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Invitacio - Troymechanic


kotercillo

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Nombre y Apellido que vayas a usar ingame:  Abdullah Hakme

  Edad y fecha de nacimiento (REAL): 30, 03/08/1989

  Experiencia previa en roleplay: He jugado en Leyendas Urbanas durante aproximadamente 3 meses; además de ser asiduo a canales como Bladecito o CasinoLocos

  Historia completa de tu personaje (cómo lo interpretarás, de dónde viene, qué pretende ser, sus aspiraciones y sus miedos, etc...): 

Natural de Alepo, una de las ciudades más bellas y populares de Siria, Abdullah nace en el seno de una familia religiosa y un tanto desestructurada pues a la ausencia de su padre Abdul, que había perdido la vida trabajando en la petrolera, hizo mella en la familia Hakme. 

De sus tres hermanos, Abdullah encontró su mayor apoyo en su hermano Yaron, un joven decidido, humilde y muy involucrado políticamente. Eran uña y carne, hasta que un buen día, en marzo de 2011, Yaron y sus amigos pintaron unas consignas revolucionarias en un muro escolar. Abdullah tuvo que ver como las fuerzas de seguridad arrestaban a su hermano y lo torturaban sin piedad. Así pues, inspirado por la Primavera Árabe y por todo aquello que su hermano le había enseñado, Abdullah empieza buscar información sobre un pequeño grupo de paramilitar insurgente que cada vez era mas sonado en las calles de Alepo popularmente conocido como Ahrar al-Sham quienes eran famosos por proporcionar servicios humanitarios y ayuda a comunidades locales, ademas de promover el compromiso religioso en la vida cotidiana. 

En 2012 junto a miles de rebeldes con el mismo objetivo, derrocar al gobierno sirio, Abdullah y el resto de sus compatriotas tomaban el control de Alepo dando comienzo a numerosas ofensivas por parte del gobierno sirio y ruso. El conflicto duro años y llego conocerse como el Stailingrado Ruso dado que las fuerzas rebeldes aguantaron durante 4 años el cerco de la ciudad; se cortaron las rutas de suministro y se convirtió en una guerra de desgaste, que desencadenó un cambio radical en la personalidad de Abdullah. Cada día Abdulaah se despertaba entre llantos y gritos de desesperación de los que pocos años antes habían sido sus vecinos, las bombas y los cazas que sobrevolaban la ciudad suplían a aquellos pajarillos que algún día habían amenizado su camino de vuelta a casa. Abdullah ya no tenía casa a la que volver, ni familia a la que proteger, pues pocas semanas después de que el gobierno hubiera sitiado la ciudad los estadounidenses en uno de sus bombardeos contra el estado islámico se llevaron por delante la vida de mas de 100 civiles entre los que se encontraban su madre y sus 2 hermanos.

Desde ahí se empezó a forjar un odio en Abdullah, ya no solo hacia el gobierno sirio sino hacia todos aquellos que estaban destrozando todo su patrimonio y a todas las familias del país. Después de ver como su corazón se hacia trizas de nuevo con la muerte de lo único que ya le quedaba, Abdullah decide empezar a maquinar una venganza contra aquellos que le habían arrebatado lo que el mas quería. En 2016, cuando se firmó el alto al fuego y los rebeldes hubieron de retirarse, Abdullah se sintió traicionado al ver cómo sus compatriotas se daban por vencidos y decide ir un paso más allá en su venganza, trasladarla a tierras estadounidenses y tratar de convertir Los Santos en aquello en que su ciudad natal se había convertido. Él sabía que no iba a ser una tarea sencilla y por eso mismo planea comenzar con golpes muy sutiles y sencillos con los que empezar a romper la tranquilidad en las calles de Los Santos.

 

  Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional):

Abdullah es un chico desestructurado cuya salud mental pende de un hilo. Es muy fiel a sus amigos pero en cuanto sienta que estos le traicionan verán caer sobre ellos la ira islámica.

Sería moreno, de apariencia árabe, 1.70m con complexión delgada y con acento propio de su tierra.

 

MIEDOS:

Perder el norte, adaptarse a la vida norteamericana y olvidarse de su objetivo principal, vengar la muerte de su familia.

ASPIRACIONES:

Convertirse en un líder social y ser admirado por los suyos para sentir el amor que le falta desde que le arrebataron a su familia. Su objetivo principal es pasar desapercibido abriendo una tienda de ultramarinos o una gasolinera desde la que empezar a planear su venganza.

