.


Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional):

Jhon Jayden es un chico de 27 años muy hablador y sobre todo vacilón con los demás. Sus ansias de ganar y de poder hacen que este muchacho sea una persona muy activa. Le gusta conocer gente y, si se lo merecen, pueden entablar una amistad verdadera para toda la vida, pero si lo traicionan no tiene problemas de apretar el gatillo.

La noticia de que sus padres fueron juzgados fue algo que marcó su vida y que hizo que siempre quiera dar lo mejor de sí, un poco para demostrarles que él puede ser lo que siempre se ha propuesto ser.

El objetivo de Jhon a su llegada a Los Santos es comenzar una nueva vida donde conseguir dinero para enviarle a sus abuelos en Colombia y darle esa vida que tanto se merecen.

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¡Buenas @ Hypeklk !

 

Tu invitación ha sido denegada momentáneamente. 

 

Se me hace muy corta la historia, te recomiendo que desarrolles algo mas la vida de Jhon, nos gustaría que hablaras sobres sus miedos, aspiraciones y me gustaría saber qué pasa desde ese 23 de Diciembre de 2009 a 2019, hay un lapso de 10 años en el que no explicas que ha sucedido, cómo ha evolucionado su historia... intenta especificarlo un poco más.

 

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Nombre y Apellido IG: Jhon Jayden
Edad y fecha de nacimiento (REAL): 
Experiencia previa en roleplay: Llevo unos años jugando roleplay en servidores como Plan Maestro, Kilates, Leyendas Urbanas, etc. pero en el servidor que más he estado ha sido SpainRP. En Plan Maestro formé parte del staff durante un tiempo.

Historia del personaje:

