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  1. Nombre y Apellido que vayas a usar ingame: Joshua Blake Edad y fecha de nacimiento (REAL): 24 años, 01/03/1995 Experiencia previa en roleplay: Horas de puro stream y pequeñas pachangas con amigos en juegos de mesa. Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, procedencia, qué pretende ser, aspiraciones, miedos etc...): Joshua Blake, niño nacido con el prominente coeficiente intelectual de 130 en el año 1987 en la ciudad de Richmond, Virginia. Genio desde la infancia, nació en el seno de una familia humilde. Su padre, Jonathan Blake, era un querido chapista de gran corazón y su madre, Evelynn Strauts, un ama de casa cariñosa y complaciente. Como todos los niños de clase media de Richmond, Joshua tenía una vida bastante fácil y sin obstáculos. Sus padres se encargaban a través del trabajo duro darle todo lo que necesitaban y cubrir sus necesidades. Pero Joshua no era en absoluto feliz. Pese a ser un crio, pocas eran las ocasiones en las que se alegraba. Sus ojos marcaban un vació triste allá donde miraba. Quizás, al ser hijo único, todos los esfuerzos de su familia iban encaminados a que la tristeza del hijo fuera apaliada, y es que Joshua no parecía nunca feliz. Ni con juguetes, dulces y todo tipo de caprichos no surtían efecto alguno en él. Preocupados, Jonathan y Evelynn pasaron por algunos profesionales hasta finalmente dar con el motivo por el cual su hijo no era como el resto de los niños. Tras algunas pruebas, un psicólogo terminó diagnosticando una capacidad intelectual superior. En los antepasados de la familia de los progenitores no se tenía constancia de la existencia de superdotados, por lo que el caso de Joshua había sido una casualidad de variabilidad genética, pura suerte. O desgracia. Con la mente intranquila al saber que lo de su hijo no era un problema que se pudiera arreglar, al menos se conformaron con saber que Joshua no tenía mayores problemas. En todo caso, con el tiempo, al crecer, el niño terminaría encontrando algo que le causara interés. Gracias a su intelecto, el colegio para Joshua fue un paseo. Creció rápidamente a los ojos de sus padres, seguía pareciendo triste, pero ambos terminaron acostumbrándose. Joshua tenía sus amigos, hacia las cosas de niños normales sin dar problemas mayores. En definitiva, un buen hijo. Al momento de llegar a la adolescencia y que las hormonas empezaran a hervir por todo su cuerpo fue etiquetado como el rarito de la clase. No le gustaba salir de fiesta ni buscaba desesperadamente introducir su miembro viril en la cueva húmeda más apetecible. Prefería estar en casa, la gran mayoría del tiempo buscando hacer cosas curiosas y atípicas que nadie más hiciese. Paso por mil hobbies distintos, desde la cría de escarabajos hasta construir maquetas de replicas fieles de los barcos de la 2º guerra mundial, para darse cuenta que ninguno le gustaba. Finalmente terminó desistiendo y decidió centrarse en sus estudios a los 13. Pese a su corta edad, su mentalidad era demasiado madura. Por otro lado, hasta aquel momento siempre había sacado malas notas, consideraba las aulas zonas de aburrimiento donde perdía un tiempo muy valioso que podría estar aprovechando en otro lado. Ni corto ni perezoso, se puso las pilas y empezó a demostrar porque era un genio. Los dos últimos años de instituto no hubo ni un solo examen o trabajo que sacara menos de un 10. En realidad, para Joshua no fue difícil, pero para el resto fue un auténtico hito. A los 16 tenía cursos adelantados y sólo con 18 ya empezó sus primeras clases en la universidad. 