HOBBIES:

Rezar, hacer deporte y los coches.

 

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¡Buenas @ troymechanic !

 

Tu invitación ha sido denegada momentáneamente. 

 

Se me hace extremadamente corta la historia, te recomiendo que desarrolles un poco más cada parte de ella. Recuerda también que queremos conocer sus miedos, sus aspiraciones, etc.

 

PD: No edites tu mensaje, responde a este mismo.

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Un 3 de agosto de uno de los años más tristes para la familia Hakme, llegaba Abdullah a una sombría sala de hospital de la preciosa ciudad de Alepo. Los llantos que sonaban como un leitmotiv por aquella vieja habitación del hospital de Al-Kindi parecían no celebrar su llegada, sino más bien maldecirla por recordarles la ausencia de Abdul, su padre. Tan solo unas semanas antes de su nacimiento un accidente en la central petrolera se llevaba por delante la vida del motor de la familia Hakme… Aquel día nadie felicitaba a Amira por el alumbramiento de su tercer hijo, al contrario, cada familiar que se acercaba a aquella lúgubre habitación de hospital lo hacía en silencio, posaban una mano sobre su hombro y le dedicaban una medio sonrisa con la que no hacían más que recordarle la ausencia de quien ya nunca más la iba a abrazar por las noches. En la cabeza de Amira no hacía más que sonar la misma pregunta una y otra vez: ¿Cómo voy a cuidar yo ahora de Abdullah?

Esa pregunta se siguió repitiendo durante toda la infancia de Abdullah, traducida en una madre sumergida en llantos, ansiedad y tristeza; que jamás le dedicó una sonrisa al pequeño de la familia. Su hermano Yaron tomó el rol de padre y cada vez que veía a aquel niño perdido en una casa en la que solo se escuchaba sollozar a su madre, sacaba a Abdullah de paseo, lo llevaba a jugar al fútbol o a ver las gymkanas de drift que se realizaban colina arriba. Así, el pequeño Abdullah, pasó su infancia al lado de su hermano mayor, quien daba la vida por verle disfrutar y hacer que no sintiera la ausencia de su padre. Yaron era quien lo llevaba a la escuela, quien lo llevaba de vez en cuando a comer a esos restaurantes fast-food que tanto le gustaban… en definitiva, era quien le había mostrado que la vida, aunque solo sea a veces, puede ser muy bonita.

La vida de Abdullah no fue fácil, a medida que iba creciendo sentía más profundamente la ausencia, no solo de su padre, sino también de su madre que, a pesar de estar físicamente, jamás le dedicaba unas palabras bonitas a su hijo más pequeño. Cada año que pasaba Abdullah sentía que al único a quien le importaba en aquella casa era a Yaron, la indiferencia de su madre le mataba cada día más, él era consciente de que su madre estaba sumida en una gran depresión, pero ¿cómo puede gestionar un adolescente la ausencia de una madre y de un padre? Abdullah decidió apoyarse como siempre lo había hecho en Yaron, quien excusaba siempre a su madre e intentaba hacer ver a su hermano que no era ella quien hablaba sino el profundo desasosiego que ella sentía al verse durmiendo en una cama vacía.