Jhon Jayden nació el 23 de junio de 1993. Hijo de Santiago Jayden, narcotraficante conocido en tierras latinoamericanas y de Valentina Maldonado una mujer que toda la vida se dedicó a su casa y su familia. Jhon, nació en el sureste de Florida, concretamente en uno de los barrios más conflictivos de Miami, Little Habana.
El 13 de diciembre de 1972, en Río Quito, Chocó, Colombia,  nace Santiago Jayden, padre de Jhon Jayden. Proveniente de uno de los barrios más pobres de Colombia, la familia de Jayden, a pesar de su pobreza, era una familia muy humilde que intentó sacar por todos los medios a la familia adelante. A pesar de no tener todos los medios necesarios y el dinero adecuado los abuelos de Jhon siempre les dieron a sus hijos la mejor educación posible ya que lo que pretendían era que el día de mañana Santiago Jayden pudiera labrarse un futuro mejor que el de sus padres. Santiago no tuvo mucha suerte en los estudios y es por ello, que con 16 años, su padre decidió meterlo en el mundo laboral. El trabajo como zapatero le duró poco ya que a Santiago no le apasionaba la labor que hacía en el local que regentaba su padre, éste decía que se trabajaba mucho para ganar muy poco y que él quería tener una vida mejor que la que llevaban sus padres. Gracias a las amistades que había hecho en su barrio y en el colegio, Santiago empezó a tener una relación más cercana con Juan José, hijo de un sicario, que poco a poco, lo iría adentrando en ese problemático mundo. Fue pasando el tiempo y lo que comenzó como un juego de niños acabó con Santiago realizando ese tipo de trabajo a cambio de dinero. 
En 1990, cuando Santiago había cumplido la mayoría de edad, ya era conocido como uno de los sicarios más jóvenes y mejor pagados de toda Colombia, así que decidió emplear parte de su tiempo también en el mundo de las drogas. Empezó como mula, trasladando sustancias toxicológicas de un lado para otro, llegando a ir a otros lugares de Latinoamérica sin que lo pillaran en ningún lado. En uno de sus viajes llegó a la isla de Cuba, a las pocas horas, Santiago estaba enamorado del lugar, de sus calles y de su gente y, es por ello, que decidió prolongar su viaje. Una noche, mientras observaba como pescan un señor y quien debiera ser su hijo en El Malecón de La Habana, comenzó a escuchar música a lo lejos. Se percató de que había un grupo de jóvenes tocando y bailando al son de la salsa cubana y decidió ir hacia donde estaba el bullicio. Cuando llegó se encontró con los ojos de una chica, Valentina Maldonado, con cabello negro rizado, sonrisa perfecta, labios rojos y sus ojos color azabache, enamoraron a Santiago al instante. Valentina, nacida en La Habana, Cuba, el 13 de agosto de 1975, era hija de un conocido militar compañero del Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba. Una niña adinerada, hija única, consentida, que dedicaba su vida a estudiar ya que su ilusión era ser la mejor bailarina de danza de toda Cuba y parte del mundo.
El viaje de Santiago se prolongó más de la cuenta, pasó dos años en La Habana viendo a escondidas a Valentina, ya que los padres de ella no aceptaban la relación que había entre ambos, no tenía el estatus social que ellos querían para su hija. En septiembre de 1992, Valentina le comunicó a su pareja que estaba embarazada, es por ello, que entre ambos decidieron contárselo a la madre de ella. La reacción de la señora fue la de una madre preocupada por una pareja tan joven, sin importarle todo lo que pensaba anteriormente sobre Santiago. Los días fueron pasando y el padre de Valentina se enteró de la noticia, llegando al extremo de obligarla a perder el bebé que tenía en su vientre. Santiago y Valentina, preocupados por la situación y no aceptando la decisión que quería tomar el padre de ella, decidieron escaparse a un lugar donde no los encontraran jamás. Viajaron de un lado para otro, pasaron por Río Quito, el lugar donde nació Santiago y en el que trabajaba pero, con miedo a ser encontrados, decidieron volar a Estados Unidos, concretamente, a Miami, allí les esperaría, en Little Habana, la tía de Valentina, quien los protegería y ayudaría a salir adelante. A lo largo de estos años, y a pesar de que estaba fuera de Colombia, las personas para las que trabaja Santiago según encargándole trabajo y una vez llegados a Miami contactaron con él para que se encargara de las drogas de esa zona ya que Santiago les había demostrado ser leal y que se merecía ascender a algo más que mula.
El 23 de junio de 1992 Valentina da a luz, en su casa y bajo unas condiciones extremas, a su hijo barón al que le pondrían por nombre Jhon Jayden Maldonado. Ese niño sería la alegría de la casa y por la que, tanto Valentina como Santiago, serían capaz de hacer cualquier cosa para protegerlo. 
