Jump to content
-- Donaciones y sistema VIP -- ×
OPOSICIONES PARA STAFF: MAS INFO AQUÍ ×

Invitacion - Selini


Sombraxxl

Publicaciones recomendadas

 Nombre y Apellido que vayas a usar ingame: Shana Lin

  Edad y fecha de nacimiento (REAL): 33 años 15/09/1986

  Experiencia previa en roleplay: empecé a rolear en EliteHistoryRP estuve allí unos tres meses, MalviviendoRP unos tres cuatro meses y también en FenixRP unos dos meses.

 

Shana Lin

Shana Lin 15/09/86

Hija de Rose Lin y Kiosuke Kita.

 

Rose Lin una mujer de procedencia china-estadounidense, de padre estadounidense y madre china. Desde pequeña fue una niña bastante alegre, al tener un padre occidental, siempre dejaron que ella misma decidiera, lo que quería hacer en la vida. Estuvo viviendo en Estados Unidos durante toda su infancia y parte de su adolescencia, cuando iba a entrar en la universidad decidió irse a vivir a China con su familia materna y poder aprender más cosas sobre su segunda cultura. Allí conoció a Kiosuke Kita, un joven japonés que su empresa le había entregado un proyecto para llevar a cabo en China, al ser un chico con un gran potencial dentro de la empresa.

Se conocieron una noche en la que Rose volvía a casa de la universidad, y el salía del trabajo con un grupo de sus trabajadores. Para Kiosuke fue amor a primera vista, se enamoró de los ojos azules de Rose y de su pálida piel. Durante varios días la estuvo esperando para poder hablar con ella e invitarle a una copa para poder conocerla mejor. Rose por su parte, no estaba muy interesada en él, pero debido a su insistencia y ver lo amable y correcto que era con ella, decidió que por qué no, darle una oportunidad a aquel chico.

Pasaron los años y Rose acabó la universidad, Kiosuke terminó con su proyecto en China. Debían separarse después de varios años juntos como una pareja normal. Kiosuke decidió que no quería separarse del amor de su vida, y le pidió matrimonio. Al principio Rose no estaba segura, ya que, para ella, era la primera relación seria que tenía, y no quería casarse tan joven, pero al verle la cara de ilusión a su novio, y como ella todavía no tenía un trabajo serio, decidió casarse con el e irse a vivir a Japón.

Se casaron en Japón un día de primavera, con los cerezos en flor, la fiesta fue hermosa, y acudieron los parientes de ambas familias, todo parecía perfecto. Hasta la convivencia parecía perfecta, pero con el tiempo, Rose se dio cuenta que esa no era la vida que ella siempre había querido, ella no era la típica mujer que se queda en casa esperando al marido, mientras realiza todas las tareas de la casa. Cuando tuvo el valor de decirle a su marido que quería el divorcio, se enteró de que estaba embarazada, y el mundo se hundió a sus pies. No es que no quisiera tener hijos, solo que no esperaba que fuera tan pronto, y la noticia le cayó como un jarro de agua fría.

Se tomó una semana para asimilar la noticia, y se la comunicó su marido que incluso llegó a llorar de alegría, para él, tenía la vida perfecta, un trabajo estable que le daba dinero suficiente para vivir cómodamente, una mujer que amaba con locura y ahora un bebe. No podía pedirle más a la vida, ni siquiera se daba cuenta de la infelicidad de su esposa.

Rose le partió el alma tener que decirle a su marido que quería el divorcio. Se lo dijo una mañana mientras le estaba poniendo el desayuno a Kiosuke, la miró sin comprender que pasaba, para él su mundo se estaba destruyendo a sus pies y para ella su mundo empezaba a volar de nuevo. Ella le explicó porque quería el divorcio, le dijo que aunque lo quisiera, esa no era la vida que ella siempre había querido, le dijo que le respetaba y lo quería pero no como la persona que ama a otra persona sino como la persona que quiere a otra después de haber pasado tanto tiempo juntos, le explicó que aunque ella se marchase, tenía derecho a estar con su futuro hijo y que no tenía problema en organizarse de manera que el bebe pudiera pasar tiempo con los dos. Tan bien le dejó claro los puntos a Kiosuke que este solo pudo decirle que la quería, y que solo quería estar con ella, a lo que ella le respondió que a veces solo amar no es suficiente. Tan le bien le expuso sus motivos, que Kiosuke agachando la mirada tristemente, aceptó de buenas a primeras y le firmó los papeles.

