Invitación - Dasemal

VasoDeCocaCola · 22 de Junio del 2020

Enlace al perfil del usuario al que invitas: Dasemal.

Con este post se hará el seguimiento de tu proceso de Whitelist, tendrás que rellenar la siguiente plantilla que te dejamos abajo.

Formulario a rellenar:

Cita

Nombre y Apellido que vayas a usar ingame (ej: Javier Perez):

Edad y fecha de nacimiento (REAL):

Experiencia previa en roleplay:

Cualquier cosa que quieras añadir (Opcional):

- Como indica nuestra normativa tienes (3) días para responder con tu historia, en caso de no hacerlo procederemos a mover el post a rechazados. Una vez contestes el post con tu historia si pasan mas de (15) días sin actividad por tu parte también procederemos a moverlo a rechazados. "Lectura RECOMENDADA"

- En la entrevista oral se te formularán preguntas sobre la normativa general del servidor, también cuenta con situaciones de rol.

- Tendrás 3 oportunidades para realizar la entrevista, cada vez que suspendas tendrás un cooldown.

- Entrevista oral suspendida primera vez: puede volver a hacerla en 24 horas

-Entrevista oral suspendida segunda vez: puede volver a hacerla en 48 horas

-Entrevista oral suspendida tercera vez: No podrá volver a presentarse, necesitará una nueva invitación para seguir con el proceso de Whitelist.

Te dejamos algunos enlaces que seguramente te sirvan.

Nombre de personaje

Comandos /me y /do

*Se recomienda leer detalladamente la NORMATIVA.

Dasemal · 23 de Junio del 2020

Nombre y Apellido: Jack Durden.

Fecha Nacimiento REAL: 24/04/1992

Experiencia previa en roleplay: Llevo siguiendo casi a diario desde hace 2 años a distintos streamers de GTA V RP. Dada la situación con el Coronavirus, decidí probar yo mismo a jugarlo. La experiencia fue muy satisfactoria y recientemente, al ver la oportunidad de hacer la WL en Despistaos, he decidido intentar jugar en un servidor serio y donde se que ante todo se prioriza el rol.

Historia:

Un 24 de Abril de 1996...

Un 24 de Abril de 1996 nació un niño en New Orleans. Pelo castaño y ojos claros. Los padres, Marla y Thomas Durden estaban muy emocionados por la pequeña vida que se había unido a ellos. Jack era muy querido en su casa, dado que era el primer hijo de una pareja joven.

Jack era un niño muy tranquilo, la clase de niño que cualquier padre querría. Apenas lloraba y mucho menos cogía berrinches. Empezó a mostrar cualidades y rasgos de inteligencia al aprender a andar a los 9 meses. De risa fácil, cada vez que se caía no lloraba, se reía y volvía a levantarse para continuar con sus pequeñas aventuras. De la misma manera que presento precocidad en el andar, lo hizo en el habla, siendo capaz de formar frases de más de dos vocablos antes de cumplir los 2 años.

Un 24 de Abril de 2002…

Un 24 de Abril de 2002 el corazón de un niño en New Orleans se rompió. Jack ya había soplado las velas de su tarta de cumpleaños y había abierto los regalos, tanto los de sus padres como los de los compañeros de su colegio. Una bici nueva sin ruedines, un libro sobre el espacio adecuado a su edad, un telescopio para principiantes, unas zapatillas deportivas y un diario. Al acabar la fiesta de cumpleaños, ya en su habitación guardando sus regalos, escuchó a su madre “¡Vamos Jack! Prepara el telescopio, vamos a ir a ver las estrellas a City Park.” A Jack casi se le cae el telescopio de la emoción y se dispuso a hacer lo que le había dicho su madre.

Cinco minutos más tarde, ya estaba sentado en el coche y con el cinturón de seguridad puesto. Sus padres le estaban preguntando qué era lo que más ilusión le haría ver en la clara y estrellada noche que hacía. Él comentaba que la Osa Menor, que el Cinturón de Orión, que con ver el cielo claro y quizás alguna estrella fugaz se daría por satisfecho.

