Nombre y Apellido que vayas a usar ingame (ej: Javier Perez): Carolina Maloney
Edad y fecha de nacimiento (REAL): 29 años 07/07/1990
Experiencia previa en roleplay: Alguna vez he roleado en juegos de mesa. En cuanto al online la experiencia que poseo es la de espectadora durante 4-5 meses en streams de diversos servidores GTAv, entre ellos, Despistaos.
Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, de dónde viene, qué pretende ser, sus aspiraciones y sus miedos etc...):
La historia de Carolina Maloney comienza en el año 2000 en el municipio irlandés de Kilkenny, un lugar muy característico por sus edificios medievales.
Su madre, Sofía, de origen español, era una joven curiosa que dedicó gran parte de su vida a los libros y a estudiar historias de diferentes reinados del mundo, cosa que la llevó hasta Irlanda, donde tenía pensado permanecer un año para terminar cierto doctorado sobre Historia Medieval. Ella era habitual de la cafetería La Coco, donde pasaba sus tardes ensimismada en sus estudios… pero una tarde, un joven apuesto irlandés, se acercó a su mesa para devolverle un libro que había dejado caer accidentalmente y en ese momento sus miradas conectaron. Ella sintió algo que nunca había sentido y le cambiaría la vida… el comienzo de su historia de amor con el padre de Carolina.
Su padre se llamaba Adam, un hombre unos años mayor que su madre, apuesto y con un aire de misterio. Él era ingeniero biomédico y su trabajo se basaba en el estudio y desarrollo de productos relacionados con la mejora de ciertos fármacos. El encuentro con Sofía fue cosa del destino, ya que él se encontraba unos días en esa misma ciudad por un seminario sobre unas nuevas máquinas de conservación de fármacos que iban a introducirse en la industria.
Tras conocer a Sofía, decidió que quería estar con ella, por lo que hizo todo lo que estaba en su mano para conseguir un nuevo puesto de trabajo en la ciudad en la que se conocieron. Al principio no tuvo éxito y tuvieron que vivir su aventura amorosa separados por la distancia, pero a los pocos meses consiguió un traslado de la sucursal donde él se encontraba a la de Kilkenny.
Durante el noviazgo de sus padres todo era felicidad y parecía que nada podría salir mal, pero Adam ocultaba un gran secreto que le sería desvelado a su futura hija más adelante. Sofía acabó sus estudios y encontró trabajo como historiadora dedicándose a estudiar diversos archivos antiguos que ocultaban partes de historias sin desvelar y mientras, su novio Adam, seguía trabajando en su campo. Ganaban bastante dinero y tras ahorrar unos años pudieron comprarse una bonita casa en las afueras, alejándose del núcleo urbano, donde poder descansar después de los largos días de trabajo.
Ocho año después de relación nació Carolina, fruto del amor de la pareja. Se crió bajo los valores de la educación, humildad y trabajo duro ya que sus padres querían que fuera una mujer fuerte e independiente en el futuro y aunque ellos tenían buenos recursos económicos, no les gustaba vivir en el lujo evitando de esta manera, malcriar a su única hija.
Desde que nació, la pequeña Carolina era curiosa y valiente, tenía interés por todas las cosas y desarrolló un alto intelecto llegando a sorprender a sus padres. Aparentemente no le temía a nada y adoraba a los animales, le parecían seres fascinantes que observaba desde la distancia para no sufrir ninguna sorpresa desagradable. Cuando sus padres se dieron cuenta, apenas sin pensarlo, adoptaron a un cachorro de dálmata de un refugio para que acompañase a la pequeña durante sus aventuras y la protegiera en caso de peligro.
Su infancia la pasó estudiando en un colegio público en donde sacaba buenas calificaciones sin problemas ya que era una buena estudiante, aunque los estudios no le resultaban tan divertidos como el descubrir nuevas plantas y animales en los alrededores de su municipio. Se sentía más feliz explorando nuevas zonas y rutas con su dálmata llamada Milky que pasando tiempo con los niños de su escuela.