El tiempo fue transcurriendo y gracias al dinero que fue ganando Santiago en su trabajo, él y su familia pudieron trasladarse a una pequeña casa donde vivir los tres juntos, sin molestar a ningún familiar. Valentina se dedicaba al cuidado del hogar y de su hijo y Santiago se iría dando a conocer como uno de los mejores narcotraficantes del país. Jhon fue cumpliendo años y llegaba el momento de que acudiera a la escuela pública de la localidad, pero, con el tiempo, demostraría que los estudios no eran su fuerte, al igual que le pasó a su padre. Jhon era un niño bastante alegre,muy sociable,que no le tenia miedo a prácticamente nada, le gustaba jugar en la calle con los demás niños de la localidad, ayudaba a su madre en todas las tareas del hogar, pero no tenía ni idea de donde se encontraba su padre muchas veces o de qué trabajaba, eso hacía que Jhon lo echara y de que, poco a poco, el apego hacia su padre se fuera perdiendo llegando incluso a menospreciarlo, haciendo que el cariño y el respeto hacia su padre fuera siendo cada vez más nulo, ya que no comprendía la ausencia de éste en muchas ocasiones.
Una tarde de junio de 2004, Jhon y sus amigos, mientras se encontraban jugando a baloncesto en la calle, decidieron ir a comprar a una pequeña unos helados para combatir el calor de aquella tarde. Cuando llegaron al local, los amigos de Jhon fueron directamente al congelador donde se encontraban los helados que iban a adquirir, mientras que el pequeño daba una vuelta por la tienda. Allí tenían cosas que él quería, un coche teledirigido, revistas de baloncesto, paquetes de cromos para coleccionar y un largo etc. la tienda era una maravilla ante los ojos del pequeño. Jhon cogió su helado, le pagó al tendero y se fue con el resto de amigos a pasar la tarde. Cuando llegó a su casa, ayudó a su madre, prepararon entre los dos la cena e hicieron lo pertinente de todas las noches, sentarse en el sofá, delante de la televisión, viendo el programa favorito de su madre, para luego marcharse a su habitación. Cuando se postró en la cama Jhon no paraba de darle vueltas a la cabeza de todo lo que había visto en aquella tienda, su mente le jugó una mala pasada haciéndole ver que necesitaba todo lo que allí se encontraba, es por ello, que ideó un plan para que, poco a poco, todos los juguetes, cromos y revistas, fueran rellenando las estanterías de su habitación. Con la edad de 11 años, Jhon cometió varios robos en la tienda, robando todo aquello que le gustaba y que hacía que se sintiera poderoso frente a sus amigos, ya que él tendría lo que todos querían pero que por falta de dinero, pocos podrían tener. Los robos fueron siendo cada vez más grande, llegando a robar tres veces seguidas, en un mismo día, en varias tiendas de La Pequeña Habana.
Con 12 años, Jhon era un audaz ladronzuelo de calle, poseía todo lo que deseaba y sus padres, aunque sospechaban de que algo pasaba con el muchacho, nunca le llegaron a preguntar ni a decir nada acerca de que su habitación cada vez estuviera más llena de juguetes que ellos no les habían comprado. 
A los 14 años, el pequeño Jhon les dijo a sus padres que no quería continuar en el instituto ya que los estudios no eran su fuerte, y quería dedicarse a sus pequeños asuntos, cosa que a su madre le daba bastante miedo, pero que su padre, con orgullo, le permitió. Lo que comenzó como un juego se fue convirtiendo en un trabajo diario llegando a robarles a las personas de la calle, sin que ellos se dieran cuenta, o entrando a las casas para llevarse de ellas todo lo que creía necesario. 
En 2009, con 16 años, mientras jugaba con uno de sus mejores amigos en la pequeña habitación que su padre utilizaba como despacho, en uno de los cajones del escritorio, los jóvenes encontraron una Glock, una pistola semiautomática, con el cargador de caja vacío. Jugaron con ella, Jhon se creía un pistolero de barrio, el sonido que hacía la glock cada vez que apretaba el gatillo haría que el estómago de Jhon sintiera un pequeño nerviosismo pero a su vez unas ansias de saber que se sentiría si la utilizara de verdad. Santiago llegó a la habitación y se encontró a los niños jugando con la pistola, la guardó de inmediato y le dijo a su hijo que más tarde tendrían una charla para explicarle porque no puede entrar a su despacho. Llegada la noche, y después de cenar, Santiago y Jhon salieron a las escaleras situadas en la entrada de la casa familiar, allí Santiago le explicó a su hijo que estaba prohibido entrar al despacho ya que habría cosas, a parte de la pistola, que no son para niños y que no podría tocar. Jhon intentó comprender a su padre pero le dijo que dejara de tratarlo como un niño, que ya era mayor, y que por favor le contara el porqué de sus ausencias diarias a lo largo de los años. Santiago, mirando a los ojos de su hijo, y viendo la necesidad que éste tenía de que le contaran la verdad y de poder comprender cosas de su infancia y juventud, le contó toda la verdad, de donde venía, como comenzó a trabajar como sicario, como mula, hasta donde había llegado y como se convirtió en uno de los mayores narcotraficantes de todo Estados Unidos y Latinoamérica. Pasadas unas semanas, y después de la charla con su padre, el muchacho quería adentrarse en el mundo de éste y ayudarlo en todo lo que hiciera falta. Valentina se veía reacia ante esta tesitura pero Santiago, orgulloso de su hijo, le dijo que lo llevaría unos días con él para que entendiera un poco el negocio que tenía. Llegar a la nave donde trabajaba su padre, alejado de la civilización, ver fardos y fardos de dólares, fardos de droga y armas ilegales despertaron en Jhon un instinto que ni su propio padre tenía. Su pensamiento era trabajar en aquel lugar fuese como fuese, sin importarle la opinión de los demás. Él también quería sentirse poderoso e importante, y a su vez, ser el orgullo de hijo ante los ojos de su padre Santiago y, sobre todo, de su querida madre Valentina.