Así, Abdullah creció con los valores que Yaron le inculcaba, su hermano siempre le hablaba de política, de los derechos de la gente, de cómo era necesaria la lucha de los obreros; muchos de sus conocidos decían que eran como dos gotas de agua porque pensaban igual, porque se expresaban casi idénticamente, sin embargo, había algo que los separaba: la calma. A pesar de haber vivido desde pequeño en un hogar lleno de llantos y desasosiego, Abdullah se caracterizaba por ser un chico muy tímido y esto lo hacía ser una persona más calmada, que siempre respetaba los ideales de los demás sin imponer los suyos propios; a diferencia de Yaron, a quien le hervía la sangre al ver las injusticias que le rodeaban, a quien no le temblaba el pulso si tenía que parar a un hombre que estaba levantándole la mano a su mujer en público… Abdullah era diferente, pero esa calma no iba a durar mucho. Hasta un día perdido de marzo del 2011, Abdullah se despertó como siempre, abrió las contras de su ventana y bajó las escaleras que llevaban hacia la cocina. Era un día como todos, su hermano mediano, Youssef había traído el periódico del quiosco como cada mañana y mientras se preparaba su café ojeaba los titulares que bañaban la portada del Al-Baath. Mientras mojaba sus galletas en el café comentaba con su hermano Yaron, que acababa de despertarse también, la foto que decoraba aquella funesta portada. Abdullah aún recuerda, a día de hoy, perfectamente la que sería la última frase que le dedicó a su hermano: “¡rayie! Esta gente sí que sabe lo que se hace, ¿no crees, Yaron?”. Y en ese mismo instante en que pronunció la última letra del nombre de su hermano, un grupo de hombres irrumpieron la escena familiar tirando la puerta abajo entre gritos casi ininteligibles, pero gritos que por fin hicieron a Amira salir de su cama y bajar corriendo las escaleras hacia la cocina. Aquellos hombres venían a arrestar a Yaron, Abdullah solo podía escuchar cómo se le desgarraba a su madre la voz mientras blasfemaba en árabe a aquellos hombres que se estaban llevando a su hermano. Tres hombres cubiertos con un hijab agarraron a Yaron de la barba mientras otro de ellos le pateaba la entrepierna. Mientras tanto, dos hombres más, también con la cara cubierta, sujetaban a un Abdullah que parecía haber perdido la cabeza al escuchar como su hermano, su referente, se estremecía con cada golpe que recibía y al ver cómo le volvían a romper el corazón a su madre. Yaron, a pesar de todo, no le quitaba la mirada a su hermano, parecía querer decirle algo con sus ojos, el brillo parecía querer decirle todo y, al mismo tiempo, parecían disculparse por algo de lo que se sentía responsable.

Abdullah no recuerda mucho más de lo ocurrido aquel día, más que el silencio que siguió a los gruñidos y sollozos de un Yaron medio desmayado y cuya cara ya era irreconocible. No había más rastro de él que los restos de sangre que quedaban en aquellos sitios donde habían deshecho el alma de su hermano. Sentado en las frías baldosas del salón, cada vez que reparaba en aquella sangre, Abdullah comenzaba a sentir aquello que Yaron decía sentir con las injusticias, comenzó a sentir un fuerte ardor por dentro, una impotencia terrible que se manifestaba a través de un pulso tembloroso y una mirada perdida hacia la nada. Algo había cambiado en Abdullah… ya no era el mismo, su mirada ya no transmitía aquella calma y sosiego que lo había caracterizado durante tantos años; el brillo de sus pupilas parecía ser el reflejo de un fuego interno que lo estaba matando.

Abdullah estaba desesperado, quería apagar ese fuego que le mataba, tenía que saber qué era aquello que su hermano había hecho para que aquellos que decían ser las fuerzas del estado se lo hubieran llevado de esa manera. No habían dejado rastro de él, habían destrozado su cuarto, allí no quedaban más que muebles astillados y ropa desperdigada por el suelo. Abdullah se sentó en el somier, o lo que quedaba de él e intento ponerse en la piel de Yaron, intento pensar lo que él hubiera hecho en aquel momento. Abdullah no paraba de preguntarse una y otra vez lo mismo: “Yaron, y tú, ¿qué habrías hecho en mi lugar?”. Habían pasado minutos, horas, desde que había entrado al cuarto de su hermano y no había encontrado nada, desganado y ya sin esperanza, Abdullah se decidió a salir de la habitación de Yaron y encerrarse en su habitación; pero cuando estaba saliendo, reparó en la chaqueta que más le gustaba a su hermano, aquella chaqueta de chándal negra con capucha. Había algo en ella que no recordaba antes, asique Abdullah recogió la chaqueta del suelo y decidió ponérsela para sentir a su hermano más cerca, para intentar probar a ver si poniéndosela sería capaz de pensar como si Yaron hubiera hecho si hubiese estado en su situación.

Ya tumbado en su cama, Abdullah empezó a mirar fijamente la manga izquierda de la chaqueta, tenía unas pintas en las que él no se había fijado antes. Le parecía raro, él creía haber visto esa chaqueta muchas veces y juraría decir que aquella prenda no tenía ningún estampado. Mientras cavilaba sobre qué habría hecho su hermano o qué estaría siendo de él en aquel momento, Abdullah entrelazaba los dedos de su mano derecha con la tela del puño de la manga de la chaqueta de Yaron. Y, casi sin darse cuenta, empezó a jugar con un relieve extraño que se sentía en la tela, era un tacto extraño, rompía la armonía de los hilos perfectamente ordenados que conformaban aquella chaqueta. Abdullah desvió su mirada hacia aquel relieve extraño y se dio cuenta de que aquellas pintas que estaban en la manga izquierda de la chaqueta de su hermano no eran parte del estampado, sino que eran los restos de una especie de pintura.