Un estruendo. Negro. Más ruido. Negro de nuevo. Dolor. Oscuridad…

Jack despertó a las a las 8 de la mañana del día 25 de Abril, habiendo pasado aproximadamente 12 horas en coma. Sentía la cabeza entumecida, un pitido en los oídos y un dolor que dominaba todo su cuerpo. Una trabajadora social llamada Octavia del estado de Louisiana estaba sentada a los pies de su cama. Cabello rojo, ojos castaños y tez nívea. “Hola Jack, ¿Como te encuentras?” dijo ella. “Me duele todo el cuerpo, ¿Donde están mis padres?” contestó él. Ella apartó la mirada, Jack no necesito más respuesta, a pesar de su temprana edad Jack sabía leer los gestos de las personas. Sus padres estaban muertos y su corazón empezó a resquebrajarse.

Le contaron que un coche patrulla en plena persecución arrolló el coche en el que iba su familia, asesinando en el acto a sus padres. Él sobrevivió por poco, habiendo sufrido una contusión en la cabeza que le provocó un coma y casi la muerte.

Por suerte o por desgracia, Jack permaneció en El Orfanato hasta la mayoría de edad, pero durante ese tiempo ocurrieron muchas cosas. Una de ellas fue conocer a André, un chico negro que había perdido a sus padres por culpa de las drogas. Cuando André llegó al Orfanato apenas sabía multiplicar y dividir y eso que tenia 3 años más que Jack.

Me llamo André.

Cuatro años después del accidente Jack estaba en el patio del Orfanato jugando con los demás chicos. Un chico más mayor que ellos, negro y de pelo corto se les acercó. “¿Que hacéis niñatos, jugar a las muñequitas? ” dijo el niño. Jack no dijo nada, había leído novelas en las que siempre había un niño al que llamaban “El Matón” y, siendo más joven que él, no quería problemas. “Tu, ¿porque me miras así? ¿Quieres una ostia?” dijo el niño señalando a Jack. A Jack le flaquearon las piernas pero no pudo dejar de mirar al niño por miedo. El niño se acercó a Jack y le propinó un puñetazo en la cara, haciendo que se cayera al suelo. Nadie se metió a defenderlo y las cuidadoras no estaban atentas en ese momento. Sin saber por qué, se levantó y le devolvió el golpetazo, haciendo que el niño diera un par de traspiés atrás, agarrándose la nariz como si se le fuera a caer y con los ojos abiertos como platos, ahí empezó la verdadera pelea. Golpes, arañazos, tirones, incluso algún mordisco hubo en ese par de minutos antes de que llegara una cuidadora y los separara.

Una semana después del incidente con aquel niño, Jack pidió permiso para ir al baño durante la clase de ciencias. Al entrar al baño noto un fuerte olor a tabaco y escuchó a alguien tirar de la cadena, acto seguido se abrió la puerta de uno de los retretes individuales y salió el niño con el que se había peleado en el patio hacía una semana. “Ah, joder, eres tu… mierda, era mi último cigarro…” dijo el niño. Jack se lo quedó mirando, esta vez más preparado por si había que pelearse otra vez. “Pero relájate hombre, que no te voy a hacer nada. Después de la pelea estuve hablando con la orientadora, esa pelirroja buenorra… ¿Octavia?. Bueno, el caso es que me hizo entender que había pagado contigo la muerte de mis padres…”. Jack permaneció en silencio, un poco más relajado pero aun alerta. “¿Se te ha comido la lengua el gato o que?” dijo el niño. “No, es que me estoy haciendo pis y me esperan en clase de ciencias…” contestó Jack. “Perdona tío, bueno, el caso es que me dijo que tu eres un buen estudiante y ese rollo… y que yo tengo que ponerme las pilas si quiero sacar el curso. Había pensado que a lo mejor podrías ayudarme tú con las clases…” dijo el chico. Jack se quedó pensativo y se acordó de la pelea, de lo mal parado que había acabado en comparación con aquel chico. “Tengo una idea, yo te ayudo con las clases y tu me enseñas a pelear, ¿Trato?” dijo Jack ofreciéndole la mano al otro chico. “Trato hecho” contestó el otro chico dándole un apretón de manos. “Por cierto, me llamo Jack” mientras todavía se daban las manos. “Me llamo André”.

Sangre, sudor y lágrimas.