Comenzó poco a poco en el mundillo de las drogas. Su padre le fue asignando encargos en la nave que a Jhon se le iba quedando pequeño, sus ganas de trabajar eran superiores a todos los pequeños trabajos que Santiago le asignaba, así que éste decidió darle un encargo importante para demostrar la valía que tenía su hijo. Santiago le preparó a Jhon una cantidad considerable de droga y armas que transportaría, junto con otros trabajadores, hasta Colombia. Era un encargo bastante complicado no solo por el valor de la mercancía sino por la cantidad, tendrían que ser cautelosos para llegar al lugar indicado donde se realizaría la entrega, en la fecha indicada y en la hora acordada. Valentina sentía miedo y así se lo hizo saber a Santiago pero cegado por el poder éste no se dio cuenta de lo que podría ocurrirle a su hijo en el caso de que lo pillaran. El 23 de diciembre de 2009, un día antes de Nochebuena, Jhon, junto a un grupo de 10 chicos y chicas, se dispusieron a salir del país con todo el cargamento que deberían transportar. Los días en coche y en alta mar se hacían eternos, la cautela era su mejor aliado, el nerviosismo se apoderaba de ellos poco a poco, pero, finalmente, llegaron a Colombia, al lugar acordado con los narcotraficantes, amigos de Santiago, a los que tendrían que darles la mercancía. Con el paso de los días, y adentrados en 2010, cuando Jhon iba a volver a Little Habana, en casa de su abuela, escuchó en la televisión, la peor noticia de su vida, a Santiago Jayde, el mayor narcotraficante del país, lo habían detenido y juzgado a las pocas horas, ya que la policía llevaba años investigándolo hasta pillarlo en el momento adecuado. En las noticias también informaron que Valentina Maldonado también fue juzgada como cómplice de todos los delitos de su marido. En la redada la policía había incautado toda la droga, las armas ilegales y todo lo que en la nave y en la casa familiar se encontraba. Jhon no soportó tal dolor, tenía que empezar de cero en un nuevo lugar, salir del país y volver a Miami era una locura ya que podrían juzgarlo a él también como cómplice de sus padres,  así que decidió llamar a los amigos de sus padres para reunirse con ellos y ver que podría hacer. En esa reunión, todos apoyaron a Jhon y les dijeron que estarían a su servicio en todo lo que éste necesitara.  
Poco a poco, y con el paso de los años, Jhon se fue haciendo un hueco en el mundo de su padre. Siguió trabajando para otras personas hasta que al final se dio cuenta de que necesitaba aspirar a más, ser él su propio jefe. Tenía los medios necesarios, los contactos adecuados, el lugar y los amigos que había ido forjando en la profesión para hacerse él como jefe de todo. En camino de su objetivo Jhon tuvo un gran problema, la noche de 2 de marzo de 2011 cuando Jhon iba a realizar una entrega de cocaína fue sorprendido por la policía cuando iba en el coche y le pillaron con la mercancía antes de realizar la entrega. Fue detenido y acusado de un delito contra la salud publica y de trafico de drogas, por los cuales paso los siguientes 5 años en la cárcel llamada “La Tramacúa” en la ciudad de Valledupar. Dentro se fue ganando el respeto poco a poco de los demás reclusos e hizo muy buenas migas sobre el ámbito delictivo.
En 2016 cuando Jhon salio de la cárcel volvió a empezar a trabajar con algunos de los contactos que había hecho en prisión ya que una de sus grandes metas era llegar a la cima del negocio.
Jhon quería el mundo a sus pies, y así fue, que en tan solo 3 años mas tarde, y con 26 años, Jhon se encargaría de toda la red de drogas y armas ilegales de Medellín. 
Una mañana de febrero del 2020, cuando Jhon Jayden se encontraba descansando en su casa, recibe una llamada alarmante en el que le dicen que tiene que huir del país porque la policía está haciéndole preguntas a la gente de si lo conocen. Jhon no duda ni un segundo en levantarse, preparar una mochila con algo de ropa y buscar la forma de poder salir del país sin ser descubierto, ya que uno de sus mayores miedos era volver a prision. Llama a varios trabajadores para pedirles ayuda y éstos, sin dudarlo, se prestan a todo lo que necesite su jefe. Jhon Jayden huye de Colombia para llegar a la ciudad de Los Santos, Estados Unidos, donde comenzará una nueva vida donde conseguir dinero para enviarle a sus familiares y ayudarles a sobrevivir.


Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional):

Jhon Jayden es un chico de 27 años muy hablador y sobre todo vacilón con los demás. Sus ansias de ganar y de poder hacen que este muchacho sea una persona muy activa. Le gusta conocer gente y, si se lo merecen, pueden entablar una amistad verdadera para toda la vida, pero si lo traicionan no tiene problemas de apretar el gatillo.

La noticia de que sus padres fueron juzgados fue algo que marcó su vida y que hizo que siempre quiera dar lo mejor de sí, un poco para demostrarles que él puede ser lo que siempre se ha propuesto ser.
 

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Nombre y Apellido IG: Jhon Jayden
Edad y fecha de nacimiento (REAL):  22 Años 06/05/1997
Experiencia previa en roleplay: Llevo unos años jugando roleplay en servidores como Plan Maestro, Kilates, Leyendas Urbanas, SpainRp,GTAV.es etc. pero en el servidor que más he estado ha sido SpainRP. En Plan Maestro formé parte del staff durante un tiempo.

Historia del personaje:

Jhon Jayden nació el 23 de junio de 1993. Hijo de Santiago Jayden, narcotraficante conocido en tierras latinoamericanas y de Valentina Maldonado una mujer que toda la vida se dedicó a su casa y su familia. Jhon, nació en el sureste de Florida, concretamente en uno de los barrios más conflictivos de Miami, Little Habana.
El 13 de diciembre de 1972, en Río Quito, Chocó, Colombia,  nace Santiago Jayden, padre de Jhon Jayden. Proveniente de uno de los barrios más pobres de Colombia, la familia de Jayden, a pesar de su pobreza, era una familia muy humilde que intentó sacar por todos los medios a la familia adelante. A pesar de no tener todos los medios necesarios y el dinero adecuado los abuelos de Jhon siempre les dieron a sus hijos la mejor educación posible ya que lo que pretendían era que el día de mañana Santiago Jayden pudiera labrarse un futuro mejor que el de sus padres. Santiago no tuvo mucha suerte en los estudios y es por ello, que con 16 años, su padre decidió meterlo en el mundo laboral. El trabajo como zapatero le duró poco ya que a Santiago no le apasionaba la labor que hacía en el local que regentaba su padre, éste decía que se trabajaba mucho para ganar muy poco y que él quería tener una vida mejor que la que llevaban sus padres. Gracias a las amistades que había hecho en su barrio y en el colegio, Santiago empezó a tener una relación más cercana con Juan José, hijo de un sicario, que poco a poco, lo iría adentrando en ese problemático mundo. Fue pasando el tiempo y lo que comenzó como un juego de niños acabó con Santiago realizando ese tipo de trabajo a cambio de dinero. 
En 1990, cuando Santiago había cumplido la mayoría de edad, ya era conocido como uno de los sicarios más jóvenes y mejor pagados de toda Colombia, así que decidió emplear parte de su tiempo también en el mundo de las drogas. Empezó como mula, trasladando sustancias toxicológicas de un lado para otro, llegando a ir a otros lugares de Latinoamérica sin que lo pillaran en ningún lado. En uno de sus viajes llegó a la isla de Cuba, a las pocas horas, Santiago estaba enamorado del lugar, de sus calles y de su gente y, es por ello, que decidió prolongar su viaje. Una noche, mientras observaba como pescan un señor y quien debiera ser su hijo en El Malecón de La Habana, comenzó a escuchar música a lo lejos. Se percató de que había un grupo de jóvenes tocando y bailando al son de la salsa cubana y decidió ir hacia donde estaba el bullicio. Cuando llegó se encontró con los ojos de una chica, Valentina Maldonado, con cabello negro rizado, sonrisa perfecta, labios rojos y sus ojos color azabache, enamoraron a Santiago al instante. Valentina, nacida en La Habana, Cuba, el 13 de agosto de 1975, era hija de un conocido militar compañero del Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba. Una niña adinerada, hija única, consentida, que dedicaba su vida a estudiar ya que su ilusión era ser la mejor bailarina de danza de toda Cuba y parte del mundo.
El viaje de Santiago se prolongó más de la cuenta, pasó dos años en La Habana viendo a escondidas a Valentina, ya que los padres de ella no aceptaban la relación que había entre ambos, no tenía el estatus social que ellos querían para su hija. En septiembre de 1992, Valentina le comunicó a su pareja que estaba embarazada, es por ello, que entre ambos decidieron contárselo a la madre de ella. La reacción de la señora fue la de una madre preocupada por una pareja tan joven, sin importarle todo lo que pensaba anteriormente sobre Santiago. Los días fueron pasando y el padre de Valentina se enteró de la noticia, llegando al extremo de obligarla a perder el bebé que tenía en su vientre. Santiago y Valentina, preocupados por la situación y no aceptando la decisión que quería tomar el padre de ella, decidieron escaparse a un lugar donde no los encontraran jamás. Viajaron de un lado para otro, pasaron por Río Quito, el lugar donde nació Santiago y en el que trabajaba pero, con miedo a ser encontrados, decidieron volar a Estados Unidos, concretamente, a Miami, allí les esperaría, en Little Habana, la tía de Valentina, quien los protegería y ayudaría a salir adelante. A lo largo de estos años, y a pesar de que estaba fuera de Colombia, las personas para las que trabaja Santiago según encargándole trabajo y una vez llegados a Miami contactaron con él para que se encargara de las drogas de esa zona ya que Santiago les había demostrado ser leal y que se merecía ascender a algo más que mula.