Embarazada y feliz, Rose regresó a Estados Unidos con sus padres que la recibieron con los brazos abiertos. Pasó el tiempo y una noche del 15 de septiembre de 1986 nació su pequeña hija, de ojos azules, a la cual le puso el nombre de Shana y su apellido Lin, decidió ponerle su apellido y no el de Kiosuke, porque cuando dio a luz a la pequeña, su exmarido no quiso ir a hasta el hospital en Estados Unidos. Aunque no quisiera admitirlo, seguía resentido por el abandono de Rose. Aun así, ella le enviaba fotos de la pequeña, y seguía en contacto con él para que supiera como estaba su hija.

Cuando la pequeña ya podía viajar entre países, la madre de Shana se mudó a China, para que el padre pudiera ir a visitar a la pequeña, y en una de sus visitas determinaron que Shana pasaría un tiempo en China con su madre, y otro tiempo en Japón con su padre. Así empezó la vida de la pequeña Shana vivía entre aviones y dos casas distintas, a veces hasta tres cuando su madre se la llevaba a Estados Unidos para que estuviera con sus abuelos maternos. Con todos esos viajes y cambios en su vida, Shana nunca consiguió hacer un amigo de verdad, solo una vez conoció a una niña en Estados Unidos con la que siguió en contacto a pesar del paso del tiempo. Por lo demás era una chica muy solitaria. Además, recibió dos educaciones totalmente distintas, por una parte, su madre, una persona abierta y liberal, y por otra parte su padre una persona muy cerrada y restrictiva.

Rose en esos años conoció a un hombre del cual se enamoró perdidamente y el de ella, su nombre era Michael Smith, un americano que estaba de vacaciones en China, cuando conoció a Rose, fue amor a primera vista y decidió quedarse a vivir en China con ella. Shana no es que no le gustase el nuevo novio de su madre, pero tampoco no quería ser un estorbo en la nueva situación. Así que simplemente no hablaba mucho con Michael, y se escondía para no molestarles. No sabía porque, pero simplemente quería ver a su madre feliz, no quería ser un impedimento en esa felicidad.

Un día Rose llegó feliz a casa y le enseñó su anillo de compromiso a Shana, Shana le sonrió y la abrazó fuerte, y supo que, desde ese mismo momento, le quedaba poco tiempo para estar con su madre, porque ella misma a su corta edad, había decidido irse a vivir con su padre, para que su madre pudiera seguir con la vida que ella quería, como siempre le había enseñado a Shana.

La boda se celebró una mañana de verano, acudió mucha gente, su madre estaba radiante, cuando la vio vestida de novia, pensó que no había mujer mas hermosa sobre la tierra. Celebraron una gran boda, en la cual Shana miraba a su alrededor y deseo algún día verse así de feliz como su madre, terminada la celebración, lo que su madre nunca se esperó fue que su pequeña Shana, le dijera tan segura de si misma es que se iba a vivir con su padre a partir de aquel momento. Le dijo que quería que fuera feliz, que empezaba una nueva vida con un hombre que la quería, que iban a estar siempre en contacto, que en algunas vacaciones iría a visitarla para que se pudieran ver y pasar el tiempo juntas.

Su madre la despidió en el aeropuerto con lágrimas en los ojos, sabía que esa pequeñaja solo miraba porque su madre fuera feliz, no por su propia felicidad. Y eso la entristecía a la vez que la enternecía. Permitió que se marchase con su padre con la condición que a cualquier cosa que pasase, le avisara y ella misma se presentaría en Japón para traerla de vuelta. Shana le dio un beso en la mejilla y le dijo con una sonrisa en los labios que no se preocupase que todo iría bien, que se iba a cuidar de su papa.