Con tiempo, dedicación y paciencia, mucha paciencia, Jack consiguió que André aprobara todas ese año y los siguientes. Jack también consiguió que André dejara de fumar. André en cambio disfruto de lo lindo atizando a Jack en cada entrenamiento. Con los años, los dos estuvieron en igualdad de condiciones en ambas disciplinas.

Una noche, después de las clases, fueron al entrenamiento habitual, llevaban 4 años con esa rutina y había nacido una férrea amistad entre ellos. Practicaron diversas técnicas de defensa y técnicas de ataque que aprendían de Internet y de libros de la biblioteca del Orfanato.

Cansados tras el entrenamiento, subieron al tejado del Orfanato a descansar viendo las estrellas. “Jack, mis padres no murieron por las drogas como todo el mundo dice en el Orfanato, a mis padres los mataron, los mataron los mismos que juran protegernos, los mismos que dicen cuidar de los ciudadanos” dijo André mientras miraba las estrellas en aquel sucio tejado del Orfanato. Jack permaneció callado, nunca había oído a André abrirse de esa manera. “Fue un puto poli corrupto el que no hizo nada, el mismo que recibía sobornos de los camellos de mi barrio para no abrir la boca, el mismo que llegó tarde cuando llame por teléfono avisando de que mis padres se estaban muriendo por una sobredosis” siguió André. Jack lo miró y vio que las lágrimas recorrían la cara de André “A mis padres también los mato un policía…”, André lo miro de sopetón “Era mi cumpleaños, acababa de cumplir 6 años y estábamos en el coche, yendo a City Park a ver las estrellas cuando un coche patrulla nos arrolló… Mis padres murieron en el acto y yo estuve 12 horas aproximadamente en coma, dicen que sobreviví por suerte…” termino Jack. Los dos volvieron a mirar al cielo estrellado, en silencio.

Una semana más tarde, estaban repasando el temario en la habitación de André. “Tio, sabes que ya tengo 17 y que pronto me tendré que ir. Tengo un primo en Los Santos, me ha dicho que ahí hay oportunidades, que uno se puede ganar la vida bien…” dijo André. “Joder André, ese primo tuyo ha estado en la cárcel, ¿Estás seguro de que irte a vivir con él cuando salgas es buena idea?” dijo Jack. “Que ya está reinsertado en la sociedad tío, ahora es tendero o algo así, me ha dicho que no gana lo mismo que antes, pero que así no tiene a los maderos encima todo el día” comentó André como si tal cosa. “Mira, ya sabes que no te voy a decir que hacer, pero si tu vas a Los Santos yo me voy contigo, que alguien tendrá que cubrirte las espaldas cuando empieces a hacer el cabrón...” contestó Jack. “¡Eso quería oír yo! Y a ver quien cuida de quien, niñato...” dijo André y continuaron estudiando.

Mucha sangre, algo de sudor y algunas lágrimas.

Durante 3 años Jack estuvo escapando por las noches para salir con André. Solían ir a City Park a contarse que tal les había ido el día a cada uno y comer pipas a la luz de las farolas. Fantaseaban con su futura vida en Los Santos y en que iban a dedicar su tiempo ahí. André quería abrir una licoreria con su primo Carl, decía que que era un filón sin explotar y que se iba a hacer de oro. Jack en cambio quería cursar la carrera de Psicología, le gustaba tratar con las personas y entenderlas.

Una de esas noches, un 24 de Abril de 2013, André estaba esperando a Jack donde siempre, con unas bolsas. En su interior había dos botellas de whisky para celebrar el 17 cumpleaños de Jack. Se fueron a City Park para beber un rato y quizas despues intentar entrar en alguna discoteca, con algo de suerte uno de los dos ligaría esa noche.

Acabando la primera botella, vieron unas luces rojas y azules aproximarse por una calle, André se apresuró a decirle a Jack que se escondiera, que si lo pillaban fuera del Orfanato se le iba a caer el pelo. Jack ante todo era pragmático, así que corrió a esconderse entre unos arbustos antes de que llegaran los agentes, que ya estaban estacionando el vehículo.