Cuando cumplió siete años empezó a interesarse por otro tipo de hobbies: la música, la economía y el deporte. Se pasaba el día enganchada a su teléfono móvil que le habían regalado sus padres para utilizar en caso de emergencias, pero ella lo usaba más como reproductor de música. Su afición por el mundo económico vino a raíz de la primera paga que recibió de sus padres para sus gastos. Ella veía fascinante el poder que podía tener el dinero en ciertas ocasiones y siempre ahorraba todo lo que conseguía en una hucha con forma de delfín que recibió en uno de sus cumpleaños.
La vida de Carolina fue un poco monótona durante su infancia, era una chica muy madura para su edad y no se divertía con juguetes ni con los otros niños, por ello empezó a darle un poco de actitud y diversión a su día a día realizando diferentes deportes, sin mostrar demasiado interés por alguno en concreto.
Sus padres querían apuntarla a diversas actividades extraescolares pero ella no estaba interesada en estar con otras personas, sentía un poco de agobio y ansiedad al estar rodeada de personas de su edad hablando, como ella pensaba, cosas trascendentales.
Cuando empezó el instituto, ya era una chica que llamaba la atención, era una chica bastante bonita pero a ella no le interesaban esas cosas tan superficiales… Algunos chicos y chicas se acercaban a ella para entablar amistad con ella pero sin éxito alguno ya que ella se mostraba fría y distante. Mientras el resto de compañeros se dieron por vencidos y pasaron de ella por no mostrar interés alguno, existía un chico que no se rendía, se llamaba Ryan y él estaba dispuesto de cualquier manera conseguir acercarse a Carolina.
Ryan la esperaba al salir de clase para volver a casa juntos, siempre se acercaba a ella en los descansos de clase, incluso se ofrecía voluntario para realizar las actividades de pareja durante las diversas actividades grupales de las asignaturas. Tras ver tanto ímpetu e interés Carolina empezó a verlo con otros ojos y permitió abrirse poco a poco hacia el joven, volviéndose de esta manera mejores amigos.
Desde los 11 años hasta los 14, dedicaban mucho tiempo juntos a explorar, charlar, practicar sus hobbies entre ambos, estudiar juntos y competían por ver quién de los dos obtenía las mejores calificaciones en las asignaturas y se retaban en diversas actividades y pruebas que acababan siempre en risas y diversión.
A los 14 años Ryan consiguió ingresar en un equipo de fútbol y Carolina, para no quedarse atrás y separarse de él, hizo las pruebas de animadora para el mismo equipo, las cual pasó sin problema y asombró al resto de sus amigos. Durante los dos próximos años juntos siguieron viviendo numerosas experiencias y complementándose el uno al otro convirtiéndose en dos jóvenes muy maduros. Todos pensaban que eran pareja puesto que la complicidad existente entre ambos era asombrosa y eso causaba alguna rencilla entre los pretendientes que iban surgiendo para ambos, desembocando a veces en momentos un tanto desagradables.
A los 16 años la relación entre Ryan y Carolina comenzó a desestabilizarse. Entre las apretadas agendas de los entrenamientos y el estrés por mantener buenas calificaciones, además de conservar su gran amistad al mismo nivel, ambos tuvieron que hacer ciertos sacrificios personales que empezaron a causar rencillas entre los dos. Algunos compañeros del equipo de Ryan se transformaron en malas influencias y lo sumergieron en el mundo de la drogadicción mientras que Carolina pasaba malos momentos debido a que su amiga perruna Milky había caído enferma y no se recuperaba.