2 años quedaban sólo para llegar a la adultez legal, tiempo que aprovechó para sacarse mientras la carrera de medicina, lo único que le llamaba un poco la atención. Anatomía, fisiología humana, biología celular, genética, patología, inmunología, farmacología... tenía un alto entendimiento de las ciencias, cosa que provocó que finalizará la carrera con los más altos honores en tan poco tiempo. Tras su graduación en la Commonwealth de Virginia a los 18 años, se le profetizó un futuro tan prometedor que todas las empresas privadas se peleaban por tenerle entre sus filas. Finalmente se decantó por ejercer de cirujano en el hospital privado más prestigioso de Estados Unidos, el Johns Hopkins en Baltimore. Tras la mudanza a Maryland y residir allí unos cuantos años, no tardó en destacar como uno de los matasanos más sobresalientes en los quirófanos. Tanto, que el hospital confiaba en sus habilidades para solventar los casos más graves. No obstante, los logros de su carrera no era algo que le llenaran el vacío que sentía por dentro. Ya había probado absolutamente de todo y nada funcionaba, desde orgías multitudinarias realizadas gracias a la fortuna que cobraba hasta la adrenalina de situaciones entre la vida y la muerte. Necesitaba hacer algo, pero no sabía el qué. Un día mientras realizaba un proceso rutinario de extraer los órganos servibles de un donante que acabó en el hospital por un terrible accidente de trafico, se percató de que su interior hecho papilla no servía para nada a estas alturas, exceptuando su riñón derecho. Antes de procesarlo para utilizarlo en un futuro, se quedó mirándolo detenidamente. Siempre había sentido esa atracción sobre los órganos humano. Su forma, textura, tacto, color... era igual que una urraca con los objetos brillantes. Era muy tarde y sólo el asistente que le ayudó con el cuerpo se encontraba en la habitación. Fingiendo una amabilidad inexistente por su estado de cansancio, le dijo que se marchara mientras él acababa con el papeleo. Agradecido, se marchó, muy posiblemente a dormir, dejando a Joshua sólo con el riñón. En ese tiempo se le ocurrió una idea, algo tan atípico que a un ser humano corriente no se le hubiera ocurrido. Sin pensarlo dos veces, le dio un pequeño mordisco al órgano. Un sentimiento maravilloso floreció en el cirujano. Al tiempo que masticaba y saboreaba con alevosía el pedazo de carne cruda, una sonrisa inundó el rostro de Joshua. Al darse cuenta de lo que había hecho, sólo tuvo que mentir en los informes, estampar su firma, realizar los debidos formularios en el ordenador y el riñón que había extraído ya no existía. Sólo tuvo que coger un tupper de la sala de descanso, guardarlo y al acabar su turno llevárselo a casa. Casi una semana le duró aquel regalo del accidentado en su nevera, hasta que después de muchos tutoriales de cocina en youtube se decidió a cocinarlo como un riñón de animal cualquiera. Un bocado de su estofado de riñón y pudo corroborar su teoría. Esto era lo que había estado buscando durante tanto tiempo. La felicidad de comer carne humana. Desde que se levantaba hasta que se acostaba, no paraba de pensar en el sabor de otras partes del cuerpo humano. Intento luchar contra sus instintos, al fin y al cabo, el canibalismo y las practicas con las que conseguía sus preciados productos era algo bastante ilegal. No obstante, se cubrió bajo el argumento de que si el resto de la sociedad no comprendía su fetiche no era más que una prueba de su bajo nivel de inteligencia, al fin y al cabo, el seguía siendo un genio. ¿Por qué existían auténticos complejos masificados de industria ganadera y en ninguno de ellos se engordaban humanos? ¿Tanto miedo tenía el ser humano a estar al mismo nivel que el resto de los animales de la naturaleza? A Joshua le daba igual, el tan solo quería comer su carne. Por suerte, gracias a su trabajo conseguir más alimentos que saciaran sus necesidades era relativamente sencillo. Nunca le pillaron y en realidad, nunca lo hubieran hecho. Paralelamente, el hospital se vio inmiscuido en una trama de tráfico de órganos, en el que irónicamente Joshua no tenía nada que ver. Fue una noticia a nivel internacional y después de muchas multas, pruebas y juicios, el hospital tuvo que cerrar y Joshua fue despedido. En realidad, gracias a su curriculum, Joshua no hubiera tenido problemas en encontrar trabajo en otro hospital, pero el ya no quería seguir trabajando en la medicina. Por fin había encontrado su meta en la vida y no pensaba perder ni un minuto más de su tiempo en hacer otra cosa que no fuera comer humanos. Por otro lado, ahora Joshua