Nombre y apellido: Alejandro Alarcón
Edad y fecha de nacimiento: 26, 04/01/1993
Experiencia previa en Roleplay: 7 meses roleando en otro servidor.
Historia del personaje:
Nombre: Alberto
Apellido: McIntyre
Nacionalidad: Australiana, Española
Edad: 26
Personalidad: Responsable, Pre meditador, Calculador,Orgulloso.
Actitud: Observador, estratega y leal a sus principios.
Miedos: A fracasar en sus proyectos y al rechazo personal.
Alberto nació en una ciudad costera del sur de Australia llamada Adelaida. Pertenecía a una familia adinerada ya que sus padres poseían una empresa de tapones de bolígrafo.
La empresa se expandió hacia españa y por motivos de viajes constantes entre Australia y España aprendió a hablar Castellano.
Una noche viajaba con sus padres y hermano en el coche, sufrió un accidente de tráfico y quedó totalmente inconsciente durante toda la noche. Al día siguiente al despertar se encontró solo en un hospital, nadie le propinaba ningún tipo de información sobre sus padres o hermano. Tras pasar unos días, finalmente el médico consiguió reunir a los 2 hermanos, Andy y Alberto, tras hablar con ellos las noticias que recibieron no fueron buenas... Los padres no podían hacerse cargo de los hijos ya que la empresa familiar estaba en total bancarrota y endeudada desde hacía un tiempo y finalmente tanto Alberto como Andy acabaron en un orfanato.
El trato del orfanato era duro y complicado, a pesar de que lo lógico hubiese sido que recibieran un trato amable por parte del centro, pasó todo lo contrario, tenían duras obligaciones tales como turno de cocina, turno de limpieza de ropa, estudios y demás quehaceres.
Al principio Alberto tomó el rol de hermano mayor sobre su hermano pequeño, a fin de cuentas siempre ha sido el hermano responsable entre los dos. Poco a poco conocieron a una chica japonesa llamada Yuri, los dos hermanos tenían una relación muy buena con ella, pero fue el pequeño de los dos el que mas trato tenía con ella, pasaban mucho tiempo juntos y hacían prácticamente cualquier cosa los tres juntos.
Mientras que Alberto jamás rompía las normas, siempre era responsable con todas sus obligaciones y nunca tuvieron que darle un toque de atención, el pequeño Andy era todo lo contrario. Las semanas pasaban y la relación entre los dos hermanos cada vez era mas tensa, Alberto se cansaba de recriminar el mal comportamiento de Andy, y este estaba cansado de recibir siempre las mismas reprimendas por parte de su hermano.
Una noche Alberto se dio cuenta de que su hermano no estaba en la cama y se preocupó mucho. Al amanecer apareció con claros signos de embriaguez y la discusión que se generó fue mayúscula, nunca jamás habían discutido tanto y la relación entre los hermanos se rompió prácticamente por completo.
A los 16 años Andy decidió escaparse de ese orfanato para siempre, solo y sin avisar a nadie, Alberto se quedó solo en el orfanato y con una gran pena por no haber podido cuidar lo suficiente de su hermano.
Pasaron los meses y Alberto cumplió los 18 años, esa ansiada edad en la que por fin podía sentirse libre y salir de ese orfanato que daba mas una sensación de cárcel que de hogar. Ahora empezaba la aventura real de su vida, un chico con las ideas muy claras,responsable, con una gran ambición de conseguir las metas que planeó durante mucho tiempo pero sin nada a lo que aferrarse, ni tan siquiera un techo dónde refugiarse.
Alberto siempre soñó en ser parte del cuerpo policial de los Estados Unidos de América, imagino que por ver tantas películas policíacas , las cuales, era capaz de ver 2 veces por semana y nunca aborrecerlas. Pero todo eso era un sueño que estaba muy lejos, primero debía ver que hacer en un futuro inmediato.
Pasó varias semanas en la calle, malviviendo y mendigando para sobrevivir, pero eso no le mermó ni un poquito las ganas de cumplir sus objetivos y siguió luchando para encauzar su vida de la manera mas honrada posible.
Encontró un trabajo temporal, trabajaba en el aeropuerto cargando maletas , no era el trabajo de sus sueños y estaba mal remunerado, pero le servía de motivación cada vez que veía uno de esos aviones para seguir esforzándose día a día para conseguir el dinero necesario para pagar un billete a EEUU y poder seguir sus sueños.
Poco a poco pudo alquilar un piso cochambroso y su calidad de vida fue mejorando, pero se sentía muy solo y pensaba mucho en su hermano Andy, ya que la manera en que se separaron fue muy inapropiada por ambas partes. Un día Alberto se armó de valor y llamó al teléfono que tenía de Andy, con la esperanza de que no hubiese cambiado... un tono... dos tonos... y así hasta que la voz de su hermano contestó al otro lado de la línea...
-A....Al....Alberto? - Andy?. Tras una larga y tensa conversación, Alberto se llevó una gran sorpresa... Andy estaba en EEUU y seguía haciendo de las suyas, siempre fue un chico movido y danzaba en la línea de la legalidad. Se dedicaba a los robos de vehículos para su venta en el mercado negro.
Pasaron las semanas y el contacto con su hermano era constante en el tiempo, no era gran cosa y se notaba la tensión entre los dos, pero al menos había contacto. Fue ahorrando el suficiente dinero como para poder comprar los billetes y mantenerse mínima mente allí y decidió que era el momento de hacer realidad su sueño. Se armó de valor, cogió sus pocas pertenencias, el poco dinero que tenía ahorrado y se subió a ese pájaro de metal gigante que le proporcionaba la oportunidad de cumplir todos sus sueños. Decidido, tras mucho premeditar, llegó a la conclusión de que era el momento idóneo para luchar por su sueño de ser sheriff y a su vez, retomar el contacto con su hermano y llevarlo de vuelta al lado de la legalidad.
Alberto llegó a la ciudad de Los Santos, apareció en el aeropuerto y sintió la misma sensación que al salir del orfanato, soledad, desorientación y algo de miedo.
Lo primero que hizo fue hacer dedo, esperando que algún alma caritativa le acercara a la ciudad, tras varios minutos , un taxista que le venía de pasó, le hizo el favor de subirle y le acercó al centro.
Ese mismo día, con su mapa en mano, se presentó en la comisaría de policía preguntado por las oposiciones, estos le respondieron que debía hacer un curso preparatorio para poder opositar y no dudó ni un instante en apuntarse. Solo había un problema en todo esto, el dinero...
Alberto llegó con un presupuesto cuanto menos ajustado y el curso preparatorio de las oposiciones era realmente caro, por lo tango sus cálculos se vieron completamente mermados. Se encontró como en sus peores momentos, sin músculo financiero para pagar un alojamiento, pero con su sueño y ideas fijas comos siempre.
Empezó a buscar trabajo como un loco, y por fortuna no tardó en encontrar un puesto de transportista, volvía a estar mal remunerado pero le servía para poder pagar los estudios.
Tras tener ese tema atado, fue cuando procedió a llamar a su hermano para retomar el contacto. Quedaron en una cafetería del centro, tras charlar varias horas que pasaron como minutos, Andy le ofreció a Alberto que se quedara en su casa, ya que obviamente no tenía donde quedarse a lo que Alberto aceptó sin dudarlo.
Actualmente la relación entre los hermanos sigue siendo distante, ya que Alberto sigue siendo el mismo chico responsable y Andy el mismo cabra loca de toda la vida, pero poco a poco va mejorando. Por otro lado Alberto sigue preparándose para cumplir su sueño policíaco.
