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  1. Buenos días, he modificado la historia añadiendo la infancia y la adolescencia del personaje para que quede reflejada su vida de mejor manera. Nombre y Apellido que vayas a usar ingame: Ignacio Yagüe Edad y fecha de nacimiento (REAL): 27 años, 09/03/1992 Experiencia previa en roleplay: Casi sin experiencia, sólamente medio mes en un servidor de Rage de civil. Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, procedencia, qué pretende ser, aspiraciones, miedos etc...): Ignacio nació el 1 de enero de 1992 en Toledo, España y se crió junto a su padre, ya que nunca llegó a conocer a su madre, fallecida durante el parto. Desde una temprana edad escolar, Ignacio fue educado severamente por su padre y esto le causó una falta de emociones, como el amor de una madre. A pesar de ello, Ignacio era amable con sus compañeros y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Eso sí, a él no le gustaba ser ayudado, los pequeños problemas que tenía se los guardaba para si mismo e intentaba resolverlos él. En cierto modo, era una persona cerrada cuando surgían problemas. Ignacio era una persona aplicada y le dedicó horas al estudio, por lo que sacó buenas notas y acabó el colegio con buenas calificaciones. Con el paso del tiempo, Ignacio entró en el instituto. Tenía una buena vida, acomodada, ya que su padre vivía para trabajar y nunca le faltó de nada en lo económico. A la edad de 14 años, Ignacio comenzó a interesarse por nuevos temas, como el mundo de la música y el de la informática, hasta el punto de convertirlas en sus nuevas aficiones. Invertía gran parte de su tiempo en sus nuevos hobbies, sin descuidar el estudio. Ignacio era la definición perfecta de un chico normal para su edad, además con la entrada en el instituto comenzó a abrirse poco a poco con sus compañeros, hasta que formó amistad con los que serían su grupo de amigos hasta la universidad. Con ellos compartía aficiones y exploraron juntos el irse de fiesta y tontear con el acohol y el tabaco. Esto, junto con alguna pequeña pelea, fue lo más malo que había hecho hasta la fecha. Gracias a su nuevo grupo, Ignacio descubrió valores como el de la amistad, el cariño, el preocuparse por los demás e incluso el amor, cuando salió durante un año con una compañera de clase, aunque la cosa terminó mal cuando ella le traicionó al irse con otro chico a la edad de 17 años. Este hecho fue el primer estacazo gordo que sufrió en su vida, afectándole unos meses psicológicamente estando siempre deprimido. Durante su adolescencia, el padre de Ignacio fue compartiendo historias del trabajo con su hijo, contándole batallitas en los juzgados, ya que trabajaba como abogado. Además, su padre siempre le ha inculcado el valor de la justicia y el ayudar a las personas que lo necesitan, por lo que poco a poco su relación se fue estrechando e Ignacio tenía cada vez más claro su futuro, quería seguir la senda de su padre y estudiar Derecho. Después de años aplicándose en los estudios, Ignacio consiguió las calificaciones suficientes como para entrar en la universidad de su ciudad. El hecho de pasar del instituto a la universidad le afectó negativamente, ya que todo su grupo de amigos se dispersó por diferentes partes de España para estudiar sus respectivas carreras, por lo que Ignacio se encontró solo de nuevo y sus nuevos compañeros de clase no ayudaban, ya que no consiguió relacionarse profundamente con ellos, hasta el punto de que no consiguió ningún amigo de verdad. Ignacio ante estos hechos, se centró en estudiar la carrera y disfrutar de sus aficiones en solitario, cerrándose en personalidad, volviéndose bastante independiente e individual. Después de duros años de trabajo, Ignacio