se enfrentaba a varios problemas ahora, si quería seguir tendría que buscar nuevas maneras que obtener la carne que tanto ansiaba. El mercado negro no era una opción, demasiado caro y gente implicada. Tras mucho pensarlo y darle vueltas, la única solución era mancharse las manos. Gracias a la sociedad americana en la que vivía, muchas eran las personas sin nombre que habitaban en los oscuros callejones de los barrios bajos. Gente que no importaba si vivía o moría, vagabundos, prostitutas, drogadictos... muertes fáciles de tapar en la sociedad, presas sencillas a las que poner cebo y que no dejaran ningún rastro ni llamaran la atención. En su primer asesinato ni siquiera le tembló el pulso. Todo estaba pensado, un plan sin tapujos perfectamente ejecutado. El objetivo era una prostituta del Boulevard Handsome cuya rutina era amar sobre todo a los camioneros procedentes de la autopista entre las 11 de la noche y las 4 de la mañana. Un sitio apartado donde solían ejercer junto a varias compañeras de profesión. Lo bueno es que esta era entre todas la más rutinaria y por lo tanto la más fácil de cazar. Sólo tuvo que esperar unas horas a cuando terminara su turno y pagar a su chulo, que al volver a su residencia le estaría esperando por un callejón repleto de drogadictos que cruzaba para acortar el viaje. Pero ese día no había nadie allí, espantados por la presencia de una patrulla de policía que convenientemente pasó un poco antes por allí. En cuanto la prostituta se adentró un poco, confiada de que no le pasaría nada, Joshua salió de las sombras cuchillo en mano. La tapó la boca por detrás mientras su puñal se hundió en el cuello. La pobre mujer ni siquiera pudo reaccionar antes de que el cuchillo se le volviera a clavar rápidamente en la garganta cercenando sus cuerdas vocales. Su cuerpo ensangrentado cayó al suelo, empujada hacía un lado con violencia sobre un plástico que evito que la sangre manchara el suelo. Ante la intrigante mirada de su ejecutor, recogió el plástico, la envolvió rápidamente y la metió en el maletero de un coche con matrícula falsa. Joshua inspeccionó sin perder tiempo la zona en busca de algún rastro, al no encontrarlo, se quitó los guantes y se cambió la ropa ensangrentada, la introdujo en otra bolsa que después no tardaría en quemar y se dispuso a salir en su coche con total tranquilidad. La mujer terminó muriendo desangrada poco después en el trayecto hacía un garaje alquilado de Joshua, donde bien equipado se encargaría de extraer y almacenar todo el producto para su posterior consumo. Sin duda había nacido para esto. Pero esta gente no cuidaba bien sus cuerpos. Estaban intoxicados, pocas eran las formas en las cual podía aprovechar su carne sin que el propio Joshua cayera envenenado por alguna ETS o su sabor a químico. El caníbal terminó cansándose de esforzarse tanto en planes para tan poco beneficio. Subió el listón y fue a por otro tipo de personas. No obstante, estas víctimas no eran tan sencillas. Poco le importó, sabía que lo único que tenía que hacer era seguir sus planes y no dejarse llevar por su avaricia. Con el tiempo las desapariciones de Baltimore empezaron a hacerse eco a nivel nacional, la histeria de un posible asesino en serie que no dejaba los cuerpos de sus víctimas empezó a cobrar fuerza y Joshua se quedó sin zonas en las cuales cazar. Podría haberlo intentado, pero hubiera sido demasiado peligroso y por lo que a él respecta, residir en un psiquiátrico de por vida a base de drogas que inhibieran sus capacidades no era una opción. Por lo tanto, hizo lo que cualquiera con dos dedos de frente hubiera hecho. Mudarse de ciudad. Necesitaba un sitio lo bastante alejado como para que las noticias de sus actividades no fueran preocupantes, pero no lo bastante como para aprender un nuevo idioma. Después de muchas horas observando cada ciudad del mapa lo tuvo claro. Los Santos. A sus 33 años, Joshua se encuentra en la zona Norte de Los Santos, cobijado en su rustica casa, sin llamar la atención, como un nuevo vecino más, observando y pensando quien será su próxima víctima.. Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): Nombre: Joshua Blake Edad: 33 años Orientacion Sexual: Heterosexual Nacionalidad: Estadounidense Color de ojos: Azul claro Color de pelo: Moreno Altura: 1.82 m Peso: 74 kg Color de piel: Caucásico Tatuajes: No. Profesión: En paro Estudios: Doctorado en medicina