Cuando llegó a Japón su padre la recibió con un gran abrazo, estaba feliz de tener a su pequeña con él, para Kiosuke era como haber recuperado a su mujer, ya que Shana había heredado los ojos azules claro, la manera de razonar y hablar de su exmujer.

Cuando Shana empezó a vivir con su padre, todo fueron normas de lo que podía hacer o no. Ella las acataba porque quería ver a su padre igual de feliz que su madre, pero pronto descubriría que era una misión imposible. Cuanto más hacía su padre más le exigía, pero ella seguía forzándose, para mantenerlo contento.

Una noche que Shana se despertó por una pesadilla, se levantó de su cama y se dirigió a la cocina para coger un vaso de leche, escuchó unos sollozos en el salón y se acercó lentamente sin hacer el mínimo ruido, asomó la cabeza por la puerta y vio a su padre con un vaso de whisky llorando con una foto en la mano de su madre. Y sintió que su padre no había olvidado a su amor y supo que jamás la olvidaría. Se fue a la cama triste y se tumbó en la cama de nuevo, demasiado triste para poderse dormir, pensando en su padre.

Ella siguió estudiando en Japón, pero nunca conseguía relacionarse con los demás como ella quisiera, al tener apellido extranjero, sus compañeros no se acercaban mucho a ella, incluso sufrió algún que otro ataque o burlas de parte de sus compañeros. Pero no le importó, ella seguía estudiando para tener contento a su padre, se esforzaba para ser de las primeras de la clase, pero la presión con el paso de los años, empezaba a hacer mella en ella.

Un día recibió una llamada de su madre anunciándole la nueva noticia, estaba embarazada, iba a tener un hermanito o hermanita, Shana se puso feliz pero triste a la vez, decidió que ya era el momento de no volver a China, su madre estaba consiguiendo su familia feliz, y ella no quería ser una piedra en el camino de su madre, aunque su nuevo marido fuera amable con ella, en varias ocasiones se dio cuenta de la manera en que la miraba, como si ella solo fuera una molestia. Felicitó a su madre con una voz alegre, mientras en su rostro empezaron a caer lágrimas de tristeza. Desde ese momento, se percató que era capaz de ocultar con su voz sus sentimientos y que con práctica podría esconderlos mejor y que nadie se diera cuenta.

Shana siguió estudiando hasta llegar a la universidad, estando en la universidad, su actitud hacia los demás se volvió más fría. Curiosamente ahora que se hacía mayor la gente a su alrededor, intentaba ser amigable con ella, Shana no entendía como durante su vida había tenido que aprender a vivir con el rechazo de los demás, y ahora simplemente no sabía cómo dejar que los demás fueran amigos, simplemente se alejaba, no quería a nadie cerca, ella seguía en su dedicación imposible a intentar sacar una pequeña sonrisa a su padre. Con el tiempo su padre jamás sonreía, siempre estaba de mal humor, y por cualquier tontería regañaba a Shana, porque no caminaba lo suficiente recta, porque no había sacado los 100 puntos de su último examen, porque no se había peinado perfecta, porque su falda era demasiado corta, etc. Todo escusas desde el punto de vista de Shana, cada noche se sentaba encogida en su cama, tratando de ocultar sus lágrimas por si llegaba a entrar su padre para regañarla porque hacía demasiado ruido llorando. Shana llegó a pensar que la regañaba porque ella al crecer se parecía demasiado a su madre físicamente.

