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BorjaDrift

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    Dylan Ray

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  1. Perfil: https://despistaos.es/profile/30373-misaki/
  2. Nombre y Apellido: Dylan Ray. Edad y fecha de nacimiento (REAL): 21 Años, 12/07/1998. Experiencia previa en roleplay: 1 año y medio en AdictosRP (3 bandas y 2 mafias), 1 mes en ForasterosRP (como civil haciendo algún trapicheo). Historia: Dylan era el mayor de cinco hermanos, vivía con su familia en El Bronx en la ciudad de New York. A pesar de ser una familia humilde estaban muy unidos. Su piel morena hacia destacar sus grandes ojos verdes y a sus 12 años se podía apreciar que de mayor iba a ser un chico atractivo. Era un niño aplicado en sus estudios, le gustaba ir a clase e ir con sus amigos en bici por el barrio. Como sus padres trabajaban mucho, él tenía que cuidar a sus hermanas menores. Una tarde de sábado se encontraba con ellas jugando cerca de su casa, cuando en un despiste una de sus hermanas se abalanzó sobre la carretera para coger una pelota que se le había escapado. Dylan consiguió apartarla de la carretera justo cuando un coche se aproximaba a ellos con tan mala suerte que lo golpeó dejándole inconsciente en la carretera. Fueron meses de recuperación tanto para el como para su familia, al menos el único recuerdo que tendría de aquel accidente sería una cicatriz que abarcaba desde el muslo hasta el tobillo. Aun así, el seguía teniendo un carácter extrovertido y al ser su único hijo varón, hacía que fuese el ojo derecho de su padre. Le encantaba el mote que usaba la gente para referirse a él, al ser un hombre grande, fuerte y cariñoso le llamaban Teddy. Su padre le quería con locura, jugaban juntos, le enseñaba a cómo comportarse, era el hombro para llorar cuando algo le iba mal, era un hombre trabajador, en resumen, para Dylan su padre era todo un héroe y siempre podías contar con él, o eso pensaba. Lo que no sabía es que su padre estaba cargado de deudas por culpa del juego y estaba en graves problemas. Y como suele pasar en estos casos, una noche su padre no volvió a casa. Pasaron varios días y el padre seguía sin aparecer, hasta que un día recibió la trágica noticia: Había sido encontrado muerto y por lo que dijeron fue un ajuste de cuentas. Dylan no podía creer lo que estaba pasando, todo lo que creía de su padre era falso. Eso hizo mella en el carácter de Dylan y cambio totalmente de ser un chico extrovertido y amable a buscar problemas y distanciarse de su familia. A consecuencia de todo lo que le había pasado y sumado a que vivía en un barrio problemático, con 16 años tuvo su primer percance con la policía. Como cada día él se dedicaba a trapichear con pequeñas cantidades de droga, se encontraba yendo a entregar una pequeña mercancía a uno de los yonkis de la zona cuando aparecieron dos coches. De ellos bajaron cuatro hombres bien vestidos, se acercaron a Dylan y le esposaron leyéndole sus derechos. Dylan estaba atónito, sabes que en algún momento te pueden pillar, pero con la ingenuidad de la juventud no piensas que te vaya a pasar a ti. Le interrogaron y gracias a que no llevaba una cantidad muy grande todo quedó en un susto y una buena multa, pero eso no bastaría para que Dylan siguiese haciendo estos trabajillos. Incluso la adrenalina de haberse visto en esta situación le gustaba. Pasaron los años y Dylan era todo un joven esbelto de 25 años, su carácter seguía siendo el mismo que al morir su padre. Se juntaba con un grupo de amigos de su mismo estilo, tenía facilidad para interactuar con la gente y tenía madera de líder. Su día a día se basaba en trapichear, robar a gente y buscar problemas allá donde fuese. Su mejor amigo Ángel era un empedernido del juego, a Dylan el juego le daba un poco igual, pero un día decidió acompañarle a una timba. Las partidas se realizaban en partes traseras de bares del barrio. A