En ese mismo instante, por su mente pasó una imagen de aquella mañana en que se habían llevado a su hermano, cuando, antes de que tiraran la puerta abajo, Yaron bajó la mirada hacia el periódico y sonrió orgulloso guiñándole un ojo. Hasta aquel momento, Abdullah no había reparado en que aquel gesto era una confesión muda de su hermano, que aquella última mirada que recibió de él sí era una disculpa. Rápidamente, Abdullah corrió escaleras abajo y buscó en la basura el periódico que portaba aquella noticia en la portada. Cuando lo encontró lo estampó contra la mesa con rapidez mientras pasaba las páginas a una velocidad estelar buscando el artículo que contaba lo que el titular delataba: “Cuatro jóvenes realizan pintadas reivindicativas en el muro de un colegio”. Abdullah engullía las palabras de aquella noticia, “dos de ellos han sido detenidos poco después de dibujar las consignas revolucionarias: Malek K. y Riyad H., mientras los otros dos siguen en busca y captura”. En cuanto Abdullah leyó los nombres de aquellos jóvenes sintió bajar por su mejilla una fría lágrima. Eran los dos mejores amigos Yaron, con quienes él había jugado tantas veces al fútbol… con quienes había compartido tantos momentos en las gymkanas… Ahí, Abdullah empezó a recapitular toda la información que se le estaba agolpando en su cabeza: el estampado extraño de la manga izquierda de la chaqueta de su hermano, la sonrisa y el guiño de aquella mañana… Yaron era zurdo y sus amigos y él jamás hacían nada por separado… Yaron era uno de los chicos que habían conseguido escapar, él y sus amigos habían hecho aquellas pintadas que reclamaban más derechos para sus vecinos. Yaron había sido condenado por su propio país por haber alzado la voz, por ser el único grito de “¡Basta!” entre toda una multitud que no hacía más que bajar la cabeza.

En ese momento Abdullah se dio cuenta de que tenía que hacer algo, de que, si él hubiera estado en el lugar de Yaron, su hermano le habría vengado. Asique, inspirado por la Primavera Árabe y por todo aquello que su hermano le había enseñado, Abdullah empieza a buscar información sobre un pequeño grupo paramilitar insurgente que cada vez era más sonado en las calles de Alepo. Muchos vecinos lo comentaban, el Ahrar al-Sham eran famosos por proporcionar servicios humanitarios y ayuda a las comunidades locales, incluso se preocupaban por promover el compromiso religioso en la vida cotidiana, como lo hacía Yaron. Así pues, Abdullah decide intentar ponerse en contacto con este grupo y comenzar a elaborar su venganza.

Pocos meses después de haber entrado ya en contacto con Ahrar al-Sham, ya entrado 2012, Abdullah junto a miles de rebeldes con el mismo objetivo, toman el control de Alepo buscando derrocar al gobierno sirio. Comenzaron las ofensivas por parte del gobierno y de sus aliados rusos, el conflicto se extendió durante años, llegó a conocerse como el Stalingrado Sirio, pues las fuerzas rebeldes, entre las que se hallaba Abdullah, aguantaron durante 4 años el cerco de la ciudad. No había prácticamente comida, los niños que aún quedaban en la ciudad cocían las hojas que encontraban en los alrededores para aquellos que como Abdullah aún aguantaban allí. Las calles de la ciudad estaban cubiertas en polvo, el leitmotiv que algún día habían sido pajarillos alegres, hoy eran sollozos y llantos lejanos de alguien a quien aún se le podía romper más el alma. Las bombas y los cazas ya solo sobresaltaban a los más pequeños del lugar, ya nadie tenía esperanza. Abdullah también la había perdido pues, poco después de que el gobierno sitiara la ciudad, los estadounidenses, en uno de sus bombardeos contra el estado islámico, se llevaron por delante la vida de más de 100 civiles; entre los cuales se encontraban su madre y su otro hermano.

