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Invitación - Divertidus


Luteri

Publicaciones recomendadas

Mi ID en juego: 10634

 

Creo el post para invitar a Despistaos a Divertidus, amigo de toda la vida de mi ciudad. Tiene experiencia previa en Rol y disfruta mucho de este mundo, creo que puede aportar mucho al servidor con su personaje

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Nombre y Apellido que vayas a usar ingame: León González (Kana)

Edad del personaje: 25 años

Edad y fecha de nacimiento (REAL): 30 años 05-01-1989

Experiencia previa en roleplay: De manera digital un par de meses en servers de GTA RP, fuera de eso diversas partidas de D&D desde la adolescencia.

Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, procedencia, qué pretende ser, aspiraciones, miedos etc...):

 

León González Kana es un joven nacido en Grecia, en concreto en la ciudad de Naxos, una isla en el mar Egeo. Su progenitor, Carlos, era español mientras que su madre, Leah, es griega.

 

Por cuestiones familiares y de trabajo se mudaron a España cuando León tenía sólo 3 años. Se establecieron en Barcelona donde pasó toda su niñez y adolescencia hasta bien entrada la veintena de años. Pasaba los veranos en Melide, en A Coruña, pues allí residían sus abuelos, los padres de Carlos. A los 12 años falleció su abuelo y a los 16 lo hizo su abuela, lo que terminó con la rutina de veranear en tierras gallegas..

 

Nunca fue una familia que tuviese grandes apuros económicos, de hecho se rodeaban de círculos de un poder adquisitivo bastante alto. Él era corredor de bolsa mientras que ella era profesora.

 

León nunca se preguntó si era o no posible el tren de vida que llevaba su familia pues nunca tuvo que hacerlo, además era un ámbito con el que no estaba especialmente cómodo. No se sentía identificado con las compañías “esnob” de sus padres. Él era mucho más feliz con las amistades de barrio que tenía, le gustaba mucho estar en la calle con amigos sin lujos ni grandes fiestas ostentosas. De hecho en alguna ocasión tuvo que, a espaldas de sus padres, ayudar económicamente a alguna amistad para pagar imprevistos. Según crecía fue separándose más del círculo que no le identificaba, no por ello perdiendo trato o relación con sus progenitores, en especial con su madre, la cual le permitía tener ciertas compañías a pesar de ser un disgusto para su padre.

 

Comenzó una carrera a raíz de la insistencia familiar. Se decantó por la psicología ya que siempre había sido una ciencia que le había llamado mucho la atención. Sin embargo y por los sucesos que trastocaron su vida, no la terminó.

 

Todo comenzó a raíz del accidente de coche donde falleció su padre. Era una noche despejada, la carretera estaba en buenas condiciones y había visibilidad. A pesar de ésto, el coche se desplomó por un terraplén y se estampó contra las rocas, dejando un amasijo de chatarra. En su interior, el cuerpo sin vida de Carlos.

 

La trágica noticia pesó emocionalmente en la viúda y en León. Sin embargo, y antes de poder asimilar completamente la ida del ser querido, ocurrió algo.

 

Habían pasado 3 días del entierro de su padre, había estado con 2 amigos de toda la vida intentando desconectar. Era la primera vez desde el accidente que había dejado a su madre sola. Abrió la puerta y se encontró a dos hombres vestidos de traje saliendo por la puerta. Él pensó que eran policías y simplemente les saludo. Entró y cerró la puerta. Vio a su madre llorando en el sofá. De primeras tampoco se sorprendió sobremanera ya que era comprensible tras los hechos recientes. Ella le miró y León solo pudo entender: “nos mintió” antes de romper de nuevo a llorar.

 

Tras unos minutos intentando tranquilizarla, finalmente pudo tener una explicación. Resulta que su padre hacía tiempo que había dejado de dedicarse a la bolsa. Había tenido una importante adicción al juego y llevaba unos años pagando deudas con préstamos. Primeramente fueron acabándose los ahorros, después préstamos bancarios con la esperanza de ganar una fortuna que nunca llegó. Para que su familia no se enterase al perder sus pertenencias, optó por la vía peligrosa: comenzó a pedir préstamos a la gente equivocada. Así empezó una rueda de deudas y prestamistas que finalmente terminó por superarle. Nunca quedó claro si se suicidó o si fue víctima de algún acreedor enfurecido.