parte de las apuestas corría el alcohol y las anécdotas. En una de las partidas dos hombres estaban alardeando sobre quien de los dos era más duro tratando a la gente que no les devolvía su dinero. De repente apareció un nombre, Teddy. Dylan no podía creerlo, ¡estaban hablando de su padre!. En el fondo Dylan siempre había tenido la esperanza de que su muerte no hubiese sido causada por un ajuste de cuentas, al fin y al cabo, era un hombre humilde y trabajador, saber la verdad fue como una puñalada en el corazón. Sentía como empezaba a crecer dentro de él una rabia que no había conocido nunca, ya no solo por el hecho de que su padre fuese otra persona totalmente diferente a la que creía, sino porque justo enfrente estaba su asesino. Esa misma noche, Dylan le contó todo a Ángel. Estuvieron hablando varias horas y Ángel que siempre había sido una persona muy echada para adelante convenció a Dylan que lo mejor era vengar a su padre. Lo primero que tenía que hacer Dylan era introducirse en el mundo para no levantar sospechas, aprendió todo lo necesario para ser un buen jugador, eso le facilitaría acercarse más a ese hombre. Pasó varios meses jugando en las timbas, acercándose al asesino de su padre, un hombre de mediana edad, alto, corpulento y con una curiosa cicatriz en la mejilla, se hacía llamar Rookie. A Rookie, Dylan le cayó en gracia, se veía un poco reflejado en el cuando era joven y le propuso entrar en su negocio. Dylan estaba contento con los resultados que estaba obteniendo, estaba dentro del mundo del asesino de su padre y pronto llegaría la venganza. Rookie confiaba mucho en Dylan, en ningún momento pensó que su asesino estaría tan cerca de él. El nivel de trabajo de Dylan subió, tenía todo lo que necesitaba, armas, dinero, información… Solo necesitaba el momento oportuno para llevar a cabo su plan. Pasaron los meses y llegó el día. Era un caluroso día de verano y tenía una reunión con Rookie, era el momento perfecto, estarían solos ellos dos. Dylan sabía de sobra sobre la reunión que iban a tener, llevaba tanto tiempo con él realizando todos los trabajos que le encomendaba y siempre tan leal que solo podía ser una cosa; pedirle que fuese su mano derecha. Llegó puntual, conocía muy bien el sitio en el que estaban, era uno de los muchos locales clandestinos que Rookie tenía. Los nervios de Dylan empezaron a aumentar, tanto que tenía hasta ganas de vomitar, aunque parezca raro Dylan le había cogido un poco de cariño, pero no se dejó engañar por sus sentimientos. El ambiente estaba cargado en el local, hacía mucho calor y las gotas de sudor caían sobre la frente de Dylan, la conversación tornó de informal a más seria. Rookie se levantó de la mesa, miro a los ojos a Dylan y le dijo que para él era como un hijo y por ello quería que fuese su mano derecha en el negocio. Oír a ese hombre decir que era como su padre fue la gota que colmó el vaso, se levantó, sacó el arma, le encañono y le dijo “yo ya tuve un padre y tú le mataste, esto es en su honor”, no lo pensó, apretó el gatillo, el disparo fue certero, cayó de bruces en el piso y Dylan por primera vez en mucho tiempo sintió paz. Salió de allí y eufórico lo primero que hizo fue contárselo a Ángel, al fin y al cabo, era su mejor amigo, nadie pensaría que le pudiese traicionar. Pero a veces hay cosas que es mejor mantener en secreto. Pasaron los días y los secuaces de Rookie querían encontrar a su asesino y como Dylan había escalado tan rápido y la envidia les podía, investigaron todo sobre él. No se sabe si fue por miedo, por dinero o porque no era tan leal como se pensaba, Ángel les contó todo lo que sabía. Rápidamente Ángel quedo con Dylan y le contó lo que había sucedido, entre lágrimas le pidió perdón. Dylan que a pesar de sus muchos defectos era una persona poco rencorosa lo perdono. Dylan tenía que escapar como fuese o el siguiente en morir sería el. Con la ventaja de saber que iban a por él, esa misma noche