Los agentes le pidieron la documentación a André y procedieron a cachearlo, empezaron por el torso y acabaron en sus pantalones, de dónde sacaron una bolsita que parecía estar llena de algo verde. Empezaron a gritarle algo a André y él les respondió igual, tras unos segundos de gritos, uno de los policías sacó la porra y comenzó a golpear a André. Empezó con un fuerte golpe en la cabeza, el cual tumbó a André. No contento con haberlo tumbado, siguió golpeándole mientras estaba en el suelo, inmóvil. Debieron ser 10 segundos, pero para Jack pasaron como horas, sintiendo una rabia y una ira en su interior hasta el punto de hacerse sangre en las palmas de las manos al apretar los puños. El agente que no golpeaba a André parecía estar vigilando que nadie fuera testigo del horrendo acto que se estaba cometiendo en aquel lugar.

Cuando los agentes abandonaron la escena del crimen, Jack se apresuró a comprobar el pulso de su amigo, con las manos temblorosas y el cuerpo y sus ropas envueltos en sudor frío. No había pulso que tomar, era un cuerpo inerte en medio de un parque por el que no pasaba nadie a esas horas. Era el cadáver de un joven de 20 años, el cadáver de un trabajador, el cadáver de un buen estudiante, el cadáver de su hermano. Jack sintió como unas pocas lagrimas recorrían sus mejillas, y como un terrible y amargo dolor en su interior se convertía en una rabia y un odio profundo hacia esas personas con uniformes y un poder inmerecido para actuar impunemente.

Cuando Jack volvió al Orfanato estaba cubierto de sangre. Había tirado toda su ropa en un contenedor de la calle para que no lo relacionaran con aquel siniestro crimen. Se dio una ducha para lavarse toda la sangre y lloro, lloro hasta que se le secaron los ojos.

Písale, joder písale…

Cuando Jack salió del Orfanato, salió con las mejores notas y sin ninguna mancha en su expediente académico, pero ya no le interesaba cursar estudios superiores. Todas las experiencias que había tenido Jack en 20 años le habían provocado unos terribles traumas. Hubo cosas buenas en su vida, pero la muerte siempre estuvo ojo avizor para llevárselas en cuanto tuvo oportunidad. Esto hizo mella en él, no le robó la alegría por vivir, pero si el respeto por ella. Su inteligencia y su capacidad para enfrentarse a los problemas no desapareció, pero algo nuevo le iba a acompañar siempre, una impulsividad y una adicción a la adrenalina irrefrenables.

Era 17 de Mayo de 2016 y estaba echándose un cigarrillo apoyado en el coche. Sus brazos tatuados provocaban que la gente le mirara al pasar, y a él eso le encantaba. Desde que salio del Orfanato había descubierto varias cosas sobre si mismo. Una de ellas era su pasión por la velocidad, otra era el placer que le provocaba dar esquinazo a la policía en una persecución.

Sonó la alarma, la señal, tiro el cigarrillo y se subió al coche. Unos segundos mas tarde Piper y sus dos compañeros salieron corriendo de la tienda con bolsas llenas de billetes y se subieron al coche. "¡Písale, joder písale!" grito Piper. Y eso hizo Jack. Recorrieron las calles de New Orleans huyendo de los patrullas que les seguían pisandoles los talones. Jack mantenía la mente fría en esas situaciones, llevaba ya año y medio dedicándose a conducir en las huidas, se había enganchado a ese tipo de adrenalina. La persecución duro alrededor de media hora, Jack se metió en un garaje y drifteo por los aparcamientos hasta que perdió a los patrullas de vista. "Así se hace Jack" le dijo Piper antes de darle un beso de los que hacían que a Jack le temblara el cuerpo.

Piper.

Él y el Grupo vivían en una casa abandonado a las afueras de la ciudad, los conoció apenas unos meses después de salir del Orfanato. Le ofrecieron trabajar con ellos a cambio de una parte de las ganancias de los robos y atracos. Jack acepto, pero no únicamente por el dinero, principalmente lo hizo por ella.