Un día saliendo de la universidad, un chico estaba en la puerta y se plantó delante de ella para hablar con ella, Shana lo miró confundida, habló con el fríamente, no comprendía ese interés en ella, pero decidió hablar ese rato con él, no se movieron de delante de la puerta de la universidad. Cuando el chico se cansó de intentar que Shana se fuera con él a tomarse algo, se despidió amablemente y se marchó de allí. Ella lo miró irse sin emoción ninguna, simplemente siguió su camino hacia casa. Cuando llegó jamás se imaginó lo que le esperaba, su padre de pie en la puerta, la recibió con una bofetada, aguantándose la cara donde le golpeo, miraba a su padre sin podérselo creer, toda su vida aguantando sus broncas llamándola inútil, ser inservible de la sociedad, y ahora esto. Miro incrédula a su padre, mientras él le gritaba que no se valoraba, que era una mala mujer, que no se podía creer el ser que había criado. Sin entender le preguntó a su padre ¿por qué?, Kiosuke simplemente le gritó que no se hiciera la tonta que la vio fuera de la facultad hablando con un chico durante un buen rato. Shana no entendió que le entró dentro de ella misma, pero algo se rompió se levantó de golpe, miró con furia a su padre y le gritó que era un chico que se acercó a hablar con ella, que lo había conocido aquel día, que ella no tenía ni un solo amigo. Su padre simplemente no la escuchaba, empezó a gritar que ella solo podría salir con chicos que él eligiera y que su marido lo iba a elegir él. Shana no podía creer todo lo que estaba escuchando y por primera vez gritó a su padre, le gritó con todas sus fuerzas, le echó en cara que todos estos años lo único que había hecho era hacer todo lo posible para que él estuviera contento, que estaba acabando la carrera de medicina porque era lo que él le había dicho que era lo que había tenido que hacer, que lo único que había querido todos esos años era simplemente verle feliz, que sonriera solo una vez, y que el solo tenía para ella regaños, normas, malas caras, insultos y reproches. Su padre la miró sorprendido, pero ver como su hija le gritaba todos esos reproches simplemente le cabreó más y le gritó que era igual que su madre, su mismo estúpido carácter y que acabaría como ella, con cualquier inútil infeliz. Shana que amaba ante todo a su madre, le gritó a su padre que su madre era la mujer más feliz del planeta, la madre más buena, y que él inútil amargado era él. Su padre la volvió a abofetear con rabia y Shana noto el sabor metálico de la sangre en su boca, su padre le acababa de partir el labio inferior, pero ella seguía mirándolo con rabia, sin soltar una sola lágrima. Lo miró con furia y le grito, antes muero sola que casarme con nadie que tu quieras, prefiero pasar toda mi existencia sola. Su padre la miró con furia y le dijo que así sea, pero que ya le tenía un candidato y que lo tenía que conocer, porque había dado su palabra de que la iba a conocer ese fin de semana. No se lo podía creer, Shana corrió a su habitación gritando nunca, se encerró en ella, y su padre la siguió hasta la puerta gritándole que lo iba a hacer, aunque no quisiera, que le había dicho al chico que la iba a conocer y que no iba a dejarle en mal lugar. Cuando vio que su hija no tenía intención de su habitación se fue a dar una vuelta para calmarse, no se podía creer todos los reproches de esta.

Shana cuando escuchó como su padre se había marchado de casa, llamó rápidamente a su madre no podía consentir que su padre dirigiera de esa manera lo único que había querido controlar ella misma, que eran sus sentimientos. No quiso darle muchos detalles a su madre por teléfono, simplemente que necesitaba verla y que por favor fuera lo antes posible. Rose no supo si fue por el tono desesperado de su hija, o que era, pero en ese momento le dijo que no se preocupase, mientras hablaba con Shana le daba instrucciones a Michael para que en internet buscase un billete de avión lo antes posible y así Shana se fuera con ellos. Intentó sonsacarle a su hija que pasaba, pero ella simplemente le decía que quería verla, conocer al hermano que no había conocido, que estaba agobiada en la facultad de medicina, que solo quería irse de allí unos días. Cuando Michael le confirmó que había un vuelo en unas horas, que tenía que irse ya para el aeropuerto que vía internet ya se lo había comprado, Shana no recogió nada de su habitación nada de sus pertenencias, simplemente con la ropa que llevaba puesta, salió corriendo al metro para llegar al aeropuerto y marcharse de Japón. Llegó al aeropuerto con su pasaporte, al tener a su madre en china, siempre renovaba el visado de familia por si tenía que irse a ver su familia por alguna emergencia, lo entregó en ventanilla y le dieron su billete con sus asientos. Shana miró hacia atrás y sintió que la presión que tenía en su pecho se aflojaba mientras daba un paso hacia adelante, pasó el control de seguridad, y espero en la puerta de embarque para marcharse por fin de lo había sido su infierno durante tantos años.