cogió lo poco que tenía, se despidió de su familia y cogió el primer barco que zarpase. Fueron varios días de viaje y allí conoció a una chica llamada Aylen, no necesitó mucho para enamorarse, al menos algo bueno aparecía en su vida después de tanta tragedia, era un soplo de aire fresco. Nuevo en la ciudad de Los Santos a Dylan lo que mejor se le daba eran los trapicheos, ya que es a lo que se había dedicado toda su vida. A pesar de haber matado a Rookie, también había aprendido mucho de él y pensó en encaminar su vida a su mismo tipo de negocio. Podría empezar con algo pequeño como robos, secuestros… Lo siguiente sería encontrar gente que trabajase para él, con su carácter de líder no le costaría mucho esfuerzo, además tenía a su nueva compañera de vida Aylen que le ayudaría en los pequeños detalles para no ser cazado. Pero esa es otra historia que todavía está por escribir…
  3. Nombre y Apellido: Dylan Ray. Edad y fecha de nacimiento (REAL): 21 Años, 12/07/1998. Experiencia previa en roleplay: 1 año y medio en AdictosRP (3 bandas y 2 mafias), 1 mes en ForasterosRP (como civil haciendo algún trapicheo). Historia: Dylan era el mayor de cinco hermanos, vivía con su familia en El Bronx en la ciudad de New York. A pesar de ser una familia humilde estaban muy unidos. Su piel morena hacia destacar sus grandes ojos verdes y a sus 12 años se podía apreciar que de mayor iba a ser un chico atractivo. Su carácter extrovertido y al ser su único hijo varón, hacía que fuese el ojo derecho de su padre. Le encantaba el mote que usaba la gente para referirse a él, al ser un hombre grande, fuerte y cariñoso le llamaban Teddy. Su padre le quería con locura, jugaban juntos, le enseñaba a cómo comportarse, era el hombro para llorar cuando algo le iba mal, era un hombre trabajador, en resumen, para Dylan su padre era todo un héroe y siempre podías contar con él, o eso pensaba. Lo que no sabía es que su padre estaba cargado de deudas por culpa del juego y estaba en graves problemas. Y como suele pasar en estos casos, una noche su padre no volvió a casa. Pasaron varios días y el padre seguía sin aparecer, hasta que un día recibió la trágica noticia: Había sido encontrado muerto y por lo que dijeron fue un ajuste de cuentas. Dylan no podía creer lo que estaba pasando, todo lo que creía de su padre era falso. Eso hizo mella en el carácter de Dylan y cambio totalmente de ser un chico extrovertido y amable a buscar problemas y distanciarse de su familia. Pasaron los años y Dylan era todo un joven esbelto de 25 años, su carácter seguía siendo el mismo que al morir su padre. Se juntaba con un grupo de amigos de su mismo estilo, tenía facilidad para interactuar con la gente y tenía madera de líder. Su día a día se basaba en trapichear, robar a gente y buscar problemas allá donde fuese. Su mejor amigo Ángel era un empedernido del juego, a Dylan el juego le daba un poco igual, pero un día decidió acompañarle a una timba. Las partidas se realizaban en partes traseras de bares del barrio. A parte de las apuestas corría el alcohol y las anécdotas. En una de las partidas dos hombres estaban alardeando sobre quien de los dos era más duro tratando a la gente que no les devolvía su dinero. De repente apareció un nombre, Teddy. Dylan no podía creerlo, ¡estaban hablando de su padre!. En el fondo Dylan siempre había tenido la esperanza de que su muerte no hubiese sido causada por un ajuste de cuentas, al fin y al cabo, era un hombre humilde y trabajador, saber la verdad fue como una puñalada en el corazón. Sentía como empezaba a crecer dentro de él una rabia que no había conocido nunca, ya no solo por el hecho de que su padre fuese otra persona totalmente diferente a la que creía, sino porque justo enfrente estaba su asesino. Esa misma noche, Dylan le contó todo a Ángel. Estuvieron hablando varias horas y Ángel que siempre había sido una persona muy echada para adelante convenció a Dylan que lo mejor era vengar a su