  2. Soy uno de los ganadores del concurso ''Convénceme'. ? Nombre y Apellido que vayas a usar ingame: Joshua Blake Edad y fecha de nacimiento (REAL): 24 años, 01/03/1995 Experiencia previa en roleplay: Horas de puro stream y pequeñas pachangas con amigos en juegos de mesa. Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, procedencia, qué pretende ser, aspiraciones, miedos etc...): Joshua Blake, niño nacido con el prominente coeficiente intelectual de 130 en el año 1987 en la ciudad de Richmond, Virginia. Genio desde la infancia, tuvo una vida fácil y sin mayores obstáculos. Buena familia, buenos amigos, buena casa, ... la vida de Joshua hasta la adultez transcurrió de una manera bastante aburrida mientras se dedicaba a sacarse su carrera de medicina, lo único que le llamaba un poco la atención. Anatomía, fisiología humana, biología celular, genética, patología, inmunología, farmacología... ninguna asignatura era dificil para su alto entendimiento de las ciencias, cosa que provocó que se sacara la carrera con los más altos honores. Tras su graduación en la Commonwealth de Virgina a los 18 años, se le profetizó un futuro tan prometedor que todas las empresas privadas se peleaban por tenerle entre sus filas. Finalmente se decantó por ejercer de cirujano en el hospital privado mas prestigioso de Estados Unidos, el Johns Hopkins en Baltimore. Tras la mudanza a Maryland y residir allí unos cuantos años, no tardó en destacar como uno de los matasanos mas sobresalientes en los quirófanos. Tanto, que el hospital confiaba en sus habilidades para solventar los casos mas graves. No obstante, los logros de su carrera no era algo que le llenaran el vacío que sentía por dentro. Ya había probado absolutamente de todo y nada funcionaba, desde orgías multitudinarias realizadas gracias a la fortuna que cobraba hasta la adrenalina de situaciones entre la vida y la muerte. Necesitaba hacer algo, pero no sabía el qué. Un día mientras realizaba un proceso rutinario de extraer los órganos servibles de un donante que acabó en el hospital por un terrible accidente de trafico, se percató de que su interior hecho papilla no servía para nada a estas alturas, exceptuando su riñón derecho. Antes de procesarlo para utilizarlo en un futuro, se quedó mirándolo detenidamente. Siempre había sentido esa atracción sobre los órganos humano. Su forma, textura, tacto, color... era igual que una urraca con los objetos brillantes. Era muy tarde y sólo el asistente que le ayudó con el cuerpo se encontraba en la habitación. Fingiendo una amabilidad inexistente por su estado de cansancio, le dijo que se marchara mientras él acababa con el papeleo. Agradecido, se marchó, muy posiblemente a dormir, dejando a Joshua sólo con el riñon. En ese tiempo se le ocurrió una idea, algo tan atípico que a un ser humano corriente no se le hubiera ocurrido. Sin pensarlo dos veces, le dió un pequeño mordisco al órgano. Un sentimiento maravilloso floreció en el cirujano. Al tiempo que masticaba y saboreaba con alevosía el pedazo de carne cruda, una sonrisa inundó el rostro de Joshua.. Al darse cuenta de lo que había hecho, sólo tuvo que mentir en los informes, estampar su firma, realizar los debidos formularios en el ordenador y el riñón que había extraído ya no existía. Sólo tuvo que coger un tupper de la sala de descanso, guardarlo y al acabar su turno llevárselo a casa. Casi una semana le duró aquel regalo del accidentado en su nevera, hasta que después de muchos tutoriales de cocina en youtube se decidió a cocinarlo como un riñón de animal cualquiera. Un bocado de su estofado de riñón y pudo corroborar su teoría. Esto era lo que había estado buscando durante tanto tiempo. La felicidad de comer carne humana. Desde que se levantaba hasta que se acostaba, no paraba de pensar en