Conoció a Piper en una de las fiestas que organizaba el Grupo en su casa a las afueras. Por aquel entonces aun no trabajaba con ellos y a Jack le daba la impresión de que eran un grupo de delincuentes bastante desorganizados aunque con un buen gusto para las fiestas. En una de estas, Jack la vio; estaba en el centro de la casa, la cual podía albergar a unas 200 personas. Bailaba con los ojos cerrados, como si estuviera sola en esa casa, como si no importara nada mas que aquel momento. Pelo largo y negro, piel bronceada por el sol y al abrirlos, unos ojos color verde esmeralda. Miró a Jack y fue directa hacia él. "¿Te lo estas pasando bien?" dijo ella. "Si, la verdad es que os montáis buenas juergas aquí. Es la tercera vez que vengo y no decepciona nunca". Ella arqueó una ceja y sonrió "¿Quieres saber lo que es pasárselo bien de verdad? ¿Sentir que te ahogas de la emoción? ¿Sentir lo que es estar vivo de verdad?". Jack dudo un segundo antes de contestar, "Si". "Pues sígueme" dijo ella agarrándolo del brazo y llevándoselo al aparcamiento de la casa. Había varios coches, de los invitados a la fiesta. Piper forzó uno y le hizo un puente. "Ahora conduce" le dijo ella. Jack se saco el carné apenas salio del Orfanato, así que se puso al volante y condujo, siguiendo las instrucciones que le daba Piper. Cuando aparcaron estaban delante de un 24 horas. Ella saco de la guantera dos pasamontañas y una pistola. Al principio Jack se asusto, pero sintió algo dentro de el que le pedía más. "Ponte el pasamontañas y acompáñame" dijo ella.

Atracaron limpiamente el 24 horas y volvieron corriendo al coche. "Ahora pisale, joder pisale como si no hubiera otra cosa en el mundo" dijo Piper. Y eso hizo Jack, le piso a fondo y sintió como la adrenalina se apoderaba de él. Las sirenas empezaron a sonar detrás de ellos y tras aproximadamente una hora de persecución Jack consiguió darles esquinazo. Nunca se había sentido tan vivo, tan lleno de energía y tan dueño de su vida. Una vez escondidos en un parking a las afueras, Piper se quito el pasamontañas, se lo quito a Jack y le beso sin mediar palabra, no paso mucho tiempo hasta que se encontraron los dos desnudos haciendo el amor, sin preocuparse por nada mas que por el momento. Cuando se despertaron los dos estaban desnudos dentro del coche ya era de día, se vistieron, abandonaron el coche en el parking y dieron un paseo hasta la casa abandonada.

Así pasaron los años, de robo en robo, de atraco en atraco, de fiesta en fiesta, hasta que una noche todo se fue a la mierda.

La Decepción.

Fue un 10 de Junio de 2020 cuando todo se fue a la mierda, cuando Jack se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que se había ido a la mierda.

Jack se despertó y vio que Piper ya se había levantado, estaba en la ducha. Piper llevaba unos meses extraña, despertandose mas pronto de lo habitual y acostándose más tarde que él. Al principio no le dio importancia, pero cuando el humor de Piper empezó a cambiar Jack decidió tomar cartas en el asunto, en parte por su relación personal y en parte por la responsabilidad que tenía Piper en la banda. Hoy era el día.

Jack fingió que seguía dormido hasta que Piper se dispuso a salir de casa. Rapidamente se vistio y siguió a Piper desde lejos. Cada uno tenía un coche propio.

Durante horas Piper pareció estar tomando rutas aleatorias a fin de no desvelar su ubicación de origen ni su destino. Esta era una técnica que le enseñó unos años atrás a Jack para que no se relaciona la casa abandonada con sus delitos. Piper paraba en gasolineras a comprar snacks y refrescos de vez en cuando. Por fin paró.

Se reunió en un aparcamiento con un hombre, el cual Jack sabía que era el que les proporcionaba armas sin número de serie. Por ahora todo normal, intercambiaron unas cuantas palabras durante unos minutos hasta que cada uno siguió su camino.

De nuevo la técnica del despiste, otro par de horas dando vueltas para no dejar rastro.

Varias paradas con distintos líderes de bandas y organizaciones con las que El Grupo tenia relacion y negocios. Nada sospechoso. ¿Que estaba haciendo? ¿No era mejor preguntarle directamente a Piper que le pasaba? se preguntó Jack.

El sol ya estaba escondiéndose cuando Jack decidió que no había razón para hacer lo que estaba haciendo y se dispuso a volver a la casa.