El intento de buscar apoyo en Ryan hizo que Carolina descubriera el problema que éste tenía y le plantó cara para que parase de consumir sustancias que no le causaban ningún bien. La carga que sentía Carolina por pensar que dentro de poco perdería a su primera amiga Milky más el intento de buscar una solución hacia los problemas de Ryan generaron numerosos conflictos entre ambos. Él estaba seguro de que todo lo tenía controlado pero cada vez caía más en un abismo que en los próximos meses le pasarían factura. Carolina hundida y viendo que su mejor amigo iba a peor, fue a hablar con los padres para buscar una manera de pararle, contándoles todo lo que le pasaba y haciendo que él entrase en cólera, por contar su ‘problema’, haciendo que la amistad sufriera una ruptura temporal, lo que llevaría a ambos a sumirse en una espiral de sufrimiento y dolor.
Tras pasar unos meses apenas sin hablar y evitándose de manera muy melancólica Carolina decide escribirle una carta y dejarla en la taquilla de Ryan expresando cómo se siente y cuánto le extraña dejándo bien claro que ella no quiere seguir fuera de su vida. Al final de la carta le pide encarecidamente que acudiese ese mismo día por la tarde al lugar favorito de ambos, un mirador en el que se podía apreciar de manera mágica la puesta del sol, para poner fin de una vez por todas a sus problemas.
El reencuentro fue emotivo y estuvieron horas hablando sobre el origen de lo sucedido buscando la manera de solucionarlo. A mitad de la conversación Ryan le confiesa que ha decidido irse a una escuela militar situada a 500 kilómetros de distancia para superar su problema con las drogas, y que éste sería su último curso con ella. Carolina, llena de lágrimas por la impotencia de no haber podido ayudar a su amigo, le promete que nunca lo va a abandonar y que algún día volverán a reencontrarse y recordarán todos estos momentos con una sonrisa.
Acabándose el último mes del curso y celebrando el último cumpleaños de Ryan juntos, las tragedias no acababan para Carolina, tuvieron que sacrificar a su perra Milky porque ya no tenía esperanzas para la recuperación, el animal sufría y era hora de darle paz y tranquilidad. Una semana más tarde llegó el día de la partida de Ryan, aunque prometieron escribirse e-mails, llamarse, y dedicar todo el tiempo posible a mantener su amistad a distancia, ambos sabían que iba a ser muy complicado.
Como regalo de despedida, él le entregó a Carolina una caja donde habían 2 cartas con fechas específicas para leerlas, un collar que ella nunca se quitaría y una foto de ambos juntos… Mientras que Carolina le regaló una pulsera con su nombre y el primer peluche que Ryan le entregó como gesto de amistad. Con la partida del que era su mejor amigo y con muchas promesas realizadas entre ambos, Carolina leyó una de las cartas que le había dejado, donde le declaraba su amor imposible y siguió su vida como si él siguiera con ella.
Llegando a los 18 años Carolina se graduó del instituto y decidió que quería estudiar la carrera de Administración y Dirección de empresas teniendo el apoyo y aprobación de sus padres. Ellos sentían que su hija necesitaba salir de Irlanda y tener nuevas experiencias, por ello decidieron mandarla a una universidad en San Francisco para que saliera de su zona de confort, tuviera otros puntos de vista sobre cómo es el mundo e hiciera nuevas amistades. Ella al principio fue un poco reluctante a la idea de separarse de su lugar de origen, pero tras un poco de insistencia de sus padres se lanzó a la aventura. En esos momentos Carolina rebosaba de felicidad porque su pasión por la economía iba a convertirse en su futuro profesional y tenía magníficas ideas como emprendedora.