Cuando su madre la vio en el aeropuerto, no podía creer lo que estaba viendo, a su niña con cara triste, en el labio una herida, la cara roja, y los ojos más tristes que jamás había visto, cuando la tuvo cerca simplemente la abrazó y le susurró entre lágrimas que todo aquello era su culpa y que lo sentía mucho. Shana le sonrió y le dijo susurró que no, que todo aquello no era culpa de nadie y que no se preocupase que todo estaba bien, que solo se había caído, su madre la miró a los ojos, no reconocía a la niña alegre que había criado años atrás, allí mismo le dio un gran beso en la mejilla buena, y le dijo, que era su niña y que aunque lo escondiese, se notaba que no estaba feliz. Shana miró a su madre sorprendida, pensaba que durante aquellos años había perfeccionado la manera en que escondía sus sentimientos, pero no allí estaba su madre recordándole que ni eso era buena, sonrió tristemente, y le dijo a su madre que no era verdad, que ella había sido feliz, pero digamos que había tenido una pequeña discusión con su padre, y que como no había sido una buena hija pues su padre se había cabreado con ella. Su madre comenzó a llorar todo lo que la hija no podía en esos momentos, la abrazó fuerte sin dejar de pedirle perdón, y se la llevó a casa. Una vez allí y mientras Shana descansaba, Rose llamó a Kiosuke. Le pidió explicaciones de lo que había pasado, no podía creer la frialdad con la que el padre hablaba de su propia hija, diciéndole a Rose que la había visto con un chico, que le tenía que enseñar a ser una buena mujer, que no se podía ir con cualquiera, Rose sin poder escuchar más solo le dijo una frase, que no iba a tocar ni a ver a su hija nunca jamás, colgándole el teléfono.

Cuando Shana despertó estaba desorientada, pero se levantó, y ya en el salón estaba su madre con su hermanito, el pequeño miraba extrañado a Shana, pero se acercó ella y la abrazó diciéndole por fin te conozco hermanita, Shana le devolvió el abrazo y le dijo de encantada pequeño Kun, en ese momento se arrepintió el no haber ido a conocer a su hermano, ni haber seguido visitando a su madre en vacaciones, se arrepintió de tantas cosas que se ni se dio cuenta de que estaba llorando, hasta que su hermano con sus dulces manos, le limpió la cara y le dijo que no llorase. Miró a su hermano y le sonrió entre lágrimas sin poder articular palabra. Su madre también la abrazó, hasta que Shana dejó de llorar, y una vez recompuesta, le contó que había hablado con su padre, y que le había dicho que no iba a volver a ver a su hija, Shana negaba con la cabeza, lo último que quería era que sus padres se pelearan por ella. Su madre la miró seria y le dijo que ella tenía que enamorarse de quien quisiera, hacer lo que quisiera, vestir como quisiera, ser una persona libre. Y le preguntó lo que hacía años nadie le preguntaba, que qué quería hacer. Shana miró a su madre y tímidamente le dijo quiero ir a ver a mi amiga Samantha a Estados Unidos. Con una sonrisa en los labios, su madre le dijo que no había problema.

Después de estar unas semanas con su madre que trató de demostrarle que hacer lo que uno quería no era algo malo. Le compró un móvil a su hija, y le preparó todo lo necesario para su viaje a Estados Unidos, solo quería ver a su hija sonreír como hacía de pequeña, pero lo que le ponía de buen humor era ver como Kun siempre estaba encima de Shana y le sacaba sonrisas, aunque fueran pequeñas, eso la animaba, sabía que no estaba todo perdido para su pequeña, que todavía podría encontrar la manera de ser feliz, que no estaba todo perdido en ella.

Llegó el día, Shana se marchaba a Estados Unidos, el pequeño Kun le hizo prometer que hablaría más con él, que la iba a echar de menos, Shana lo abrazó fuerte y le dijo que ahora tenían una manera de comunicarse, señalando los móviles que su madre le había comprado a los dos hermanos. Kun sonrió a su hermana y le dio un sonoro beso en la mejilla, y la despidió con una sonrisa de oreja a oreja. Shana se despidió de su madre con otro abrazo y susurrándole un gracias por todo mama te quiero. Su madre emocionada le susurro también te quiero mi niña. La miró marcharse y supo que tardaría volverla a ver, lo sabía, en su corazón sabía que ese viaje iba a ser más largo de lo que pensaban.