 

Todo ésto fue un golpe enorme para Leah y su hijo León. Sin embargo la guinda del pastel la pusieron los hombres que les habían puesto al corriente; no con la intención de desvelar la verdad sobre su padre, sino con la de comunicarles que ahora debían de ser ellos los que se hiciesen cargo de la deuda. Naturalmente les dejaron bien claro que cualquier intervención por parte de las autoridades significaría un desgraciado accidente para ambos.

 

La casa, el coche, dejar la carrera, buscar un empleo y el sueldo de profesora no eran suficientes para poder pagar las ingentes cantidades de dinero que había dejado como deuda,y herencia, su padre. En la desesperación de estar viviendo de alquiler, perderlo todo, y con un miedo constante, León tomó la decisión de tomar un camino más oscuro por pura necesidad, para poder proteger a su madre.

 

Gracias a contactos de sus amistades más de barrio y ciertos favores, comenzó a trabajar en empleos más turbios. Llevando mercancías de un punto a otro, vigilando a ciertas personas, enviando “mensajes” algo violentos a alguna gente, etc. No era algo con lo que estuviese cómodo, sobretodo al principio, pero la necesidad lo empujaba a ello. Eran buenas sumas de dinero con cada trabajo, con las cuales podía pagar las abusivas cuotas.

 

Las excusas que se inventaba para que su Madre no se echase las manos a la cabeza no se sostendrían si viese la verdadera cantidad que recibía por sus trabajos, por lo que escondía parte del dinero que acumulaba tras cada faena. Naturalmente ella hacía preguntas acerca de la procedencia del dinero pero se las ingeniaba para quitarle hierro al asunto y alegar que su jefe era un amigo, que estaba al tanto de su problema y le hacía un favor.

 

Así se mantuvo la situación durante un tiempo. Llegó entonces la que sería su último tarea antes de poder dejar esa vida. Como solía suceder, no se le permitía hacer demasiadas preguntas respecto a sus trabajos, debía limitarse a hacerlos, fin. Debía llevar a unos hombres a dónde le dijeran y ser su chofer durante todo el día. No era la primera vez que hacía algo así, generalmente se trataba de negocios en las afueras o naves industriales con individuos, eso si, preocupantemente peligrosos. No se le permitía bajar del coche, aunque en ocasiones alcanzó a ver maletines con dinero, drogas e incluso armas. Ojalá hubiese sido tan “tranquila” en esta ocasión.

 

Le guiaron hasta un pueblo a las afueras de Barcelona, allí le dijeron que debían hacer una parada antes de seguir camino, pues debían retirar el dinero para ciertos negocios. No fue la frase la que extrañó a León, ya que era algo medianamente habitual. Fue la forma, y sobretodo, el hecho de pararse a explicar algo tan sencillo como eso lo que le puso nervioso. Pararon frente al banco y los hombres se bajaron. Con ellos dentro, León vio desde el coche una pareja de policías caminando por la calle doblando la esquina. Iban hablando con una expresión seria pero de modo despreocupado. Como es normal, se puso nervioso, pero enseguida pensó que no había razón, por ahora no había razones para que nadie sospechara de él ni de la situación. Mientras los policías pasaban al lado del coche uno de ellos le miró de modo inconsciente, sin más y pasaron hablando entre ellos. Vió como se alejaban por el retrovisor del coche y suspiró tranquilo.