consiguió graduarse con 23 años y se formó como abogado con la ayuda de su padre gracias a la experiencia que ya tenía. Padre e hijo, con el tiempo, montaron su propio bufete de abogados y consiguieron una amplia cartera de clientes. Todo iba sobre ruedas, hasta que un nuevo cliente les ofreció un caso difícil de ganar: el Estado quería cancelar una masiva construcción de viviendas de un empresario gallego y dicha persona requería de los servicios del bufete. El padre de Ignacio aceptó dicho caso y se pusieron manos a la obra, pero cuando llegó el juicio perdieron el caso estrepitosamente. Meses después, Ignacio recibió la triste noticia de que su padre había aparecido muerto de un disparo y tras meses de investigación y moviendo hilos, llegó a la conclusión de que la verdadera causa de la muerte de su padre fue por venganza del empresario gallego, que resultó ser narcotraficante, y al haber perdido tanto dinero por las construcciones de viviendas, se cobró venganza. En ese momento, a Ignacio se le vino el mundo encima, ya que había perdido a su padre y no tenía más familiares, por lo que al sentirse tan solo durante dicho tiempo y al vivir atemorizado por si corría la misma suerte, con la edad de 25 años sopesó diferentes opciones de qué hacer con su vida. Al final, llegó a la conclusión de que lo mejor era marcharse fuera del país para evitar riesgos, ya que si seguía ejerciendo de abogado sería fácil de localizar, por lo que tras vislumbrar varios destinos, decidió ponerse en marcha rumbo a Las Venturas, en San Andreas. El comienzo fue duro, una nueva ciudad, una nueva vida. Además, la personalidad de Ignacio se fue cerrando poco a poco, convirtiéndose en una persona solitaria, sin mucho trato con otras personas y se volvió desconfiado con los que le rodeaban. Allí, con el dinero que había ahorrado toda su vida en España, decidió emprender y formar varios negocios, ya que ejercer de su profesión no podía, ya que las leyes eran totalmente diferentes. Al principio, dichos negocios iban viento en popa, pero con el pasar de los años fueron decayendo y no era rentable seguir manteniéndolos, por lo que sin nada que le atase, decidió volver a poner rumbo, esta vez a una ciudad vecina, Los Santos, buscando una nueva forma de vida empezando de cero, con el objetivo de buscar prosperidad, sin problemas como los que tuvo en España. Cabe mencionar, que la personalidad de Ignacio se ha ido desarrollando a lo largo de su vida, afectada fuertemente por la muerte de su padre y al llevar los negocios frustrados en Las Venturas. Actualmente, es una persona reservada y le cuesta confiar en nuevas amistades, pero no ha perdido el sentido de la justicia que le inculcó su padre. Además, tras tener una buena economía en un principio para después perder la mayoría de sus posesiones, se ha convertido en una persona austera, no necesita lujos para vivir, solo lo básico. Ignacio sólamente quiere vivir el día a día con lo necesario y retirarse en un buen lugar, si Dios quiere, en Los Santos. Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): Las aspiraciones de Ignacio, en un principio, es encontrar un trabajo estable para comprar las posesiones necesarias para vivir tranquilamente en Los Santos, sin salirse de la legalidad. El punto de partida de Ignacio será cuando llegue a la ciudad, después del traslado de Las Venturas a Los Santos, con la edad de 27 años. El estado mental de Ignacio es psicológicamente estable. Su único miedo real es correr la misma suerte de su padre, por lo que es reservado con las personas y se está escondiendo para no ser encontrado por el narcotraficante gallego. El personaje, desde un principio, quiero llevarlo por la vía legal por el trasfondo de su pasado.