Shana llegó a Estados Unidos y allí se encontró con su amiga Samantha Philips, con la que nunca había perdido el contacto, de echo era la única amiga sincera que tenía, y solo al verla la abrazó fuerte y lloró en su pecho, dejando salir todo aquello guardado en su pecho, Sam se dedicó a sonreírle y abrazarla mientras miraba a su marido para que las dejara a solas, y las esperase en el coche. Su marido asintiendo con la cabeza, las dejó a solas. Cuando Shana pudo parar de llorar, miró a los ojos a Sam y le dijo necesitaba verte, y decirte todo lo que ha estado pasando todos estos años y que no podía hacer por teléfono o carta. Sam simplemente asintió y se la llevó hasta el coche, donde presento feliz a su marido, Shana un poco nerviosa le tendió la mano muy formalmente y este la miró con una ceja levantada, le cogió la mano y le dio un abrazo fuerte diciéndole si para mi mujer eres parte de la familia, eso eres para mí. Shana sorprendida le devolvió el abrazo un poco tensa, tanto Sam como su marido, no pudieron esconder una carcajada.

Aquella misma noche, Shana le explicó todo lo que había pasado con su padre a Samantha, ella no podía creer por todo lo que le estaba contando. Cómo un padre podía hacer sentir a su hija de esa manera. Sam le dijo seriamente que no debía jamás esconder ni mentir por sus sentimientos, que debía ser sincera siempre, y si en algún momento por alguna situación no podía hacerlo, que omitiera, pero jamás mintiera, las mentiras nunca llegan a ninguna parte. Shana se abrazó a su amiga, y en aquel momento hicieron una promesa que, aunque estuvieran lejos y separadas que se iban a comunicar siempre para contárselo todo, para sentirse más cerca una de la otra.

Aquella temporada que pasó con su mejor amiga y su marido, le ensañaron a pronunciar mejor el idioma, intentaron enseñarle a ser más amigable con otras personas para que pudiera hacer más amigos, etc. Ese tiempo Shana descubrió que era el mejor en muchos años que pasaba, volvía a empezar a sonreír más sinceramente, y hasta a veces se reía de las ocurrencias del marido de Sam, y vio ante sus ojos a dos personas muy enamoradas, y deseó poder sentir lo que ellos estaban viviendo en esos momentos.

Un día se armó de valor y llamó a su padre para saber cómo estaba, su padre estaba frío al otro lado del teléfono, aunque Shana no notó mucho la diferencia, porque siempre era así con ella, le explicó que no iba a volver a Japón, que no quería que la casara con nadie que ella no hubiera elegido. Y que lo más seguro seguiría viajando un poco más, hasta encontrar su sitio. Su padre más calmado le dijo, que él no permitiría que su hija se casara con cualquiera que él no hubiese escogido para ella, que eso no lo iba a permitir. Shana al ver la cabezonería de su padre le dijo que, si la cosa estaba así, perfecto se pasaría toda la vida sola. Al decir esas palabras pensó en Sam y lo feliz que estaba con su marido, y el corazón le dolió con sus propias palabras, aunque siguiera enfadada con su padre, no sabía porque seguía haciéndole caso. Colgó el teléfono con un vacío en su corazón enorme, pero decidida a seguir viajando, ver mundo, conocer otras culturas, hacer algo de lo que antes no le dejaban.

Llegó el triste momento de separarse de su amiga Sam, pero decidida cogió un avión para irse a Nueva York. Quería conocer la gran manzana, ver otra parte de EEUU. Una vez allí busco un lugar donde quedarse y algún trabajillo donde ganar algo de dinero, no quería estar dependiendo de su madre todo ese tiempo, sabía que a su madre el dinero le sobraba, pero quería sentir que podía conseguir las cosas por su propio pulso. Trabajó en varios pequeños trabajos que le ayudaban a pagar facturas, y allí, gracias a las enseñanzas recibidas, empezó a hacer varios amigos, empezó a darse cuenta que podía reír naturalmente sin forzarse. Y empezó a conocer a otra Shana que no sabía que existía dentro de ella.