el sabor de otras partes del cuerpo humano. Intento luchar contra sus instintos, al fin y al cabo el canibalismo y las practicas con las que conseguía sus preciados productos era algo bastante ilegal. No obstante, se cubrió bajo el argumento de que si el resto de la sociedad no comprendía su fetiche no era mas que una prueba de su bajo nivel de inteligencia, al fin y al cabo, el seguía siendo un genio. ¿Por qué existían auténticos complejos masificados de industria ganadera y en ninguno de ellos se engordaban humanos? ¿Tanto miedo tenía el ser humano a estar al mismo nivel que el resto de los animales de la naturaleza? A Joshua le daba igual, el tan solo quería comer su carne. Por suerte, gracias a su trabajo conseguir más alimentos que saciaran sus necesidades era relativamente sencillo. Nunca le pillaron y en realidad, nunca lo hubieran hecho. Paralelamente, el hospital se vio inmiscuido en una trama de trafico de órganos, en el que irónicamente Joshua no tenía nada que ver. Fue una noticia a nivel internacional y después de muchas multas, pruebas y juicios, el hospital tuvo que cerrar y Joshua fue despedido. En realidad, gracias a su curriculum, Joshua no hubiera tenido problemas en encontrar trabajo en otro hospital, pero el ya no quería seguir trabajando en la medicina. Por fin había encontrado su meta en la vida y no pensaba perder ni un minuto mas de su tiempo en hacer otra cosa que no fuera comer humanos. Por otro lado ahora Joshua se enfrentaba a varios problemas ahora, si quería seguir tendría que buscar nuevas maneras que obtener la carne que tanto ansiaba. El mercado negro no era una opción, demasiado caro y gente implicada. Tras mucho pensarlo y darle vueltas, la única solución era mancharse las manos. Gracias a ala sociedad americana en la que vivía, muchas eran las personas sin nombre que habitaban en los oscuros callejones de los barrios bajos. Gente que no importaba si vivía o moría, vagabundos, prostitutas, drogadictos... muertes fáciles de tapar en la sociedad, presas sencillas a las que poner cebo y que no dejaran ningún rastro ni llamaran la atención. En su primer asesinato ni siquiera le tembló el pulso. Todo estaba pensado, un plan sin tapujos perfectamente ejecutado. Había nacido para esto. Pero esta gente no cuidaba bien sus cuerpos. Estaban intoxicados, pocas eran las formas en las cual podía aprovechar su carne sin que el propio Joshua cayera envenenado por alguna ETS o su sabor a químico. El caníbal terminó cansándose de esforzarse tanto en planes para tan poco beneficio. Subió el listón y fue a por otro tipo de personas. No obstante, estas victimas no eran tan sencillas. Poco le importó, sabía que lo único que tenía que hacer era seguir sus planes y no dejarse llevar por su avaricia. Con el tiempo las desapariciones de Baltimore empezaron a hacerse eco a nivel nacional, la histeria de un posible asesino en serie que no dejaba los cuerpos de sus victimas empezó a cobrar fuerza y Joshua se quedó sin zonas en las cuales cazar. Podría haberlo intentado, pero hubiera sido demasiado peligroso y por lo que a él respecta, residir en un psiquiátrico de por vida a base de drogas que inhibieran sus capacidades no era una opción. Por lo tanto, hizo lo que cualquiera con dos dedos de frente hubiera hecho. Mudarse de ciudad. Necesitaba un sitio lo bastante alejado como para que las noticias de sus actividades no fueran preocupantes pero no lo bastante como para aprender un nuevo idioma. Después de muchas horas observando cada ciudad del mapa lo tuvo claro. Los Santos. A sus 33 años, Joshua se encuentra en la zona Norte de Los Santos, cobijado en su rustica casa, sin llamar la atención, como un nuevo vecino más, observando y pensando quien sera su próxima victima.. .Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional): Aquí dejo el vídeo con el cual gané el concurso y con el cual he creado este personaje a modo de resumen de cómo llevarlo a cabo, pese a que su historia oficial (la que escribo arriba) he decidido mejorarla para que quede más realista.
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