padre. Lo primero que tenía que hacer Dylan era introducirse en el mundo para no levantar sospechas, aprendió todo lo necesario para ser un buen jugador, eso le facilitaría acercarse más a ese hombre. Pasó varios meses jugando en las timbas, acercándose al asesino de su padre, un hombre de mediana edad, alto, corpulento y con una curiosa cicatriz en la mejilla, se hacía llamar Rookie. A Rookie, Dylan le cayó en gracia, se veía un poco reflejado en el cuando era joven y le propuso entrar en su negocio. Dylan estaba contento con los resultados que estaba obteniendo, estaba dentro del mundo del asesino de su padre y pronto llegaría la venganza. Rookie confiaba mucho en Dylan, en ningún momento pensó que su asesino estaría tan cerca de él. El nivel de trabajo de Dylan subió, tenía todo lo que necesitaba, armas, dinero, información… Solo necesitaba el momento oportuno para llevar a cabo su plan. Pasaron los meses y llegó el día. Era un caluroso día de verano y tenía una reunión con Rookie, era el momento perfecto, estarían solos ellos dos. Dylan sabía de sobra sobre la reunión que iban a tener, llevaba tanto tiempo con él realizando todos los trabajos que le encomendaba y siempre tan leal que solo podía ser una cosa; pedirle que fuese su mano derecha. Llegó puntual, conocía muy bien el sitio en el que estaban, era uno de los muchos locales clandestinos que Rookie tenía. Los nervios de Dylan empezaron a aumentar, tanto que tenía hasta ganas de vomitar, aunque parezca raro Dylan le había cogido un poco de cariño, pero no se dejó engañar por sus sentimientos. El ambiente estaba cargado en el local, hacía mucho calor y las gotas de sudor caían sobre la frente de Dylan, la conversación tornó de informal a más seria. Rookie se levantó de la mesa, miro a los ojos a Dylan y le dijo que para él era como un hijo y por ello quería que fuese su mano derecha en el negocio. Oír a ese hombre decir que era como su padre fue la gota que colmó el vaso, se levantó, sacó el arma, le encañono y le dijo “yo ya tuve un padre y tú le mataste, esto es en su honor”, no lo pensó, apretó el gatillo, el disparo fue certero, cayó de bruces en el piso y Dylan por primera vez en mucho tiempo sintió paz. Salió de allí y eufórico lo primero que hizo fue contárselo a Ángel, al fin y al cabo, era su mejor amigo, nadie pensaría que le pudiese traicionar. Pero a veces hay cosas que es mejor mantener en secreto. Pasaron los días y los secuaces de Rookie querían encontrar a su asesino y como Dylan había escalado tan rápido y la envidia les podía, investigaron todo sobre él. No se sabe si fue por miedo, por dinero o porque no era tan leal como se pensaba, Ángel les contó todo lo que sabía. Rápidamente Ángel quedo con Dylan y le contó lo que había sucedido, entre lágrimas le pidió perdón. Dylan que a pesar de sus muchos defectos era una persona poco rencorosa lo perdono. Dylan tenía que escapar como fuese o el siguiente en morir sería el. Con la ventaja de saber que iban a por él, esa misma noche cogió lo poco que tenía, se despidió de su familia y cogió el primer barco que zarpase. Fueron varios días de viaje y allí conoció a una chica llamada Aylen, no necesitó mucho para enamorarse, al menos algo bueno aparecía en su vida después de tanta tragedia, era un soplo de aire fresco. Nuevo en la ciudad de Los Santos a Dylan lo que mejor se le daba eran los trapicheos, ya que es a lo que se había dedicado toda su vida. A pesar de haber matado a Rookie, también había aprendido mucho de él y pensó en encaminar su vida a su mismo tipo de negocio. Podría empezar con algo pequeño como robos, secuestros… Lo siguiente sería encontrar gente que trabajase para él, con su carácter de líder no le costaría mucho esfuerzo, además tenía a su nueva compañera de vida Aylen que le ayudaría en los pequeños detalles para no ser cazado. Pero esa es otra historia que todavía está por escribir…
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