Un día decidió preparar las oposiciones de policía, con los nervios a flor de piel, pasó la prueba escrita, pero en la prueba física falló en saltar una sola valla. Cuando salió de los exámenes, llamó a su padre para decirle que iba a ser policía, a lo que Kousuke le preguntó si había sido la primera en todas las pruebas. Shana agachó la cabeza y le dijo con media voz que no, su padre solo soltó un suspiro de reproche y le dijo que entonces no era suficiente colgándole el teléfono.

Shana se sintió como una mierda, simplemente se encerró en su habitación del motel, fría, mirando al techo de su habitación, sentir que ante los ojos de su padre siempre iba a ser una fracasada y que no iba a hacer nada bien, no paraba de crearle una inseguridad. Ella no se sentía buena para nada, incluso cuando la gente le decía que era una chica preciosa, ella contestaba que era una chica normal, ni guapa ni fea. Muchos amigos se extrañaron de que Shana nunca se interesase por chicos ni chicas, era amable y simpática con todos, pero sentimentalmente estaba alejada. Un día un par de amigos la llevaron a un lugar apartado de la ciudad, eran unos amigos los cuales Shana había tenido un poco más de confianza, y le preguntaron porque no salía con nadie. Ella con algo de miedo, les contó la relación con su padre, y que solo quería verlo feliz. Sus amigos la miraron sin podérselo creer. Y le dijeron a Shana que eso no era así, que ella tenía que vivir su vida, que si había alguien que le gustase debía el poder salir con esa persona sin importar lo que su padre pensase o dijera. Shana no pudo más de decirles que tenían razón, pero que era difícil cambiar muchos años con las enseñanzas de su padre.

El tiempo pasó y ella seguía sus días trabajando duro en la policía, esforzándose por hacerlo lo mejor posible. Cuando salía de servicio, pasaba el tiempo con sus amigos, pero muchas veces se escapaba, para estar sola, no quería preocupar a nadie, por las noches seguía terminando la carrera de medicina para ver si así su padre se sentía orgulloso de ella, como era una de la mejores de la carrera llegó a un acuerdo con sus profesores, y le dejaron terminarla vía internet.

Le sirvió bastante el poder tener de amiga Samantha porque ella le ayudó con las últimas etapas de sus estudios. Una vez que los acabó y le confirmaron que ya estaba titulada, que solo le faltarían las prácticas, llamó a su padre emocionada, pensando que se alegraría, y lo único que hizo fue decirle que debía haberla terminado antes, que había esperado demasiado. Volvió a sentirse como una mierda, y volvió un poco a su antigua Shana, sonreír por fuera mientras lloraba por dentro.

Un día que estaba sentada pensando en sus cosas delante del motel, miraba al cielo, tranquilamente, oyó a un chico decirle si estaba esperando al bus. Ella lo miró en a la cara directamente y lo observó, era un chico de ojos claros. Le respondió con una sonrisa que no, que por allí no pasaba ningún bus. Empezaron a hablar de cosas sin sentido, Shana acabó diciéndole al desconocido que, si era nuevo en la ciudad, lo llevaba de paseo en su moto. El chico que era muy rarito, le dijo que sí, Shana por curiosidad le pregunto cómo se llamaba y le dijo que lo llamaban el pelirrojo. Después de pasearse un rato por la ciudad, y darse cuenta que el chico era de todo menos una persona muy simpática, en el fondo sabía que era todo fachada, pero se fue teniendo una sensación extraña en el pecho, estaba triste, cuando normalmente si no se hacía amiga de alguna persona le daba igual, con él le dolía. Se marchó triste a casa, esa noche no pudo dormir pensando en la conversación con el pelirrojo, se sentía bastante mal.

Al día siguiente, se fue a pasear tranquilamente por la ciudad pensando en sus cosas, y se encontró por casualidad al pelirrojo, dudó en hablarle, pero se acercó, estaban en un parque, ese día no sabía muy bien porqué, pero el chico parecía más tranquilo, pensativo, y sin entender muy bien, le contó un poco que hacía en Nueva York. Le contó cómo había ido a buscar a su hermana, y le explicó parte de su vida. Shana sonrió al ver que tenía razón que lo que ese chico tenía, era mucha fachada por encima. Ella al ver cómo se sinceraba, le contó parte de su vida, le preguntó por su nombre real, y él le respondió mi nombre es Martin Hyde.