La única esperanza que aún le quedaba a Abdullah era derrotar a aquellos que tanto daño le habían hecho. El motor de su vida era vengar, no solo a Yaron, sino también a su madre y a su hermano. El gobierno sirio y el estadounidense le habían arrebatado lo que él más quería y el único apoyo que le quedaba era su gente, sus iguales, aquellos con quienes compartía trinchera. Abdullah sabía que ellos no le fallarían o eso creía él, pues un caluroso día de verano del 2016 sus compatriotas decidieron rendirse ante los opresores. Habían decidido firmar un alto al fuego, replegarse y cederles sus hogares a aquellos que le habían arrebatado tanto. Abdullah sintió como su corazón, ya roto y deshecho, volvía a partirse y a hacerse trizas de nuevo, al ver como sus vecinos, sus compatriotas, aquellos en quienes confiaba se habían vendido de esa manera.  Abdullah ya no solo odiaba al gobierno sirio, sino también a su gente, repudiaba a todo aquel que le rodeaba por haber desistido, por no haber aguantado un poco más. Ya no confiaba en nadie más que en la idea que desde hacía ya años iba a llevar a cabo: vengar la muerte de su familia. Para ello necesitaría un plan maestro, un plan que no pudiera flaquear desde ningún punto, un plan diseñado para no fallar en ningún momento.

Abdullah sabía que, en aquel momento, con sus posibilidades, enfrentarse él solo al gobierno sirio sería una locura, más bien, sería un suicidio con todas las letras. Asique decide estudiar mejor la situación, se prepara durante años, estudia cada mínimo detalle, qué es lo que ha de hacer para poder llevar a cabo su venganza. A finales de 2019 Abdullah da por finalizado el periodo de preparación y decide comenzar con su plan. Su objetivo será ir a EEUU, comenzar humildemente con un pequeño negocio a través del cual ganarse la confianza de los vecinos del barrio. Poco a poco, gracias a su carisma y a su forma de ser, se irá ganando la confianza de más y más gente, será un líder social en el que todos confiarán. Obviamente, Abdullah sabe que, con un negocio legal, es muy improbable que pueda llevar a cabo aquello que va a ir buscando a Los Santos, por ello, ese ultramarinos o pequeña gasolinera funcionará a modo de negocio tapadera, a través del cual Abdullah podrá ir blanqueando las operaciones que realizará en B. Abdullah intentará liderar en Los Santos una pequeña banda de gente con sus mismos ideales, para, cuando sea el momento decisivo, vengar la muerte de su madre y su hermano, antes de poder volver a Siria y vengar a Yaron como es debido.

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HISTORIA APROBADA

 

Tu invitación ha sido aceptada @ troymechanic

 

Te recomiendo leer la NORMATIVA a conciencia y asimilarla bien antes de pasar a hacer el examen oral.

También te dejo dos post muy útiles sobre COMANDOS /ME Y /DO y ROL DE ENTORNO

 

Ya puedes acceder al TS3 (ts3.despistaos.es) para realizar el examen.

 

Aquí tienes los horarios de entrevistas, puedes escoger el que mejor te venga: HorarioEntrevistas

 

Cualquier duda, puedes preguntarla en las salas de ayudas en nuestro servidor TeamSpeak3.

 

¡Mucha suerte!

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ENTREVISTA ORAL SUSPENSA
 


Como te he comentado has tenido fallos básicos en la normativa general y en la normativa básica. 



Podrás volver a realizar la entrevista una vez pasadas 24 horas


 
Te dejo por aquí todos los enlaces que deberías repasar antes de volver a realizar la entrevista oral. ¡Suerte!
 
Normativa del servidor
Explicación rol de entorno
[Guía / Consejos] Comandos /me & /do


¡Un saludo y mucha suerte para tu próxima vez!

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ENTREVISTA ORAL SUSPENSA
 


Como te he comentado has tenido fallos básicos en la normativa del servidor



Podrás volver a realizar la entrevista una vez pasadas 48 horas


 
Te dejo por aquí todos los enlaces que deberías repasar antes de volver a realizar la entrevista oral. ¡Suerte!
 
Normativa del servidor
Explicación rol de entorno
[Guía / Consejos] Comandos /me & /do


¡Un saludo y mucha suerte para tu próxima vez!

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  • 3 weeks later...
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