El 23 de junio de 1992 Valentina da a luz, en su casa y bajo unas condiciones extremas, a su hijo barón al que le pondrían por nombre Jhon Jayden Maldonado. Ese niño sería la alegría de la casa y por la que, tanto Valentina como Santiago, serían capaz de hacer cualquier cosa para protegerlo. 
El tiempo fue transcurriendo y gracias al dinero que fue ganando Santiago en su trabajo, él y su familia pudieron trasladarse a una pequeña casa donde vivir los tres juntos, sin molestar a ningún familiar. Valentina se dedicaba al cuidado del hogar y de su hijo y Santiago se iría dando a conocer como uno de los mejores narcotraficantes del país. Jhon fue cumpliendo años y llegaba el momento de que acudiera a la escuela pública de la localidad, pero, con el tiempo, demostraría que los estudios no eran su fuerte, al igual que le pasó a su padre. Jhon era un niño bastante alegre, le gustaba jugar en la calle con los demás niños de la localidad, ayudaba a su madre en todas las tareas del hogar, pero no tenía ni idea de donde se encontraba su padre muchas veces o de qué trabajaba, eso hacía que Jhon lo echara y de que, poco a poco, el apego hacia su padre se fuera perdiendo llegando incluso a menospreciarlo, haciendo que el cariño y el respeto hacia su padre fuera siendo cada vez más nulo, ya que no comprendía la ausencia de éste en muchas ocasiones.
Una tarde de junio de 2004, Jhon y sus amigos, mientras se encontraban jugando a baloncesto en la calle, decidieron ir a comprar a una pequeña unos helados para combatir el calor de aquella tarde. Cuando llegaron al local, los amigos de Jhon fueron directamente al congelador donde se encontraban los helados que iban a adquirir, mientras que el pequeño daba una vuelta por la tienda. Allí tenían cosas que él quería, un coche teledirigido, revistas de baloncesto, paquetes de cromos para coleccionar y un largo etc. la tienda era una maravilla ante los ojos del pequeño. Jhon cogió su helado, le pagó al tendero y se fue con el resto de amigos a pasar la tarde. Cuando llegó a su casa, ayudó a su madre, prepararon entre los dos la cena e hicieron lo pertinente de todas las noches, sentarse en el sofá, delante de la televisión, viendo el programa favorito de su madre, para luego marcharse a su habitación. Cuando se postró en la cama Jhon no paraba de darle vueltas a la cabeza de todo lo que había visto en aquella tienda, su mente le jugó una mala pasada haciéndole ver que necesitaba todo lo que allí se encontraba, es por ello, que ideó un plan para que, poco a poco, todos los juguetes, cromos y revistas, fueran rellenando las estanterías de su habitación. Con la edad de 11 años, Jhon cometió varios robos en la tienda, robando todo aquello que le gustaba y que hacía que se sintiera poderoso frente a sus amigos, ya que él tendría lo que todos querían pero que por falta de dinero, pocos podrían tener. Los robos fueron siendo cada vez más grande, llegando a robar tres veces seguidas, en un mismo día, en varias tiendas de La Pequeña Habana.
Con 12 años, Jhon era un audaz ladronzuelo de calle, poseía todo lo que deseaba y sus padres, aunque sospechaban de que algo pasaba con el muchacho, nunca le llegaron a preguntar ni a decir nada acerca de que su habitación cada vez estuviera más llena de juguetes que ellos no les habían comprado. 
A los 14 años, el pequeño Jhon les dijo a sus padres que no quería continuar en el instituto ya que los estudios no eran su fuerte, y quería dedicarse a sus pequeños asuntos, cosa que a su madre le daba bastante miedo, pero que su padre, con orgullo, le permitió. Lo que comenzó como un juego se fue convirtiendo en un trabajo diario llegando a robarles a las personas de la calle, sin que ellos se dieran cuenta, o entrando a las casas para llevarse de ellas todo lo que creía necesario. 
En 2009, con 16 años, mientras jugaba con uno de sus mejores amigos en la pequeña habitación que su padre utilizaba como despacho, en uno de los cajones del escritorio, los jóvenes encontraron una Glock, una pistola semiautomática, con el cargador de caja vacío. Jugaron con ella, Jhon se creía un pistolero de barrio, el sonido que hacía la glock cada vez que apretaba el gatillo haría que el estómago de Jhon sintiera un pequeño nerviosismo pero a su vez unas ansias de saber que se sentiría si la utilizara de verdad. Santiago llegó a la habitación y se encontró a los niños jugando con la pistola, la guardó de inmediato y le dijo a su hijo que más tarde tendrían una charla para explicarle porque no puede entrar a su despacho. Llegada la noche, y después de cenar, Santiago y Jhon salieron