Ese día volvió a casa con una sonrisa enorme en los labios, y recordó cada palabra que habían estado hablando, sus vidas, como se sentían, etc. Se quedó dormida feliz.

Cuando se despertó al día siguiente le contó a uno de sus amigos que había conocido a un chico y que la verdad, le caía bien. Su amigo le preguntó si le gustaba, a lo que Shana abrió los ojos y le dijo no sabía la verdad pero que cuando pensaba en él no podía evitar sonreír, que si eso era gustar podría ser que sí pero que no estaba segura porque hacía poco que lo conocía. Su amigo que era como un hermano para ella, le respondió que tuviera cuidado, que no soportaría que alguien le hiciera daño. Ella simplemente le sonrió y contestó que no se preocupase, que todo estaba bien.

Pasaron los días y se encontró con Martin de nuevo, volvieron a hablar durante horas, y se dio cuenta que sí, que ese chico le gustaba. Y empezó a tener miedo por lo que su padre pudiera pensar, pero se dijo a si misma he de vivir mi vida. No supo cómo llegó a pasar, pero Martin le dio un beso dulce en los labios, fue su primer beso, pensó que nunca sentiría nada cuando la besaran por primera vez, pero para ella fue una sensación nueva, sintió un calor en su pecho que para ella era desconocido hasta ese beso. El pelirrojo le dio su número de teléfono y se tuvo que marchar.

Después de aquella tarde no volvió a ver a Martin, solo recibió un mensaje diciéndole que tenía que regresar a Los Santos. Shana se quedó bastante triste, aunque sabía que entre ellos dos había surgido algo especial, él tenía que regresar a su trabajo.

Shana empezó a sentirse mal dentro de la policía, habían sucedido varias cosas que la hizo tomar la decisión de marcharse para siempre de allí, entregó su placa y su reglamentaria, sin mirar atrás.

Habló con Samantha de todo lo que le había sucedido, y ella simplemente le dijo que cambiara de aires y que, si le apetecía ir a buscar al chico, que fuera, aunque solo fuera a visitarlo a ver cómo estaba, aunque su relación no llegase a nada, simplemente por ir a verlo. Además, pensó Shana que el cambio de aire le sentaría bien.

Así cogió sus pocas pertenencias y decidió marcharse a Los Santos para reencontrarse con él y cambiar de aires.

 

Miedos: tiene miedo de decepcionar a su padre y a los suyos, tiene miedo a no ser lo suficientemente buena para los demás. 

Aspiraciones: recorrer mundo, empezar a vivir su vida liberándose un poco a ese miedo de decepcionar a su padre, y reencontrarse con el pelirrojo. 

 

  • Me Gusta 1
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

HISTORIA APROBADA

 

Tu invitación ha sido aceptada. Te recomiendo leer la NORMATIVA a conciencia y comprenderla bien antes de pasar a hacer el examen oral.

También te dejo dos post muy útiles sobre COMANDOS /ME Y /DO y ROL DE ENTORNO

 

Ya puedes acceder al TS3 (ts3.despistaos.es) para realizar el examen.

 

Aquí tienes los horarios de entrevistas, puedes escoger el que mejor te venga: HorarioEntrevistas

 

Cualquier duda, puedes preguntarla en las salas de ayudas en nuestro servidor TeamSpeak3

 

¡Buena suerte @ Selini !

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

ENTREVISTA ORAL APROBADA 

 


 

Te dejo un par de guías por si te surge cualquier duda.

[GUÍA] - Todo sobre el servidor

[MOD] Mejora Visual y MiniMapa

Normativa General

**La normativa está sujeta a cambios constantes** 

¡¡Que disfrutes la experiencia, @ Selini !!

Editado por DonCanelone
  • Me Gusta 1
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Este tema está cerrado a nuevas respuestas.
×
×
  • Crear nuevo...