 

No terminó de escuchar su propio aire cuando el sonido de un disparo le hizo saltar en su asiento, se giró y se abrieron las puertas del banco. Salían por ellas los hombres que acababa de dejar hacía escasamente 3 minutos con bolsas y armas en sus manos, directos hacia el coche. Al grito de “Alto!” de uno de los policías la respuesta fue otro disparo dejando a un policía en el suelo con un agujero en la frente. León pudo ver, en el reflejo del retrovisor y cubierto tras un coche, al otro policía mirándolo con cara de preocupación y hablando por la radio. Este cruce de miradas duró unos segundos hasta que un golpe en la nuca le espabiló: “¡Que arranques o te meto un tiro coño!“. Arrancó y se fueron rápidamente del lugar siguiendo una vieja carretera unos kilómetros hasta una nave apartada. Dejaron ese coche y se fueron en otros tres diferentes, no sin que antes le entregaran una bolsa de dinero.

 

Sabía que era el fin. Un policía había muerto, le habían visto la cara y no podría defenderse alegando que no sabía nada de lo que iba a hacer allí o le mataría otra gente por chivato. Fuera o dentro de prisión. Era cómplice, no sólo de un atraco, sino del homicidio de un policía (a las pocas horas sabría que también de una mujer en el banco).

 

Tenía que actuar rápido, habló con algunos contactos y preparó su fuga. Escribió una carta a su madre explicándole lo sucedido y se la entregó a un amigo de la infancia junto a la bolsa de dinero. En la nota le explicó que debía irse, pero que estaría bien, que no se preocupase. Le dio instrucciones de dónde escondía el dinero que le permitiría poder hacer frente a toda la deuda restante y que confiase en Luís (el amigo que le daría el mensaje).

 

Tras conseguir documentación falsa puso rumbo a Canadá, donde pasó un tiempo en un pueblo perdido de Vancouver esperando a que se calmaran las cosas. Finalmente, unas semanas después decidió moverse y bajar a EEUU donde pasó una pequeña temporada moviéndose de aquí para allá, siempre muy pendiente de las noticias en su país y las que hacían referencia al mismo, pero en la prensa local. Tras otra pequeña temporada se puso en contacto con su amigo Luís, quién le contó que su madre estaba bien, que no debía volver y que, aparentemente, las autoridades sospechaban que había salido dirección Francia o seguía oculto por España.

 

Tras quedar más tranquilo por la seguridad de Leah, y poco tiempo después, escucha que no hay mejor ciudad que Los Santos para empezar de cero. Así pone rumbo a su nueva vida.

 

— El personaje de León llega sin conocer a nadie en la ciudad. Tiene claro que prefiere tener un trabajo honrado pues no quiere hacer mucho ruído al llegar a la ciudad para evitar que vengan a por él los fantasmas del pasado.Por otra parte también es alguien que sabe lo que es hacer la cosas por necesidad y tiene los límites de lo que estaría dispuesto a hacer en un nivel por encima de un civil normal. Le gusta pasárselo bien pero no va a ser un personaje que quiera cochazos ni mansiones. Desconoce cuáles serán sus ambiciones en esta nueva ciudad ya que será el primer momento en mucho tiempo en el que pueda tomarse tiempo para pensar acerca de si mismo y su futura vida ---

Editado por Emivg
Leerlo bien con el dark mode
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Muy buena historia, te felicito.


Tu invitación ha sido aceptada.

Debes leer la Normativa del Servidor a conciencia antes de pasar a hacer el examen. 

También es importante que le eches un vistazo a la Normativa para bandas y mafias, Explicación rol de entorno y [Guía / Consejos] Comandos /me & /do

Ya puedes realizar la entrevista dentro de los horarios establecidos.
Para consultarlos visita el Horario de entrevistas

Cualquier duda también puedes pasarte por las salas de ayuda del TS3 
¡Mucha suerte @divertdus!


 

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ENTREVISTA ORAL APROBADA
 

¡Enhorabuena!

Te dejo por aquí un par de guías por si te surge cualquier duda.

 

Normativa general

Todo sobre el servidor y primeros pasos

Mods visuales y mejoras minimapa

 
Editado por jvier00

Jacinto De Fonollosa

LSFD -Jefe de Condado del departamento Medico y de Bomberos de Los Santos

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Guest
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