Meses después de empezar el curso universitario, recibió una llamada de su madre, con la que hablaba a diario, sobre el estado de salud de su padre. Llevaba tiempo enfermo de cáncer pero ella no supo nada hasta ese momento, ya que sus padres se lo ocultaron para evitar preocuparle en su primer año de carrera. Cuando ella se enteró ya era demasiado tarde y su padre se encontraba en una cama hospitalizado esperando la llegada de su final. Cogió el primer avión que salía a Irlanda a estar con su padre tras enterarse de la noticia. Se encontraba en un estado muy avanzado de la enfermedad y en una noche de hospital iba a declarar a su hija su secreto más profundo. Él estaba con otra mujer antes de conocer a su madre, que tuvo la cobardía de abandonar por insufribles problemas domésticos que no se solucionaban de ninguna manera, pero lo más importante era que tuvo un hijo con ella, un hermano mayor desconocido para Carolina. Quedó en shock por la noticia pero no concebía la idea de que tuviera un hermano mayor que ella del cual poseía información alguna. Al día siguiente su padre falleció sumiendo a Carolina en un gran dolor y tristeza. Tuvo lugar el luto y la última despedida de los restos mortales de su padre, volvió a San Francisco para seguir con sus estudios y convertirse en una persona de la que su padre se sintiera orgulloso.
Pasando el año y llegando a las vacaciones de Navidad del 2019, decide contarle a su madre las últimas palabras de su padre, pero ella sorprendida niega saber nada al respecto a ese tema… pero sí que le dejó una pista de que quizás uno de los mejores amigos de su padre podría saber algo. Este hombre trabajaba en Belfast pero estaba de vacaciones reunido con su familia en Kilkenny. Se puso en contacto con él para verse en persona y pudo obtener algo de información al respecto. Le dijo que sí que sabía de la existencia de su ‘hermano’ y que hacía un par de semanas se lo encontró en la misma ciudad preguntándole todo lo que sabía sobre ella, pero desgraciadamente, su padre le hizo prometer que no le diría nada, por lo que el supuesto hermano no lo tendría fácil para encontrarla. El último dato que Carolina supo fue que su hermano estaba buscándola en los EE.UU y que iba a empezar por la ciudad de Los Santos.
Tras pasar las vacaciones con su madre y amigos… decidió pausar sus estudios universitarios, recoger sus ahorros y pertenencias para ir a buscar a su hermano en la ciudad de Los Santos, donde tiene toda la esperanza de encontrarlo, conocerse, poder entablar una relación y sobre todo recuperar, de alguna manera, todo el tiempo perdido.
Rasgos: Pelo largo rubio apagado tirando a castaño, piel de color blanca, estatura entorno a 1,70 y peso 54kg. Ojos color verdes tirando a marrón. En cuanto a condición física se cuida y está bastante en forma debido a sus entrenamientos de adolescente en el equipo de animadoras y todos los deportes realizados a lo largo de su vida.
Aspiraciones: encontrar el paradero de su hermano y entablar una relación de parentesco con él. Cumplir su promesa a Ryan de conocer gente nueva en la que poder confiar. Continuar y terminar sus estudios universitarios en algún momento. Obtener cierta experiencia laboral en el mundo de los negocios y poseer algún día el suyo propio. Tener un buen colchón económico para tener sus propios caprichos y ayudar a sus amigos más cercanos en momentos de necesidad.
Miedos: el no dar con el paradero de su desconocido hermano. Las arañas y todo lo relacionado con las películas de horror y terror. El volver a encerrarse en su mundo y no ser capaz de abrirse a nadie. No ser independiente y no poder valerse por sí misma. No experimentar el sentimiento del amor.
Interpretación: en principio Carolina será una chica un poco extrovertida, que intentará buscarse un hueco en la ciudad. Será confiada e inocente hasta cierto límite sin llegar a ser tonta, ya que la vida nunca le ha puesto trabas en las relaciones sociales sino las que ella misma se imponía durante su niñez. La evolución del personaje irá en base a los sucesos y acontecimientos que le vayan ocurriendo en su estancia en Los Santos, siempre intentando mantener una sonrisa y simpatía natural. Tendrá un carácter fuerte y cuando la hagan enfadar sacará su actitud pasota y tajante.
.thumb.png.1b06ab3e09a91aee379cbb8608e4284f.png)
.thumb.jpg.4dece57aabc7c4f20240770e3513043d.jpg)
.png)