Mientras volvía, Jack vio a Piper a pie, y de nuevo esa sensación de sospecha. Aparco y decidió seguirla a pie. Callejearon durante varios minutos hasta que Jack empezó a entender a dónde se dirigian, pero no podía ser, era imposible. Sus sospechas fueron confirmadas al verla con sus propios ojos entrar en la comisaría. A Jack le recorrió por la espalda una gota de sudor frío, se quedó congelado viendo como Piper les estaba vendiendo. ¿Durante cuánto tiempo? ¿Por qué? ¿Por que les estaba haciendo eso?.

Jack quería meterle una bala entre ceja y ceja a Piper, y lo haría si fuera necesario. Eso era traición, eso era faltar a todas las promesas hechas al Grupo y a él.

Todos tenemos un precio…

Jack tenía el arma preparada, estaba esperando a que Piper saliera de comisaría para preguntarle el porque y, despues, si era necesario, matarla, matar al amor de su vida.

Piper salió. Estuvo callejeando durante varios minutos, hasta que al girar una esquina desapareció, Jack la había perdido de vista. Mierda…

Jack sintió algo frío en la sien, como el cañón de una pistola… era el cañón de una pistola. “¿Te lo estás pasando bien?” dijo Piper. “¿Por qué, Piper? ¿Por qué nos haces esto? ¿Por que me haces esto?” dijo Jack. “Todos tenemos un precio mi amor… el mío es mi hijo” dijo Piper. “¿Que cojones dices? ¿Que hijo Piper?” pregunto Jack. “Un año antes de conocerte a ti tuve un hijo Jack… los de asuntos sociales me lo quitaron por no poder hacerme cargo de él al ser una madre adolescente y sin familia” dijo “Hace unos meses me pillaron en una fuga como ya sabrás, y me ofrecieron un trato… conseguirles información a cambio de recuperar la custodia de mi hijo. Accedí”. ¿Por que siempre tenían que joderlo todo? ¿Por qué siempre ellos jodiendole la vida?. “Jack, se te acaba el tiempo, vete de la ciudad por favor… no tienen apenas información sobre ti, pero saben que existes” dijo Piper. “Coge el primer billete y sal de New Orleans, de Luisiana”. Jack no podía hablar, no sabía qué decir. Piper bajó el arma. “Te quiero Jack, y siempre te querré. Gracias por demostrarme que aún puede haber amor en mi vida”. Y se fue. Sin más, se dio la vuelta y se fue…

Durante unos segundos Jack pensó en disparar, por la espalda, a Piper. Pensó en delatarla ante el Grupo. Pensó en volarse la cabeza. Toda su vida pasó por delante de él, imagen a imagen, palabra a palabra. Unas palabras en concreto resonaron más que las demás en su cabeza. Los planes que había hecho con André. Su viaje a Los Santos.

Quería gritar, quería matar a Piper. Quería dejar de sufrir. Pero su lado más racional comenzó a ganar la batalla dentro de él.

Estaba decidido, esa misma noche se iba a Los Santos.

Aclaracion: Pese a no hacerse referencia a ello, Jack siempre mantuvo sus hábitos de leer y practicar distintos tipos de defensa personal en las distintas etapas de su vida, como había hecho con André.

Personalidad en la ciudad:

-Jack va a preferir mantener la distancia siempre con la LSPD por todo lo que le sucedió. Según se desarrolle la vida de Jack en la ciudad esto podrá cambiar.

-Jack no es racista.

-Jack no va a sufrir al tener que desempeñar trabajos "normales", pero el sabe como se ganaría mejor la vida, y seria conduciendo.

-Jack es cordial y educado con todo el mundo, menos con la LSPD, que va a preferir mantener la distancia en todo lo posible por miedo a que le de un arrebato de ira.

-Jack prefiere resolver los problemas hablando, pero no dudara en usar la fuerza de ser necesario.

-Jack trabaja bien bajo presión.

-Aunque haya contextos concretos en los que Jack pueda tener ataques de ira, generalmente sabe mantener la compostura en las peores situaciones.

-En ocasiones puede ser paranoico con el tema de la policía aun no habiendo cometido ningún delito, dado que el cree que la policía de New Orleans le tiene fichado.