  2. Soy una de las personas ganadoras del concurso "convénceme". Nombre y Apellido que vayas a usar ingame: Ignacio Yagüe Edad y fecha de nacimiento (REAL): 27 años, 09/03/1992 Experiencia previa en roleplay: Casi sin experiencia, sólamente medio mes en un servidor de Rage de civil. Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, procedencia, qué pretende ser, aspiraciones, miedos etc...): Ignacio nació el 1 de enero de 1992 y se crió en España junto a su padre, ya que nunca llegó a conocer a su madre, fallecida durante el parto. Durante su adolescencia, Ignacio fue educado con fuertes valores, como el de la justicia, ya que su padre era abogado de profesión y esto le condicionó cuando tenía 18 años para seguir sus pasos y licenciarse en la misma carrera, para ayudar a los demás. Después de duros años de trabajo, Ignacio consiguió graduarse y se formó como abogado con la ayuda de su padre gracias a la experiencia que ya tenía. Padre e hijo, con el tiempo, montaron su propio bufete de abogados y consiguieron una amplia cartera de clientes. Todo iba sobre ruedas, hasta que un nuevo cliente les ofreció un caso difícil de ganar: el Estado quería cancelar una masiva construcción de viviendas de un empresario gallego y dicha persona requería de los servicios del bufete. El padre de Ignacio aceptó dicho caso y se pusieron manos a la obra, pero cuando llegó el juicio perdieron el caso estrepitosamente. Meses después, Ignacio recibió la triste noticia de que su padre había aparecido muerto de un disparo y tras meses de investigación y moviendo hilos, llegó a la conclusión de que la verdadera causa de la muerte de su padre fue por venganza del empresario gallego, que resultó ser narcotraficante, y al haber perdido tanto dinero por las construcciones de viviendas, se cobró venganza. En ese momento, a Ignacio se le vino el mundo encima, ya que había perdido a su padre y no tenía más familiares, por lo que al sentirse tan solo durante dicho tiempo y al vivir atemorizado por si corría la misma suerte, sopesó diferentes opciones de qué hacer con su vida. Al final, llegó a la conclusión de que lo mejor era marcharse fuera del país para evitar riesgos, ya que si seguía ejerciendo de abogado sería fácil de localizar, por lo que tras vislumbrar varios destinos, decidió ponerse en marcha rumbo a Las Venturas, en San Andreas. El comienzo fue duro, una nueva ciudad, una nueva vida. Además, la personalidad de Ignacio se fue cerrando poco a poco, convirtiéndose en una persona solitaria, sin mucho trato con otras personas y se volvió desconfiado con los que le rodeaban. Allí, con el dinero que había ahorrado toda su vida en España, decidió emprender y formar varios negocios, ya que ejercer de su profesión no podía, ya que las leyes eran totalmente diferentes. Al principio, dichos negocios iban viento en popa, pero con el pasar de los años fueron decayendo y no era rentable seguir manteniéndolos, por lo que sin nada que le atase, decidió volver a poner rumbo, esta vez a una ciudad vecina, Los Santos, buscando una nueva forma de vida empezando de cero, con el objetivo de buscar prosperidad, sin problemas como los que tuvo en España. Cabe mencionar, que la personalidad de Ignacio se ha ido desarrollando a lo largo de su vida, afectada fuertemente por la muerte de su padre y al llevar los negocios frustrados en Las Venturas. Actualmente, es una persona reservada y le cuesta confiar en nuevas amistades, pero no ha perdido el sentido de la justicia que le inculcó su padre. Además, tras tener una buena economía en un principio para después perder la mayoría de sus posesiones, se ha convertido en una persona austera, no necesita lujos para vivir, solo lo básico. Ignacio sólamente quiere vivir el día a día con lo necesario y retirarse en un buen lugar, si Dios quiere, en Los Santos. Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): Las aspiraciones de Ignacio, en un principio, es encontrar un trabajo estable para comprar las posesiones necesarias para vivir tranquilamente en Los Santos, sin salirse de la legalidad. El punto de partida de Ignacio será cuando llegue a la ciudad, después del traslado de Las Venturas a Los Santos. Actualmente tiene 27 años. El estado mental de Ignacio es psicológicamente estable. Su único miedo real es correr la misma suerte de su padre, por lo que es reservado con las personas y se está escondiendo para no ser encontrado por el narcotraficante gallego. El personaje, desde un principio, quiero llevarlo por la vía legal por el trasfondo de su pasado.
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