a las escaleras situadas en la entrada de la casa familiar, allí Santiago le explicó a su hijo que estaba prohibido entrar al despacho ya que habría cosas, a parte de la pistola, que no son para niños y que no podría tocar. Jhon intentó comprender a su padre pero le dijo que dejara de tratarlo como un niño, que ya era mayor, y que por favor le contara el porqué de sus ausencias diarias a lo largo de los años. Santiago, mirando a los ojos de su hijo, y viendo la necesidad que éste tenía de que le contaran la verdad y de poder comprender cosas de su infancia y juventud, le contó toda la verdad, de donde venía, como comenzó a trabajar como sicario, como mula, hasta donde había llegado y como se convirtió en uno de los mayores narcotraficantes de todo Estados Unidos y Latinoamérica. Pasadas unas semanas, y después de la charla con su padre, el muchacho quería adentrarse en el mundo de éste y ayudarlo en todo lo que hiciera falta. Valentina se veía reacia ante esta tesitura pero Santiago, orgulloso de su hijo, le dijo que lo llevaría unos días con él para que entendiera un poco el negocio que tenía. Llegar a la nave donde trabajaba su padre, alejado de la civilización, ver fardos y fardos de dólares, fardos de droga y armas ilegales despertaron en Jhon un instinto que ni su propio padre tenía. Su pensamiento era trabajar en aquel lugar fuese como fuese, sin importarle la opinión de los demás. Él también quería sentirse poderoso e importante, y a su vez, ser el orgullo de hijo ante los ojos de su padre Santiago y, sobre todo, de su querida madre Valentina.
Comenzó poco a poco en el mundillo de las drogas. Su padre le fue asignando encargos en la nave que a Jhon se le iba quedando pequeño, sus ganas de trabajar eran superiores a todos los pequeños trabajos que Santiago le asignaba, así que éste decidió darle un encargo importante para demostrar la valía que tenía su hijo. Santiago le preparó a Jhon una cantidad considerable de droga y armas que transportaría, junto con otros trabajadores, hasta Colombia. Era un encargo bastante complicado no solo por el valor de la mercancía sino por la cantidad, tendrían que ser cautelosos para llegar al lugar indicado donde se realizaría la entrega, en la fecha indicada y en la hora acordada. Valentina sentía miedo y así se lo hizo saber a Santiago pero cegado por el poder éste no se dio cuenta de lo que podría ocurrirle a su hijo en el caso de que lo pillaran. El 23 de diciembre de 2009, un día antes de Nochebuena, Jhon, junto a un grupo de 10 chicos y chicas, se dispusieron a salir del país con todo el cargamento que deberían transportar. Los días en coche y en alta mar se hacían eternos, la cautela era su mejor aliado, el nerviosismo se apoderaba de ellos poco a poco, pero, finalmente, llegaron a Colombia, al lugar acordado con los narcotraficantes, amigos de Santiago, a los que tendrían que darles la mercancía. Con el paso de los días, y adentrados en 2010, cuando Jhon iba a volver a Little Habana, en casa de su abuela, escuchó en la televisión, la peor noticia de su vida, a Santiago Jayde, el mayor narcotraficante del país, lo habían detenido y juzgado a las pocas horas, ya que la policía llevaba años investigándolo hasta pillarlo en el momento adecuado. En las noticias también informaron que Valentina Maldonado también fue juzgada como cómplice de todos los delitos de su marido. En la redada la policía había incautado toda la droga, las armas ilegales y todo lo que en la nave y en la casa familiar se encontraba. Jhon no soportó tal dolor, tenía que empezar de cero en un nuevo lugar, salir del país y volver a Miami era una locura ya que podrían juzgarlo a él también como cómplice de sus padres,  así que decidió llamar a los amigos de sus padres para reunirse con ellos y ver que podría hacer. En esa reunión, todos apoyaron a Jhon y les dijeron que estarían a su servicio en todo lo que éste necesitara. 
Poco a poco, y con el paso de los años, Jhon se fue haciendo un hueco en el mundo de su padre. Siguió trabajando para otras personas hasta que al final se dio cuenta de que necesitaba aspirar a más, ser él su propio jefe. Tenía los medios necesarios, los contactos adecuados, el lugar y los amigos que había ido forjando en la profesión para hacerse él como jefe de todo. Jhon quería el mundo a sus pies, y así fue, en 2019, y con 26 años, Jhon se encargaría de toda la red de drogas y armas ilegales del país. 
Una mañana de febrero del 2020, cuando Jhon Jayden se encontraba descansando en su casa, recibe una llamada alarmante en el que le dicen que tiene que huir del país porque la policía está haciéndole preguntas a la gente de si lo conocen. Jhon no duda ni un segundo en levantarse, preparar una mochila con algo de ropa y buscar la forma de poder salir del país sin ser descubierto. Llama a varios trabajadores para pedirles ayuda y éstos, sin dudarlo, se prestan a todo lo que necesite su jefe. Jhon Jayden huye de Colombia para llegar a la ciudad de Los Santos, Estados Unidos, donde comenzará una nueva vida, por segunda vez.


Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional):

Jhon Jayden es un chico de 27 años muy hablador y sobre todo vacilón con los demás. Sus ansias de ganar y de poder hacen que este muchacho sea una persona muy activa. Le gusta conocer gente y, si se lo merecen, pueden entablar una amistad verdadera para toda la vida, pero si lo traicionan no tiene problemas de apretar el gatillo.

La noticia de que sus padres fueron juzgados fue algo que marcó su vida y que hizo que siempre quiera dar lo mejor de sí, un poco para demostrarles que él puede ser lo que siempre se ha propuesto ser.

El objetivo de Jhon a su llegada a Los Santos es comenzar una nueva vida donde conseguir dinero para enviarle a sus abuelos en Colombia y darle esa vida que tanto se merecen.
 

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HISTORIA APROBADA

 

Tu invitación ha sido aceptada. Te recomiendo leer la NORMATIVA a conciencia y comprenderla bien antes de pasar a hacer el examen oral.

También te dejo dos post muy útiles sobre COMANDOS /ME Y /DO y ROL DE ENTORNO

 

Ya puedes acceder al TS3 (ts3.despistaos.es) para realizar el examen.

 

Aquí tienes los horarios de entrevistas, puedes escoger el que mejor te venga: HorarioEntrevistas

 

Cualquier duda, puedes preguntarla en las salas de ayudas en nuestro servidor TeamSpeak3.

 

¡Mucha suerte! @ Hypeklk

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ENTREVISTA SUSPENSA

 

Tuviste varios fallos durante la entrevista en los conceptos generales y básicos del servidor, estos fallos ya han sido resuelto y explicados en la misma.
Puedes volver a intentarlo en 24H.?

 

 

¡SUERTE EN LA PRÓXIMA!

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ENTREVISTA ORAL APROBADA
 


¡¡Enhorabuena!! Ahora eres un ciudadano de Los Santos, no te olvides de los pequeños detalles que hemos hablado.


 

Te dejo un par de guías por si te surge cualquier duda.

 

[GUÍA] - Todo sobre el servidor

Normativa General

 

**La normativa está sujeta a cambios constantes**

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